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España se complica la vida con la ruleta rusa

El equipo de Scariolo despilfarra dos veces sus ventajas hasta caer 77-74 y, de ganar a Brasil en el último partido, disputaría la hipotética semifinal ante Estados Unidos

Robert Álvarez
Pau Gasol ante Kirilenko
Pau Gasol ante KirilenkoTIMOTHY A. CLARY (AFP)

España salió muy malparada de la ruleta rusa en que se fraguó su primera derrota en Londres. Zarandeado por los triples de Khryapa, las muñecas casi infalibles de Fridzon y de Ponkrasov y el enredo táctico que impulsó David Blatt desde el banquillo ruso, el equipo español se consumió en un ajustado final y perdió por 77-74. El resultado varía todos los planes iniciales, demasiado influidos por el machacón estribillo de que todos los caminos conducen a una nueva edición de la final de hace cuatro años en Pekín entre España y Estados Unidos.

La derrota le puede costar muy cara a España. La teoría más diáfana, el camino más recto con el que planificó el torneo partía de la base de que, quedando primera de grupo, no se vería las caras con el imponente equipo de Estados Unidos hasta su ansiada final. Ahora, ese camino será tortuoso, incluso retorcido. Si España concluye segunda de su grupo, y por supuesto gana el cruce de cuartos de final, se verá las caras con LeBron, Kobe y Durant en las semifinales. Esa previsión marca ahora la hoja de ruta. Existe otra posibilidad, que pierda también el lunes contra Brasil y quede tercera de grupo. Lo cual puede convertir ese partido en un enjambre de especulaciones porque habrá quien crea que el que lo pierda, lo hará porque le conviene. Un enredo tan grande como el que le costó la derrota ante Rusia.

Rusia, 77 - España, 74

España: Calderón (2), Sergio Llull (6), Rudy Fernández (10), Pau Gasol (20), Marc Gasol (10) -cinco inicial-; San Emeterio (3), Sergio Rodríguez (8), Reyes (4), Ibaka (2) y Navarro (9).

Rusia: Ponkrashov (14), Shved (-), Kirilenko (8), Khryapa (12), Kaun (1) -cinco inicial-; Mozgov (12), Fridzon (24), Voronov (-), Antonov (3), Monya (3) y Khovostov (-).

Parciales: 11-28, 21-12, 24-13, 21-21.

Árbitros: Christodoulou (GRE), Vázquez (PUR), Sampietro (ARG).

Basketball Arena: 7.500 espectadores.

Perdió España un partido que empezó ganando por 2-20 y que dominaba por 60-69 a cuatro minutos y medio para el final. Se lamentará por los dos cortocircuitos que le costaron un parcial de 24-13 en el tercer cuarto y 17-5 en esos fatídicos últimos cuatro minutos y medio. También se lamentará por el tiro libre fallado por Pau Gasol a falta de cinco segundos que pudo haber establecido un empate a 75 y haber dado paso a la prórroga.

Se reprochará también España por no acertar a poner remedio al daño que le hicieron dos jugadores exteriores. Ponkrasov y sobre todo Fridzon, el mismo que dos días antes ya había dejado una muestra de su estado de inspiración al anotar el triple de la victoria ante Brasil en el último segundo, le amargaron la vida. Entre los dos anotaron 23 de los 32 puntos de Rusia en la primera parte sin fallar un solo tiro. No puede decirse que no estuviera avisado el equipo español.

Pero la historia se repitió en la segunda parte, con el agravante de que Khryapa anotó cuatro triples que dejaron en evidencia la dificultad de los pívots españoles para defender a un pívot rival cuando anota desde fuera. Y cuando lo intentaron, se desmoronó el muro defensivo en el interior de la zona de manera que el gigante ruso, Mozgov, machacó con comodidad el aro español.

Salió a toda pastilla el equipo de Scariolo, con los hermanos Gasol marcando la línea en el interior de la zona. Y también logró dejar fuera de onda a Kirilenko. Pero, a la que los rusos maniobraron con constantes movimientos para dejar en buenas posiciones de tiro a Fridzon y Ponkrasov, el juego cambió por completo. España, por el contrario, no acertó en los triples, con un pobre 3 de 20, no se impuso en el rebote y acabó jugando al ritmo de los rusos.

Scariolo apenas le dio cancha a Ibaka, estiró mucho el tiempo de Sergio Rodríguez en el último cuarto y con Navarro todavía lejos de su mejor forma a causa de sus problemas físicos, no hubo forma humana de que diera con un quinteto que mantuviera unas constantes y evitara las fulgurantes reacciones de la escuadra rusa, muy convencida en su capacidad para revertir el juego y el resultado. Se complicó la vida España, a partir de ahora obligada a abordar el torneo desde otra perspectiva.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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