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El estilo Deulofeu

El extremo, fundamental para alcanzar la final del Europeo ante Grecia, ofrece el quiebro y el remate en una selección de toque

Jordi Quixano
Deulofeu, en un partido amistoso del año pasado ante el Getafe B.
Deulofeu, en un partido amistoso del año pasado ante el Getafe B.JAVIER GANDUL (DIARIO AS)

Acusado de sobrarle en ocasiones el último regate, Gerard Deulofeu (Riudarenas, Girona; 1994) convive con las críticas crueles y los mejores elogios. Como buen extremo, se alimenta de la jarana de la grada y no deja a nadie indiferente, excelente en el quiebro, descarado y apabullante en el envite, infatigable para tirar amagos, lanzar bicicletas y romper caderas. Es su forma de expresarse, la exigida por sus compañeros, sabedores de que descuenta tantas cinturas como defensas rivales. Es un extremo a la vieja usanza, de los que cubren la banda hasta pisar la línea de fondo y sacar centros, de los que trazan diagonales de jugar en la banda opuesta hasta filtrar el pase definitivo o soltar el latigazo. “Lleva el regate dentro”, concede desde Tallin (Estonia) Julen Lopetegui, seleccionador de España sub-19 que se mide con Grecia en la final del Europeo (domingo. 20.30/Antena 3); “y esperamos que los haga porque es una de nuestras armas, además de mezclar bien con el resto”. Es una pieza capital como demostró ante Francia cuando su zaga estaba desgastada, cuando entró Alcácer de punta y aguardó el pase para llegar desde la segunda línea. Firmó dos goles, además del lanzamiento decisivo en la ronda de los penaltis. Deulofeu en estado puro. “Tuve la suerte de marcar, pero solo soy un jugador más del equipo. Estamos tan unidos, que todos somos líderes fuera del terreno de juego”, reflexionó más tarde y con modestia el jugador.

“Lleva el regate dentro”, concede Lopetegui; y “esperamos que los haga porque es una de nuestras armas”

Reclamado a cada jugada, la presión de Deulofeu es enorme porque en la selección española se le demanda que decida y porque ya se da por anunciado su ensamble definitivo un día de estos en el primer equipo azulgrana. Pero Guardiola, al igual que ahora Tito Vilanova, siempre tuvo claro que es un futbolista al que hay que frenar. “El sitio de Gerard aún está en el filial porque hay gente con calidad suficiente para jugar aquí. Es muy joven y tiene tiempo para crecer”, aclaró el entonces técnico azulgrana el día que el extremo debutó con el Barça, el 29 de octubre de 2011 frente al Mallorca. Eusebio, su entrenador en el filial, también opinó lo mismo: "Crece día a día pero aún le falta madurez para saber explotar al máximo sus cualidades y jugar en el primer equipo. Es muy joven. Sólo tiene 18 años. Aún debe mejorar mucho para ser un jugador más completo".

Aliño para Luis Enrique e imprescindible para Eusebio, el futbolista inicia este curso también en el filial, sobre todo porque la nómina de extremos del Barcelona es amplia, con Pedro, Alexis, Afellay, Cuenca y Tello, además de Villa porque Messi copa el frente del ataque como falso punta. “Pero sabemos quién tenemos ahí abajo”, remarcan desde el club. Un jugador que llegó al La Masia a los nueve años y que descorchó más de un signo de admiración el curso anterior en Miami, cuando realizó la pretemporada con el primer equipo. “Hay que verle encarar a Abidal como si jugara frente a un juvenil”, deslizaban desde el vestuario; “tiene ese descaro, ese atrevimiento y esa confianza que desde muy jóvenes siempre han tenido los madridistas”. Palabras nada baladíes porque su talento, explosivo, se asemeja más al de Cristiano Ronaldo que al de Messi.

Tiene difícil hacerse un hueco en el primer equipo del Barça, con una amplia nómina de extremos como Pedro, Alexis, Afellay, Cuenca y Tello, además de Villa porque Messi copa el frente del ataque como falso punta

Pulido con esmero, Deulofeu no hace aspavientos ni protesta en exceso, sobre todo porque también le enseñaron a comportarse, vehemente e impulsivo como era. No es fácil digerir la fama para un chico que con 12 años ya había sido contratado por Nike a cambio de una elevada suma económica. Así, no hace tanto que en un partido contra la Damm, tras ser sustituido, le soltó a un par de rivales: “Luego pasaros por el vestuario, que os firmaré un autógrafo”. Se lio gorda. Por lo que el técnico del Juvenil A, el exjugador Óscar García Junyent, le obligó a llamarles y disculparse, por más que le hubieran martirizado a patadas e insultos. Fue Óscar, también, el que insistió en que entendiera el fútbol sin balón; le hizo sesiones de vídeo con Messi y sus movimientos defensivos como ejemplo.

Hasta la fecha, Deulofeu siempre ha mostrado su interés por instalarse en el primer equipo del Barça, donde acaba contrato en 2014 y tiene una cláusula de rescisión de unos 10 millones. Pero son muchos los equipos que han llamado a las oficinas de la dirección deportiva azulgrana interesándose por una posible cesión. Ahora, el Europeo sub-19 le ha vuelto a poner en el escaparate, sobre todo porque con sus quiebros y remates –es el que más disparos ha realizado (10) en el torneo, seguido por Jesé (6) y el griego Katidis (5)- descuajaringó a Francia y aupó al equipo a la final ante Grecia. “Tienen un gran equipo”, reflexionó Gerard antes del gran duelo, de disputar un laurel que ya conquistó el curso anterior en Rumanía, símbolo de su precocidad; “en el primer partido del torneo ante ellos, nos pusimos con una ventaja de dos goles, pero tras el descanso, mejoraron mucho”. Parte del éxito pasa por su juego, por su regate, por su estilo.

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