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“No estoy en condiciones de competir”

Los dolores en el tendón rotuliano de la rodilla izquierda dejan sin Juegos a Nadal, el abanderado y defensor del título. Feliciano López le sustituye en individuales y Marc López en dobles

Juan José Mateo
Nadal, la pasada semana, en el acto en el que se anunció que sería abanderado.
Nadal, la pasada semana, en el acto en el que se anunció que sería abanderado.ÁLVARO GARCÍA

Rafael Nadal, que había sido elegido como abanderado español para la ceremonia que el 27 de julio inaugurará los Juegos Olímpicos de Londres, anunció ayer que no participará en la cita. “Sintiéndolo mucho, no me encuentro en condiciones de competir. Es uno de los momentos más tristes de mi carrera”, dijo el medallista de oro de los Juegos de Pekín 2008, quien no especificó si la razón de su renuncia es el dolor que arrastra desde hace meses en los tendones rotulianos, especialmente en el de la rodilla izquierda. La baja del tenista obligará a un triple cambio en la delegación española: hay que elegir un nuevo abanderado (Pau Gasol ha pasado a ser la primera opción, pues los regatistas Iker Martínez y Xabi Fernández han renunciado porque acudir a la ceremonia, dicen, perjudicaría su preparación); Feliciano López ocupará el puesto del mallorquín en el torneo individual; y la Federación anunció ayer que Marc López le sustituye en el dobles que iba a formar con Marcel Granollers.

La baja de Nadal empezó a gestarse cuando apareció el dolor en pleno Roland Garros, creció durante Wimbledon, cuando distintas pruebas intentaron certificar o descartar la existencia “de una pequeña rotura en el tendón rotuliano de la rodilla izquierda”, según fuentes conocedoras del caso, y terminó por confirmarse ayer en Mallorca. El sábado, el tenista viajó a Madrid para hacerse una foto con la bandera con la que iba a encabezar el desfile. El martes ya entrenaba el fondo físico en su gimnasio de Manacor. Ayer anunció que no acudía a Londres. Su portavoz no confirmó ni desmintió que entre el sábado y el jueves hubiera sufrido algún nuevo percance que explicara esa secuencia de hechos, ni tampoco que el problema estuviera en las rodillas. En medio, Nadal no llegó a empuñar la raqueta ni una semana.

Iker Martínez es ahora la primera opción para portar la bandera en la inauguración

Antes, en Wimbledon, el tenista se hizo dos ecografías en las instalaciones del torneo. Allí, el mallorquín se sometió a un tratamiento con antiinflamatorios y una máquina Tecar de termoterapia que había desplazado hasta Londres el equipo médico de la Federación, receta que repitió ya en Mallorca tras caer eliminado en segunda ronda ante Lukas Rosol. “En Londres se trabajó para que la dolencia no evolucionara a peor”, explicaron fuentes conocedoras de la situación médica del número tres; “pero tampoco fue a mejor”.

Una vez terminada su participación en Wimbledon, Nadal, de 26 años, pasó consulta con Ángel Cotorro, su médico personal y el de la federación de tenis, y Mikel Sánchez, especialista en inyecciones de factores de crecimiento. La dolencia obligó a que el tenista dejara de entrenarse durante 15 días, tiempo que empleó en pescar, quitarse las muelas del juicio y tumbarse tranquilamente en la piscina, mientras mimaba sus rodillas. Al terminar ese periodo, trabajó en el gimnasio, aplicándose en la bicicleta estática para evitar los dolores que podrían provocarle las sesiones de carrera, y soñando con apurar los días y llegar en plena forma a los Juegos, donde la hierba no habría sido una superficie tan agresiva para sus articulaciones como el cemento. Finalmente, no ha logrado el estado de forma necesario. El doctor Ruiz Cotorro, al frente de los Servicios Médicos de la RFET, ha recomendado al tenista un periodo de “no menos de 15 días de reposo deportivo para seguir de nuevo con el programa progresivo de rehabilitación y potenciación muscular”.

Tengo que pensar en mis compañeros, no puedo ser egoísta y tengo que pensar en el bien del deporte español Rafa Nadal

“Tengo que pensar en mis compañeros, no puedo ser egoísta y tengo que pensar en el bien del deporte español (…) y dejar que juegue un compañero mío con mejor preparación que se encuentre en condiciones de competir”, explicó. “He apurado hasta el último momento en mi preparación, en mis entrenamientos, pero no ha podido ser. Es uno de los días más tristes de mi carrera ya que una de las mayores ilusiones y el momento quizás más especial era ser el abanderado de España en la ceremonia de inauguración”.

Siempre atento a sus articulaciones, 2012 no está siendo una excepción para Nadal, aún así campeón en Roland Garros. Un día antes del comienzo del Abierto de Australia, en el que jugó la final, lloró en su habitación, tanto le dolía la rodilla derecha. En primavera, vivió la gira de cemento estadounidense martirizado por la izquierda: abandonó antes de competir las semifinales del másteres 1000 de Miami. Su imperial camino por la temporada de arcilla llegó acompañado por esas punzadas, agudizadas en París, dolorosas en el torneo de Halle (Alemania), mortales en Londres y para Londres: el día que perdió en Wimbledon, Nadal empezó a perderse los Juegos.

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Sobre la firma

Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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