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La clase de Falcao

El ariete del Atlético confirma con tres goles su condición de coco del Athletic, roto y sin fútbol

Falcao celebra uno de sus goles contra el Athletic.Foto: sogecable | Vídeo: Kiko Huesca
Jordi Quixano

Enmarcado el duelo en el recuerdo reciente de la final de la Liga Europa, cuando Falcao se expresó como un delantero universal, el Atlético se llevó el laurel y los jugadores del Athletic unas lágrimas de cocodrilo, el encuentro en el Calderón resultó un calco de lo acontecido en Bucarest. Falcao confirmó su condición de coco del Athletic con una clase de fútbol y tres goles y el Atlético, pujante, tenaz en la presión y novedoso a cada jugada de estrategia, se cobró el triunfo sin apenas oposición.

Queda muy poco del Athletic del curso anterior, contagiado ahora por la agitación concentrada en torno a sus dos estrellas, Javi Martínez y Llorente, deseosos de llenarse el bolsillo y competir al máximo nivel, pero castigados por Bielsa porque entiende el técnico que el compromiso está por encima del resultado. Una medida que contenta a la afición, pero desconecta al equipo. La verticalidad, el toque y la voracidad del gol son ahora trazos difuminados: ha perdido su seña de identidad, el poder en las dos áreas. Sin Javi Martínez, las correcciones en la zaga llegan tarde y mal, como tampoco se saca la pelota limpia. Y sin Llorente no hay una referencia clara: no se guarda la pelota, no se mezcla con la media porque no da tiempo a llegar desde la segunda línea y no se rematan los centros. Demasiadas deficiencias para que tiritase el Atlético, entusiasta con el curso que se avecina hasta que se diga lo contrario.

ATLÉTICO, 4 - ATHELTIC, 0

Atlético: Courtois; Juanfran, Godín, Miranda, Filipe Luis; Mario Suárez, Gabi; Arda Turan (Adrián, m. 64), Koke, Cristian Rodríguez (Diego Costa, m. 71); y Falcao (Tiago, m. 81). No utilizados: Asenjo; Cata, Raúl García y Emre.

Athletic: Iraizoz; Iraola, Gurpegui, San José (Ibai Gómez, m. 46), Iñigo Pérez; Herrera (Ruiz de Galarreta, m. 61), Iturraspe, De Marcos; Susaeta (Muniain, m. 46), Aduriz e Ismael López. No utilizados: Raúl; Ekiza, Ramalho, Toquero, Igor Martínez y Castillo.

Goles: 1-0. M. 20. Falcao, en jugada individual. 2-0. M. 43. Falcao, a centro de Godín. 3-0. M. 58. Falcao, de penalti. 4-0. M. 85. Tiago, desde fuera del área.

Árbitro: Teixeira Vitienes. Amonestó a Gurpegui, Iñigo Pérez, Miranda y De Marcos.

Vicente Calderón: 42.000 espectadores.

Son tiempos de bonanza deportiva (otra cosa es en los despachos y las arcas) en el Atlético, que adora a Simeone (no pasó de lamento que el ojito derecho de la hinchada, Óliver Torres, no se vistiera de corto o que Adrián calentara banquillo de inicio), que se fía a sus laterales punzantes, al ingenio de Turan y a la puntería de Falcao.

El colombiano, habilidoso en el desmarque, imprevisible en el regate y definitivo en el disparo, tiene cogida la medida al Athletic. Así lo explicó en ese saque de banda, cuando se acercó a recibir desde el área rival e insinuó atacar al balón cuando le llegó a sus inmediaciones. Pero giró la cadera al lado contrario en el momento justo para descuajaringar a San José, que cayó en el enredo y que no encontró ayuda en Iraola, fuera de lugar. Descontados los rivales, carrera explosiva y balón picado cuando Iraizoz le embistió. Un gol, una obra de arte.

Pretendió Bielsa dar continuidad al equipo que destrozó al Helsinki con seis goles, pero le salió rana. Ni siquiera se recompuso el Athletic cuando el técnico,siempre intervencionista, puso una zaga de tres. El balón siempre estaba en el campo del Athletic, incapaz de airearlo. Por lo que Koke, de mediapunta, como le gusta, cobró protagonismo con sus movimientos entre líneas, con sus pases a los costados, con sus disparos furtivos que le costaron más de un disgusto a Iraizoz por más que no enfilaran la red. En una de esas, tras una jugada de estrategia, llegó el balón a Godín, que estaba en fuera de juego, pero que quedó validado por el juez de línea, y sacó un centro al segundo palo. Allí, de nuevo, apareció Falcao para realizar un remate que recordó al legendario escorzo de Cruyff frente al Atlético en 1973 para enviar el cuero a gol.

Roto y sin fútbol, el Athletic no contabilizó disparo peligroso alguno y ya no replicó, sino que se contentó con lo que le cayó. Un cabezazo de Mario Suárez que escupió el larguero, un disparo de Turan que rozó el poste, otro de Diego Costa similar, un paradón de Iraizoz a tiro de Adrián... Incluso un golazo de Tiago desde fuera del área que supuso la guinda. Antes, sin embargo, la clase la impartió de nuevo Falcao, que provocó un penalti de Gurpegui (sacó el brazo cuando no tocaba) y lo transformó para firmar el triplete. Su historia se mejora. La del Athletic se tambalea. Es colista tras dos goleadas y pocas señales de vida.

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