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Orgía goleadora en Riazor

El Barcelona, huérfano en defensa y letal arriba con un nuevo triplete de Messi, se impone a un aguerrido Deportivo

Marchena trata de parar a Messi.
Marchena trata de parar a Messi.MIGUEL VIDAL (REUTERS)

Hubo un momento en el que los jugadores del Deportivo parecían conos, allí parados, en dos líneas, la más próxima a la meta de cuatro hombres, una más con cinco futbolistas diez metros por delante. Hubo otro en el que parecían virtuosos lanzados hacia una remontada imposible, un remedio de aquella gloriosa noche ante el París Saint Germain, cuando en media hora un 0-3 se convirtió en un 4-3. Hubo instantes, en fin, en los que pareció que el Barcelona iba a deparar un festival inolvidable, un marcador para los anales, una humillación que se frustró porque el Deportivo mostró sus características más palmarias: atrás es permeable como un gruyére, adelante tiene argumentos. Fue en esa última tesitura en la que el Barcelona mostró sus defectos, porque por más que gane y lidere los evidencia. Tiene que ver con una defensa huérfana de sus dos pilares de las últimas campañas (Piqué y Puyol), y ayer, además, con una actuación discreta de Víctor Valdés, que pudo responder mejor en dos de los goles del Deportivo.

DEPORTIVO, 4 – BARCELONA, 5

Deportivo: Aranzubía; Laure, Marchena, Zé Castro, Ayoze; Álex Bergantiños, Abel Aguilar; Bruno Gama (Nelson Oliveira, m. 60), Valerón (Camuñas, m. 60), Pizzi; y Riki (Salomao, m. 78). No utilizados: Lux; Evaldo, Aythami y Juan Domínguez.

Barcelona: Valdés; Montoya, Song, Mascherano, Jordi Alba; Fábregas (Xavi, m. 60), Busquets, Iniesta; Tello (Pedro, m. 55), Messi y Villa (Adriano, m. 53). No utilizados: Pinto; Bartra, Jonathan Dos Santos y Alexis.

Árbitro: Paradas Romero. Expulsó a Mascherano por doble amonestación en el minuto 48. Amonestó a Álex Bergantiños, Ayoze, Valerón, Laure, Jordi Alba y Messi.

Goles: 0-1. M. 2. Jordi Alba. 0-2. M. 7. Tello. 0-3. M. 17. Messi. 1-3. M. 25. Pizzi, de penalti. 2-3. M. 37. Álex Bergantiños. 2-4. M. 42, Messi. 3-4. M. 48. Pizzi. 3-5. M. 75. Messi. M. 4-5. M. 77. Jordi Alba, en propia puerta.

Riazor. 35.000 espectadores

Se desató el partido con giros imprevistos. Oltra lo imaginó pródigo en la contención y la acumulación y se encontró con un agujero que no es novedoso. En Segunda División, o ante la mitad de los equipos de la máxima categoría, se trata de una tara disimulable si se monopoliza la pelota o se explota el más que aceptable caudal ofensivo de sus centrocampistas y delanteros. Ante los mejores equipos del mundo es un pasaporte al suicidio. El Barcelona zigzagueó entre los conos y sin dar la impresión de realizar un gran esfuerzo marcó tres goles en un cuarto de hora. Toque y movimiento, nada forzado, sin esa paciencia que es seña de identidad de la orquesta creada por Guardiola y Vilanova. No era necesario, porque el espacio aparecía enseguida.

Era una cuestión de codicia. Y ahí surgió Fábregas, situado en su posición favorita, la más similar a la que le lanzó a la fama en Londres, partiendo desde atrás y con panorama, navegando entre varias aguas, indetectable para un cono. O para nueve. Cesc lanzó al Barcelona en 15 minutos memorables, abrió la puerta de la casa de Oltra como el mejor de los cerrajeros, con un pase profundo hacia la carrera de Jordi Alba, que entró como un obús entre la defensa para superar a Aranzubía en el mano a mano. Sin balón, el Deportivo siempre fue un pelele. Cinco minutos después del gol de Alba, Messi se filtró como si fuera un desconocido entre las dos líneas diseñadas por Oltra para encontrar a Tello, que tampoco perdonó. Y 10 minutos después se la jugó el propio genio argentino para anotar el tercero desde fuera del área.

