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Diego Castro acaba con un Mallorca desinhibido

Un gol del gallego le basta al conjunto azulón para superar a los baleares y sumar su segunda victoria de la temporada

GORKA PÉREZ
Diego Castro dedica el gol a Manuel Preciado.
Diego Castro dedica el gol a Manuel Preciado.JESÚS RUBIO (DIARIO AS)

Un remate a bocajarro para aliviar el agobio. Un gol, el de Diego Castro, que liberaba al Getafe de ese vértigo que les entra a algunos equipos cuando se ven con un jugador más sobre el césped a las primeras de cambio. Un zarpazo dentro del área pequeña el que firmó el delantero gallego que selló la segunda victoria de la temporada para los azulones ante un Mallorca, que no se resguardó en su área. No en vano tuvo, con un jugador menos, las mismas oportunidades que los locales para revertir el marcador.

GETAFE, 1 - MALLORCA, 0

Getafe: Moyà; Valera, Rafa, Abraham, Miguel Torres; Xavi Torres, Lacen (Pedro León, m. 36); Lafita (Gavilán, m. 84), Barrada, Diego Castro y Álvaro (Alcácer, m. 67). No utilizados: Codina; Juan Rodríguez, Mané y Colunga.

Mallorca: Aouate; Ximo, Geromel, Conceição, Antonio López; Nsue, Pina (Martí, m. 71), João Víctor, Pereira (Nunes, m. 22); Víctor Casadesús y Hemed (Arizmendi, m. 53). No utilizados: Calatayud; Kevin, Bigas y Alfaro.

Gol: 1-0. M. 49. Diego Castro.

Árbitro: Paradas Romero. Amonestó a João Víctor, Víctor Casadesús, Geromel, Diego Castro y Pedro León. Expulsó directamente a Ximo (m. 10).

Coliséum Alfonso Pérez: 7.500 espectadores.

La expulsión de Navarro condicionaría, sin embargo, el comportamiento del Getafe. Más bien lo aceleró. Creció la ansiedad por aprovechar la debilidad del rival. Es el mal que consume a determinados equipos. Para el Mallorca fue una condena, no había planteado un partido reservado. Ha perdido la timidez. En consecuencia se produjo un baile de movimientos. Los baleares, hinchados por un comienzo de Liga espectacular, renegaron del papel contemplativo y atacaron siempre con balones en largo al corpachón de Hemed. El israelí soporta la carga, mueve la pelota y en tres zancadas recupera el espacio. Una ganga para un equipo en inferioridad. En el Getafe, por el contrario, pesa más la transición del balón. Se juega por una banda y se termina por la otra. Casi siempre con remates a media distancia, algo en lo que no sobresale la superioridad. Aun así, Aouate tuvo que emplearse a fondo en varias ocasiones.

No fue una noche estática para Moyá, que recibió el primer pellizco con un remate de Hemed, cuyo rechace estrelló Oliveira en el poste. Dos remates a distancia, y medio susto en el cuerpo. Reaccionó Luis García introduciendo a Pedro León en lugar de Laccen. De nada sirven dos pivotes en el campo si su desempeño lastra el ataque. La entrada de murciano descargó a Diego Castro, revoltoso, pícaro, que encontró un socio más al que enrolar en la batalla. Al borde del final del partido Nunes pudo conseguir el gol del empate de haber controlado un saque botado por Martí que lo situó solo frente a Moyá. Al central portugués se le escurrió el balón y acabó la partido.

Con el tanto de Diego Castro, que dedicó al que fuera su técnico en el Sporting de Gijón Manolo Preciado, se bajó el telón del partido. Un encuentro vestido de homenaje, que significó la segunda victoria de la temporada para unos, y la primera derrota para otros.

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Sobre la firma

GORKA PÉREZ
Es redactor de la sección de Economía y está especializado en temas laborales. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Antes trabajó en Cadena Ser. Es licenciado en Periodismo por la Universidad del País Vasco y Máster en Información Económica de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.

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