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El arte de pensar con los pies

Frente al éxito de los delanteros, Pirlo reivindica con su genio el valor de los medios

Ramon Besa
Pirlo dispara el penalti ante Hart.
Pirlo dispara el penalti ante Hart.SRDJAN SUKI (EFE)

Aun siendo un deporte de equipo por excelencia, expreso para los centrocampistas, solidarios tanto con los defensas como con los delanteros, el fútbol exige un gesto egoísta por excelencia, un momento de gloria personal, una jugada para la posteridad, a fin de pasar a ser una celebridad. No es nada sencillo encontrar un instante tan solemne e íntimo sin traicionar la condición de futbolista solidario admirado en el mundo. Hay que evitar la vanidad, trascender a destiempo, porque, en caso contrario, se pierde el encanto y se rompe el invento.

La cuestión es aguardar y comparecer cuando toca, de manera que, mientras tanto, se impone actuar como uno más y participar de la rutina. Así procedió Andrea Pirlo cuando fue requerido para tirar el tercer penalti de la tanda contra Inglaterra. Allí, en el estadio Olímpico de Kiev, camino del marco de Hart, era difícil distinguir a Pirlo de Montolivo o Nocerino. A ojos de la hinchada, la cuestión es no pifiarla. Es entonces, en una situación dramática, cuando aparece el genio y la suerte más banal se convierte en una obra de arte.

A su alrededor se puede construir un equipo por su visión de juego y magisterio

Pirlo había marcado un penalti a lo Panenka. La figura del calcio fue consecuente con el currículo propio de un niño prodigio que debutó a los 16 años en Primera, dirigió a la selección sub-21 hasta el título europeo (2000) y a los 22 ya se había convertido en el cerebro del famoso Milan. A Pirlo no le falta ningún título, tampoco el de campeón mundial, y si no ha sido Balón de Oro fue porque ayudó a que lo ganara Kaká. Ha jugado en el Inter, el Milan y la Juve y no olvida que es originario del Brescia, del que partió cuando llegaba Guardiola. Mazzone, el sabio entrenador del Brescia, le ayudó mucho a evolucionar como futbolista porque se le tuvo durante un tiempo como el clásico trescuartista fantasioso que difícilmente se ganaría la vida con el fútbol por su lentitud, timidez y debilidad y porque nunca sería como Baggio.

Hasta que acabó en las manos de Ancelotti. El técnico le hizo ganar músculo y después le convirtió en el mediocentro referente del Milan. Nadie discutió su jerarquía durante diez años. Ni siquiera el Madrid pudo sacarlo de Milanello y fichó a Xabi Alonso. Y eso que Arrigo Sacchi, en su año como director deportivo en el Bernabéu (entre diciembre de 2004 y diciembre de 2005), le dijo a Florentino Pérez que le fichara. “Le dije que se aseguraba un gran jugador para diez años. Me contestó: ‘Pero es que Pirlo no gana balones de oro”, desveló Sacchi a este periódico.

A Pirlo no le falta ningún título, tampoco el de campeón mundial, y si no ha sido Balón de Oro fue porque ayudó a que lo ganara Kaká

El año pasado, el Milan ganó la Liga sin Pirlo, lesionado largo tiempo, y creyó que ya no le necesitaba. Se negó a renovarle el contrato por la cantidad que el futbolista demandaba. Uno de los peores negocios que habrá hecho en su vida empresarial Berlusconi. A la Juve le cayó el regalo más preciado del mercado. El jugador emblema del Milan pasaba a reforzar al gran rival. Pirlo ha permitido a La Vecchia Signora, campeona de la Liga, dar el salto de calidad que necesitaba. Ha jugado estupendamente porque Conte le ha montado un centro del campo a su medida, junto con Marchisio y Vidal, y sobre todo porque ha podido descansar y hacer entrenamientos de calidad, circunstancias vitales para un futbolista de 33 años. Ausente de la competición europea como ha estado la Juve, Pirlo ha regulado sus esfuerzos y, fuerte como es a pesar de aparentar fragilidad, se ha presentado en óptimas condiciones en esta Eurocopa a pesar de haber disputado 37 de los 38 partidos de Liga. Futbolista de clase, es cada vez más bueno en el juego de pies y cabeza.

“Guardiola fue mi maestro”, comentó en una entrevista en EL PAÍS; “ha sido un modelo o, mejor dicho, el modelo por su visión del juego, su tranquilidad y la calidad en el pase. Es gracias a Guardiola que el Barcelona es ahora el equipo más bello de Europa”.

Alrededor de Pirlo se puede construir un conjunto y jugar excelentes partidos por su visión del juego y magisterio, por su toque y pase, porque se anticipa y recupera, porque tiene pausa y dinámica y porque además no es fácil de marcar. No es casual que le llamen El Metrónomo.

“Puede que no sea el mejor, pero es insustituible”, llegó a decir Galliani antes de abrirle la puerta del Milan. Prandelli le ha confiado el mando de una selección que ha evolucionado su juego de forma muy interesante sin perder competitividad. Italia ya está en las semifinales de la Eurocopa y a los alemanes seguramente no les hará ninguna gracia volver a enfrentarse a Pirlo. Suyo fue el pase de gol a Grosso —entre tres defensas, sin mirar siquiera— en el momentáneo 0-1 de la semifinal de 2006 en Dortmund.

Pirlo ya no solo hace buenos a los demás, sino que es capaz de mejorarse a sí mismo y reivindicar, frente al éxito de delanteros como Cristiano Ronaldo, que habrá que seguir contando con los centrocampistas como héroes de un torneo que ya ha tenido como referentes a Xavi (2008), Zagorakis (2004), Zidane (2000), Platini (1984) o Luis Suárez (1964). Ha habido y hay muy buenos medios en el fútbol. Pocos, en cualquier caso, como Pirlo, que será canonizado por el penalti que le metió a Hart. El mejor regalo que puede hacerse uno de los futbolistas más generosos del mundo, sin ser vanidoso, es pasar a la eternidad.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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