_
_
_
_
_

A gusto de Rodrigo

El delantero del Benfica firma cuatro goles que destrozan (5-0) a una Dinamarca incapaz de controlarle

GORKA PÉREZ
Rodrigo, durante el partido
Rodrigo, durante el partidoRODRIGO DIAZ (DIARIO AS)

Como si fuese uno de esos días en los que a nada que se te ocurre, se produce al instante. Esa sensación de que lo difícil se viste de sencillo, y el gol, esquivo en mulitud de ocasiones, es hoy una tarea cotidiana, sin aristas. Así debió sentirse Rodrigo, delantero del Benfica y referente de la selección sub-21, que destrozó a Dinamarca en el partido de ida de los playoffs que enfrentan a La Rojita en su camino al Europeo que se disputa el próximo verano en Israel. Lo debió sentir tras firmar cuatro instantáneas enfocadas con su tobillo izquierdo. Un abanico de paisajes, cada uno con su marco, que completó una colección que aguarda la rúbrica a falta del partido de vuelta en Dinamarca, el próximo martes en Aalborg.

Y eso que el envite empezó espeso, con los daneses aguardando el momento para encontrar el fallo en la cadena de montaje de España. Concienciados de no caer en los vaivenes de La Rojita, Dinamarca mantenía un cuarto de campo, el que llevaba hasta Ronnow, acuartelado. Mientras tanto La Rojita bailaba, movía de izquierda a derecha el balón, pero no encontraba como afilar el rectángulo. Sucedió durante quince minutos, donde se impuso el empuje danés al control permanente, culminado con tres disparos que desvió De Gea, seguro en su portería, que se desgañitaba, sin embargo, para corregir una línea defensiva que variaba en ocasiones desacompasada.

España, 5 - Dinamarca, 0

España:  De Gea; Montoya, Bartra, Iñigo Martínez, Planas; Illarramendi, Oriol Romeu; Muniain (Deulofeu, m. 85), Isco, Tello (Sarabia, m. 62) y Rodrigo (Álvaro Vázquez, m. 74).

Dinamarca: Ronnow; Fenger, Vastergaard, Jorgensen, Kirkeskov; Albaek (Hoegh, m. 83), Delaney, Christiansen (Braithwalte, m. 64) , Kusk (Laudrup, m. 66); Emil Larsen y Helenius.

Goles: 1-0. M. 16. Rodrigo. 2-0. M. 18. Rodrigo. 3-0. M. 21. Rodrigo. 4-0. M. 66. Rodrigo. 5-0. M. 79. Isco, de penalti.

Árbitro: Bobby Madden. Amonestó a Rodrigo y Tello.

Estadio del Plantío (Burgos). Unos 8.500 espectadores.


Toda esa historia, un trozo de partido que estaba por desaparecer, sucedía en un recuadro diferente al que se movía Rodrigo. El delantero cabalgaba con la mirada puesta en lo que viene por detrás, consciente de que la portería solo es la mitad del camino. Así le encontró primero Tello con un centro desde la banda izquierda que el ariete del Benfica controló con el pecho para fusilar con su pierna izquierda la portería danesa. Dos movimientos que demostraban que algo acababa de desengrasarse. Con el balón dominado y encontrado el afluente en la delantera, España floreció. No gracias a la lluvia que acompañó todo el partido, sino a la constatación de que la encrucijada no era tal. Así, cuando apenas habían transcurrido ni dos minutos, de nuevo Rodrigo, esta vez tras una asociación terrestre con Isco, driblaba con otro giro de tobillo a Ronnow y marca a placer el segundo.

El medio del Málaga se movió por el campo con la libertad de tener el tablero en la cabeza, y la inmunidad para entrelazar movimientos entre todas las parcelas. Con Muniain y Tello en las bandas, ambas porque se las intercambiaron en varias ocasiones, Isco vivía esperando el siguiente paso de la sombra de Rodrigo. No le bastaría probar con uno, o dos, sino que cuando no se habían cumplido diez minutos del primer tanto, Muniain volvió a conectar con el delantero del Benfica, que se deshizo de Jorgensen con un quiebro y volvió a encontrar la portería rival con un zapatazo a media altura. Debió gustarles la combinación a ambos, ya que de nuevo en la segundo mitad, el medio del Athletic volvió a encontrarle con un centro a ras de césped que el “portugués” acertó a embocar.

Solo hubo un gol que no llevó ese aroma. Lo marcó Isco de penalti, cuando el protagonista de la noche ya había abandonado el campo. Fue el premio para el medio del Málaga, que volvió a demostrar que sobre el nivel se asoma con una suficiencia decarada.

Pero el día  era para Rodrigo, que con un repertorio sencillo en apariencia, cuajó una actuación soberbia en un partido que resultó más sencillo de lo esperado, y en el que sobresalió por encima de sus compañeros. Y eso que a pesar de la altura, hay más de uno que ya tiene su nombre varios escalones por encima de su edad.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

GORKA PÉREZ
Es redactor de la sección de Economía y está especializado en temas laborales. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Antes trabajó en Cadena Ser. Es licenciado en Periodismo por la Universidad del País Vasco y Máster en Información Económica de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_