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Secundarios protagonistas

Webber detesta tener que echar un cable a Vettel mientras que Massa ayudaría encantado a Alonso, pero aún no lo ha conseguido

Oriol Puigdemont
Felipe Massa y Fernando Alonsom en el circuito de Yeongam.
Felipe Massa y Fernando Alonsom en el circuito de Yeongam. JUNG YEON-JE (AFP)

En una especialidad medida a la milésima de segundo como la fórmula 1, cualquier detalle es importante, máxime cuando los dos principales candidatos al título mundial están separados por tan solo cuatro puntos a falta de cinco carreras para bajar el telón del campeonato en Brasil.

Lógicamente, el primer aspecto a tener en cuenta es el rendimiento de Fernando Alonso y Sebastian Vettel. Sin embargo, los resultados de los actores secundarios también desempeñarán un papel determinante. Los de la pareja de McLaren y Kimi Raikkonen, porque pueden inmiscuirse entre un contendiente y otro y ejercer de jueces. Y sobre todo, los de Mark Webber y Felipe Massa, compañeros de taller de Vettel y Alonso respectivamente. La situación de ambos es diametralmente opuesta en todos los sentidos.

Aunque todavía tenga posibilidades aritméticas de proclamarse campeón, son muy pocos los que consideran a Webber una amenaza real para Alonso y Vettel. Más que nada, porque si Red Bull ya le dejó colgado hace dos años, en aquel explosivo Gran Premio de Abu Dabi al que llegó en la segunda posición, a ocho puntos del español, no hay razón alguna para pensar que el equipo de los bólidos energéticos se vaya a poner de su lado ahora que está a 60 cuando en juego hay 125 y Vettel le tiene tan cerca.

Necesito ganar, esa es mi meta. He venido aquí a dar el máximo" Mark Webber

Aquel campeonato ya fue a parar al palmarés de Vettel, circunstancia que atormentó a Webber hasta el extremo de plantearse dejar Red Bull a finales de 2011, algo que no llevó a cabo, según aseguró en una entrevista concedida a este diario, porque no se le presentó otra opción. Desde entonces, el rol de Webber en la estructura de Milton Keynes parece limitarse a las labores de apoyo, algo que, comprensiblemente, detesta y que, aunque solo sea de puertas afuera, se resiste a aceptar.

“Necesito ganar, esa es mi meta. He venido aquí a dar el máximo”, asegura Webber desde Yeongam, donde el domingo (8.00, Antena 3 y TV3) se disputará el Gran Premio de Corea del Sur. “Mi objetivo para lo que resta de temporada se limita a acabar tan bien como pueda”, conviene el veterano corredor de Queanbeyan, de 36 años. Las dos únicas veces que ha conseguido subirse al podio en 2012 lo ha hecho como ganador (Mónaco y Gran Bretaña), una estadística que avala la competitividad del RB8 que conduce, refrendada aún más por las 11 ocasiones en las que se ha metido en la Q3 de 15 posibles.

Las funciones de Webber en la estructura de Milton Keynes parecen limitarse a las labores de apoyo, algo que detesta

El caso de Massa es completamente distinto. En Suzuka volvió a subirse al podio dos años y 35 grandes premios después, un resultado que puede facilitarle la prolongación de su acuerdo con Ferrari. “Esta actuación es muy importante tanto para Felipe como para el equipo”, resumió Stefano Domenicali en Japón. “Eso espero”, resopló el sudamericano. Falta saber, en cualquier caso, si ese segundo puesto supone el salto mortal con pirueta que necesitaba para acercarse un poco a Alonso y, así, colocarse en disposición de echarle un cable.

El ovetense se ha colado en la Q3 en 13 de las 15 que se han corrido mientras que Massa solo lo ha hecho en cinco, una diferencia sustancial que, hasta ahora, ha hecho imposible que el paulista haya podido cubrirle, algo que le vendría de perlas porque terminaría de zanjar la renovación de su contrato con La Scuderia.

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