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Golpe de Estado a la dictadura

Por fin una fuga destrona a Degenkolb, el rey del ‘sprint’, y el británico Cummings se exhibe en los últimos kilómetros con un ataque de ‘pistard’ en un final sinuoso

Cummings celebra la victoria en Ferrol
Cummings celebra la victoria en FerrolJAIME REINA (AFP)

Dice la rutina, la estadística, que tarde o temprano una fuga acaba llegando a su destino. Por muy férrea que sea la cárcel del pelotón, siempre hay algún o algunos intrépidos que sorprenden durmiendo al carcelero o enredado en un crucigrama o convencido de su superioridad, que acaba o acaban plantándose en la meta con la misma cara de felicidad que de tonto los carceleros. La cara que se le quedó al Argos Shimano del todopoderoso Degenkolb cuando en el circuito de Ferrol se dieron cuenta de que eran incapaces de abortar la fuga de siete ciclistas en el que iba Stephen Cummings, un británico, otro pistard con medallas olímpicas y mundiales, que exhibió todo su potencial en los últimos cuatro kilómetros, donde pisó los pedales como quien pisa el acelerador de un coche deportivo.

Cuesta creer que al Argos Shimano le fallara el cronómetro, que midiese mal la carrera o que no valorase el poderío de los siete fugados. Los eprínters, es decir los rivales de Degenkolb, que aspiraba al repóquer de victorias, a su suma y sigue particular y tuvo que conformarse con el sprint de consolación, por aquello del prurito y del maillot verde, no quisieron ni verle. En la primera fuga que se armó, al principio de la etapa, de unos 24 corredores, estaban muchos de sus huidizos rivales: Bennati, Cameron Meyer, Rojas, Vicioso, Allan Davies. Si no puedes con el rival, huye de él, una manera como otra cualquiera de comprometerse con la victoria. Si llegamos todos juntos, ya sabemos el resultado, pero el pelotón pensó lo mismo, pero al revés, y abortó la fuga en un santiamén.

Clasificaciones

13ª etapa

1. Stephen Cummings (R.U.-BMC) 4h 5m 2s

2. Cameron Meyer (AUS-Greenedge), a 4s

3. Juan Antonio Flecha (ESP-SKY), m.t.

4. Simon Clarke (AUS-Greenedge), a 14s

5. Linus Gerdemann (AUS-Rarioshack), m.t.

General

1. Joaquim Rodríguez (ESP-Katusha), 48h 56m 17s

2. Alberto Contador (ESP-Saxo Bank), a 13s

3. Christopher Froome (R. U.-Sky), a 51s

4. Alejandro Valverde (ESP-Movistar), a 1m 20s

5. Robert Gesink (HOL-Rabobank), a 2m 59s

El siguiente intento, el bueno, fue una versión reducida de lo mismo. Con Flecha se fueron tipos de finales explosivos, sobre todo uno, el italiano Viviani, pero otros acreditados como Gerdemann, Clarke (ganador en Valdezcaray), De Gendt, Cameron Meyer y Cummings, el hombre del día, el tapado que se destapó en Ferrol y le dio un golpe de Estado en toda regla al imperio de Degenkolb, que apenas pudo defender la plaza de aparcamiento de su poder. Cummings es un pistard y se le notó cuando salió decidido al ataque poderoso de Juan Antonio Flecha, un tipo experto en los asuntos en los que impera la sorpresa, la astucia, el sistema métrico decimal, el cálculo de los bordillos. Flecha atacó haciendo honor a su apellido y rompió la armonía de los prófugos. Le respondió Cummings, con denuedo y un poco de paciencia. Le alcanzó, dejando atrás al resto, respiró, aguantó, esperó, midió, calculó y a falta de tres kilómetros se fue de Flecha sin un saludo, sin un hasta luego. Fue un ataque pistard, un rayo seco que se le clavó a Flecha y a Meyer en la bicicleta, y aunque intentaron agarrarle del pescuezo jamás lo tuvieron a tiro, en un final sinuoso que Cummings manejó con soltura y potencia.

Su contrarreloj de tres kilómetros fue explosiva. No fue la ciclogénesis, pero tuvo rayos y centellas. Y se plantó en la meta de Ferrol con tiempo de saludar, de mirar al cielo (los ciclistas siempre miran al cielo). 40 segundos después llegó el pelotón de los carceleros con el alcaide destronado, Degenkolb, que ganó a la agotada compañía de perseguidores en defensa de su bello maillot verde, tan visible, pero un tanto descolorido por escapársele una de las pocas oportunidades que le quedan de romper la banca de los sprints. Se acabó la dictadura, al menos por el momento. Quedan pocas ocasiones para hacer juego: dos y se acabó.

1ª etapa: Castroviejo, oreja y rabo

2ª etapa: El chupinazo alemán

3ª etapa: El contador se pone en marcha

4ª etapa: Un abanico tormentoso

5ª etapa: El indomable Degenkolb

6ª etapa: Froome le tira el guante a Contador

7ª etapa: Degenkolb, coleccionista de víctimas

8ª etapa: Supersónico Valverde

9ª etapa: Purito asalta Montjuïc

10ª etapa: Pensando en el tictac

11ª etapa: Una contrarreloj muy electoral

12ª etapa: Dos reyes en la cuesta del martirio

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