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El placer de gustarse

Italia quiere más que nunca el balón y desafía a una Alemania que se siente imparable

Ramon Besa
Joachim Löw da instrucciones a sus jugadores durante un entrenamiento.
Joachim Löw da instrucciones a sus jugadores durante un entrenamiento.KAMIL KRZACZYNSKI (EFE)

A un lado está Pirlo, y dice: “Alemania nos tiene miedo”. Y al otro responde Klose: “¡Que vengan los italianos. Estamos listos!”. Hay pocos partidos en el mundo que den más juego que un Alemania-Italia, clásico de los clásicos, siempre apetecible por más veces que se haya visto. Activan la memoria y despiertan la emoción. No por repetido deja de ser novedoso. Hoy hay un especial interés por contrastar si los alemanes ya están listos definitivamente para recuperar la jerarquía perdida y para saber en qué punto se encuentra la transición emprendida por Italia.

Prandelli va camino de Brasil 2014 después del sofoco sufrido con Lippi en Sudáfrica 2010, de manera que estas semifinales son un certificado de buena conducta y el aval definitivo de un proyecto especialmente interesante y novedoso en Italia. A La Azzurra le interesa más la pelota que las porterías. La figura ya no es un central ni un trescuartista sino un mediocentro de nombre Pirlo. Mandan los medios, jugadores pacientes y sabios, a la espera de que explote Balotelli.

Prandelli va camino de Brasil 2014 después del sofoco sufrido con Lippi en Sudáfrica 2010

Los alemanes andan desbocados desde 2006, cuando se abrazaron a la doctrina del californiano Klinsmann. Hoy es una selección imparable, poderosa en las dos áreas, especialmente bella por el despliegue de buenos delanteros y bestia por la determinación de su defensa. Aunque tiene un punto débil en la pierna maltrecha de Schweinsteiger, el ascendiente de Khedira y el juego de Özil parecen suficientes para mantener su condición de favorita. El seleccionador Löw, además, pasa por ser ahora mismo el seleccionador más admirado y más capaz.

Löw se puede permitir especular con alineación después de los cambios que introdujo contra Grecia. Reus y Schurrle parecen mezclar mucho mejor con Özil que Podolski y Müller y se supone que Klose tiene más números por jugar que Mario Gómez. No dejan de ser simples suposiciones. “Lo que importa es que sabemos los puntos débiles de los italianos”, concluye Klose, sin reparar en que Alemania jamás ha vencido a Italia en una fase final.

Prandelli, por el contrario, tiene problemas en las distintas líneas, sobre todo en defensa por las dudas de Chiellini y Abate y la baja por sanción de Maggio. No se sabe quién jugará de lateral derecho y también está tocado el volante De Rossi, afectado por una dolencia en el ciático. “Vamos a tener que tomar ciertos riesgos y no esperar al rival en nuestra cancha”, anuncia Prandelli. “Prefiero encajar un gol en un contragolpe que sufrir un acoso constante durante 20 minutos”.

“Hemos estudiado los partidos de Alemania en vídeo. Sabemos qué hacer para ganar. No hemos venido a contemporizar sino a ser protagonistas de la Eurocopa”, apunta Pirlo. Menospreciada al inicio, Italia se ha ganado el crédito con el paso de los partidos. “Han cambiado la cultura de su juego. Nosotros, en cambio, hemos madurado respecto al 2006, cuando perdimos”, dice Löw. “Nos falta un título y va a llegar”, remacha Schweinsteiger, motor de Alemania. Italia, en cambio, necesita sobre todo que despierte y acierte Balotelli.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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