Marcó Pizzi y los futbolistas de Oltra se sacudieron la anestesia. También ellos saben que cuanto más lejos de su portería mejores son

Pero el Deportivo emergió. Entró en el partido con un penalti dudoso, porque la falta a Riki, si la hubo, fue muy al filo del área. Marcó Pizzi y los futbolistas de Oltra se sacudieron la anestesia. También ellos saben que cuanto más lejos de su portería mejor equipo son. Encontraron alguna facilidad que no les había anunciado su entrenador, que esperaba una fuerte presión barcelonista tras pérdida de balón. “La hacen siempre con intensidad, aunque estén cansados”, les anticipó. No fue así ayer, como tampoco ocurrió en bastantes partidos de esta campaña. Quizás la ausencia de zagueros rápidos invita a que Vilanova pida a su equipo el repliegue en esas situaciones. Pero también al Barcelona le incomoda trabajar cerca de su área. Con el segundo gol, firmado por Álex Bergantiños tras un córner, percibió que la fiesta inicial viraba a resaca. Ni otro tanto de Messi, con el tercer pase de gol de Fábregas, les evitó el apuro, porque volvió a marcar Pizzi y llegó la expulsión de Mascherano. Por eso entró Xavi, reservado de inicio, para sujetar las riendas cuando el Barcelona, noticia aun en inferioridad, hasta había perdido la pelota. Entonces apareció de nuevo Messi. Y de nuevo también lo inopinado: un autogol de Jordi Alba que estrechó la decisión final de un partido increíble en el que el Deportivo, un equipo en puestos de descenso, le metió cuatro goles al Barcelona y perdió.

Cuatro goles recibidos tras 218 partidos

El Deportivo es el primer equipo que ha logrado marcarle cuatro goles al Barcelona en los últimos 218 encuentros oficiales que disputó el conjunto catalán, aunque no le sirvieron de nada delante de sus aficionados (4-5).

El Barcelona no encajaba cuatro goles desde que visitó al Atlético de Madrid en el Vicente Calderón el 1 de marzo de 2009, si bien entonces su marcador se quedó en tres goles y sufrió la derrota ante los rojiblancos. El equipo azulgrana se había adelantado con goles del francés Henry y del argentino Messi, pero el Atlético empató con goles del uruguayo Forlán y del argentino Agüero. El Barcelona volvió a ponerse por delante con otro gol de Henry, pero Forlán, de penalti, y Agüero consiguieron que el Atlético lograra la victoria.

Al Deportivo, en cambio, 218 partidos después de la aquella cita del Calderón, no le sirvieron los cuatro goles para puntuar ante el Barcelona. Es la primera vez que le sucede al Deportivo en Riazor en la Liga y la segunda en toda su historia en la máxima categoría del fútbol español.

Hasta la cita con el Barcelona, solo había perdido un partido habiendo marcado cuatro tantos, el 11 de septiembre de 1955 en su visita al Murcia (5-4), donde Pahiño logró tres goles y Juan López aportó la otra diana de los blanquiazules en La Condomina. Con cuatro goles en su haber, al Deportivo también se le escapó la victoria en Riazor en la temporada 1949-50 ante la Real Sociedad, aunque puntuó (4-4), y un curso antes no le sirvieron para ganar en Sabadell (4-4), pero sí para rescatar un punto.

La derrota ante el Barcelona es la cuarta que sufre el Deportivo esta temporada, todas ellas consecutivas, y le deja en puestos de descenso con solo seis puntos en ocho partidos.

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