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El milagroso resurgir de Gatlin

Oro en Atenas 2004, el norteamericano pudo haber sido suspendido sin competir de por vida por dopaje

A. N.
Gatlin, tras ganar el bronce
Gatlin, tras ganar el bronceFRANCK ROBICHON (Efe)

Pudo no haber disputado la final de los 100 metros ayer en Londres. Ni esa ni ninguna otra carrera como atleta profesional. El 29 de julio de 2006, Justin Gatlin (Estados Unidos, 1982) admitió que la USADA (la agencia antidopaje estadounidense) le había informado de que había dado positivo por testosterona en un test antidopaje en abril de ese año. Esa declaración solo fue el último capítulo de un relato de intriga que floreció cuando una carta de Victor Conte, entonces presidente de los laboratorios Balco, fue interceptada por periodistas del San Francisco Chronicle . En ella se podía leer: “Trevor Graham [entonces entrenador de Gatlin], ex entrenador de Marion Jones, está dando a sus atletas tomas orales de testosterona que trae de México. Desaparecen del cuerpo a través de la orina y son indetectables menos de una semana después de su uso”.

La sanción pudo haber sido de por vida, porque ya en esa fecha Gatlin había pasado por una experiencia similar. En 2001, el velocista fue sancionado con dos años sin competir por consumo de anfetaminas. Entonces la Federación Internacional de Atletismo rectificó y lo dejó sin sanción, pero el aviso fue claro: si se le volvía a detectar alguna sustancia dopante sería condenado sin competir de por vida. En aquella ocasión la sustancia por la que había dado positivo era Adderol, un medicamento que usaba en la infancia por un déficit de atención.

Mejorar su marca personal en una centésima hasta 9,79 le ha llevado al bronce

Sin embargo, en 2006, la sanción no llegó a ese extremo porque el velocista colaboró en la investigación. El 25 de julio de 2010, Gatlin volvió a competir y lo hizo como una exhalación. Cuatro años después, “antes de lo previsto”, según admitió el propio atleta, Gatlin reapareció corriendo los 100m en 10,34s en el meeting de KuldLiiga, que se celebra en Rakvere (Estonia).

Entre esos dos casos, el norteamericano ganó el oro en los 100m, el bronce en los 200m y la plata en los 4x100 de los Juegos de Atenas. Subió a lo más alto del podio en los Mundiales de atletismo de Helsinki, en los 100m y en los 200m. Y solo un año más tarde igualó el récord del mundo que Asafa Powel había logrado en 2005, con un tiempo de 9,77s. Si en Atenas le bastó con un tiempo de 9,85s para ganar el oro, tras su episodio con el dopaje, en su regreso a los Juegos se ha encontrado con que algo ha cambiado en el atletismo. Mejorar su marca personal en una centésima hasta 9,79s le ha llevado al bronce.

Pudo haber sido sancionado de por vida, pero ayer resurgió. Fue tercero, tras el relámpago de Bolt y su joven estela jamaicana Blake.

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Sobre la firma

A. N.
Desde 2018 es redactor de Vídeo de EL PAÍS. Antes, pasó sus primeros cinco años en la sección de Deportes del diario. Es licenciado en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III de Madrid y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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