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Los Lakers, en el ojo del huracán

La eliminación ante Oklahoma en semifinales de conferencia acentúa las dudas sobre el futuro de Gasol y Bynum | La derrota es el reflejo de una temporada muy inestable desde el inicio

Robert Álvarez
Gasol, tras la derrota de los Lakers.
Gasol, tras la derrota de los Lakers.STEVE SISNEY (REUTERS)

Los Ángeles es un hervidero de rumores, críticas, ajustes de cuentas, proyectos... Los Lakers y Pau Gasol están en el epicentro. Era previsible que el nombre del español surgiera tan pronto como fuera eliminado el equipo de la fase final de la NBA. Los Thunder se encargaron de que el duelo no fuera más allá del quinto partido, disputado en Oklahoma City. Una vez más, entre Westbrook, con 28 puntos, y Kevin Durant, con 25 y 10 rebotes, se fraguó la derrota de los Lakers (106-90) para un definitivo 4-1. El conjunto del congoleño nacionalizado español Serge Ibaka se enfrentará en la final de la Conferencia Oeste a los Spurs de San Antonio.

La temporada de los Lakers deja un poso amargo. Mal acabó lo que mal empezó, cuando se frustró el fichaje de Chris Paul, cuando se deshizo el traspaso de Gasol a Houston, cuando se rompió con Lamar Odom, cuando se incorporaron jugadores que no dieron la talla como McRoberts o Murphy o cuando se cambiaron fichas y se ató a Sessions y se facturó a Derek Fisher, ahora verdugo del equipo que capitaneó y con el que ganó cinco anillos.

Ya es el segundo curso que acaba como el rosario de la aurora en Los Ángeles. El varapalo anterior fue frente a los Mavericks de Dallas (4-0 en las semifinales de la conferencia). También entonces dejó que desear la conducta de Bynum y World Peace (antes, Ron Artest). Bynum, de 24 años, fue la viva imagen del desconcierto reinante en los Lakers. Cuando le preguntaron si va a renovar con un contrato de larga duración, respondió: “No estoy seguro. Realmente, no me preocupa. Jugaré donde sea. Creo que he completado una temporada y unos playoffs decentes”.

No deseo ser traspasado, pero no sé si ese deseo es mutuo Pau Gasol

Mike Brown, el entrenador que tomó el relevo de Phil Jackson y que un año después está en el disparadero, se refirió al flojo partido de Bynum, con 10 puntos y cuatro rebotes: “Necesitamos más de él”. Los Lakers, según afirmó su vicepresidente Jim Buss en abril, desean hacer efectiva la opción sobre Bynum. El plazo expira el 30 de junio y el salario establecido es de 12,5 millones de euros. La duda es si se llegará a un acuerdo para prorrogar ese contrato por varias temporadas.

Gasol fue tan rotundo sobre su futuro como a lo largo del curso: “No deseo ser traspasado, pero no sé si ese deseo es mutuo”. Preguntado sobre su relación con Kobe Bryant, que le criticó por no ser agresivo en el ataque durante el cuarto partido, matizó: “Tenemos una buena relación. Nos respetamos mucho”. El barcelonés, de 31 años, ha concluido con unos promedios de 17,4 puntos, 10,4 rebotes y 3,7 asistencias en los 65 partidos de la temporada regular que disputó. En los playoffs fueron de 12,5 puntos, 9,5 rebotes y 3,7 asistencias, inferiores a los 19 puntos y 11 rebotes que logró en 2009 y 2010, cuando los Lakers ganaron sus dos últimos anillos.

“La derrota puede ser el reflejo de una campaña en la que no hemos sido lo consistentes y regulares que deberíamos haber sido”, reflexionó Gasol; “fue extraña por todo lo que ha pasado conmigo. Muchas veces fui la tercera opción en el ataque. Todo fue muy raro”. El pívot tiene dos años más de contrato, durante los que debe percibir, bien en los Lakers o en el equipo al que fuera traspasado, un total de 30 millones.

Bryant tiene igualmente dos temporadas de contrato, por las que cobrará 58 millones. En su caso, una cláusula impide que sea traspasado. También tienen contratos en vigor World Peace, por dos años y 12 millones, y Blake, por dos años y 6,2 millones. Sessions puede ejercer una opción para renovar para la próxima temporada o bien convertirse en agente libre.

Bryant, que con esta eliminación no podrá igualar de momento los seis anillos de Michael Jordan, urge a una reacción rápida en los despachos: “No tengo 21 años, tengo ya 33. El final está cada vez más cerca. Esto hace que uno se sienta más hambriento e impaciente cada día. No soy la persona más paciente del mundo ni esta es la franquicia más paciente del mundo porque se trata de ganar títulos. Pase lo que pase, venga el infierno o una marea, volveremos a estar ahí”.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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