Ribéry tiene la llave
El extremo, letal en la carrera y el quiebro, debe liderar a la selección dentro y fuera del campo
A sus 29 años, Frank Ribéry se dispone a jugar con Francia su tercer gran torneo a nivel de selecciones. Su irrupción en el Mundial de Alemania, en 2006, dio vida a una generación de futbolistas capitaneados por un veterano Zidane, capaces de alcanzar el subcampeonato mundial. Ahora Scarface es la estrella de Francia junto a Benzema y después de los fiascos de la Eurocopa de Austria y Viena, además del Mundial 2010, llega con ganas de revancha. Tiene la llave de la selección.
Defenderá los bleus después de perder la Bundesliga, la Copa de Alemania y la Copa de Europa por un pelo
Con cinco cursos en el Bayern a sus espaldas, el extremo defenderá la camiseta bleu después de perder la Bundesliga, la Copa de Alemania y la Copa de Europa por un pelo. Ha jugado 50 partidos en todas las competiciones con el conjunto alemán y sumado 17 goles en un año sensacional, lúcido en el quiebro, rápido como pocos. Pero parece haber alcanzado el final de la temporada con el depósito al límite, como se pudo ver en la final de la Champions ante el Chelsea.
Mantiene un cambio de ritmo y una visión de juego magistrales, pero necesita desarrollar su liderazgo para capitanear a Francia, falta de cabecillas reconocibles. De su frescura mental y física dependen buena parte de las opciones de una selección con buenos jugadores, pero a los que le falta el carisma necesario para lograr grandes éxitos. Ribéry lo tiene a pesar de su elevado nivel de fatiga.
