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Vettel vuela ante un Alonso al límite

La remontada del asturiano, segundo tras el alemán, mantiene vivo el campeonato a falta de tres carreras

Oriol Puigdemont
Vettel baña en champán a Alonso en el podio.
Vettel baña en champán a Alonso en el podio.greg baker (AP)

La maña que demuestra Fernando Alonso cuando se pone al volante de un coche lleva ya tiempo dejando con las vergüenzas al aire a Ferrari, la escudería de fórmula 1 más reconocible del campeonato. El sábado, en Delhi, Alonso volvió a exigirles una reacción a los técnicos de Maranello, que siguen sin dar con la fórmula precisa que revitalice lo suficiente el F2012 como para que él pueda medirse en igualdad de condiciones a Sebastian Vettel. Al día siguiente, el español demostró una vez más que sus prestaciones superan ampliamente a las que ofrece el monoplaza que conduce. El asturiano cruzó la meta el segundo, solo por detrás del alemán y tras remontar tres posiciones (se merendó a los dos McLaren y a Webber) respecto a la quinta plaza que ocupó en la parrilla en el momento de la salida.

Con esta última victoria en el circuito de Buddh, la cuarta consecutiva después de las de Singapur, Japón y Corea, Vettel apuntala más su condición de principal candidato a llevarse el premio gordo al final. Esta vez, sin embargo, deberá sudar infinitamente más que la temporada pasada, cuando se impuso cuatro citas antes de que el Mundial bajara el telón en Brasil y gracias a una inercia devastadora que le permitió cerrar el curso con 11 triunfos y 15 pole position, todo un récord.

Esta última conquista, en cualquier caso, supone la quinta del corredor de Heppenheim hasta ahora y la 26ª de su trayectoria en el certamen, una cifra que le deja a solo una de las 27 que posee el pintoresco Jackie Stewart. Webber completó el podio después de convertirse en la última víctima de la voracidad de Alonso, que le pasó por encima (vuelta 48), en una maniobra mucho más sencilla de lo que cabría esperar si no fuera porque el australiano ya llevaba un buen rato rodando sin KERS. De no haber sufrido esta avería, Red Bull se habría apuntado probablemente su segundo doblete de carrerilla después del de hace 15 días, en Corea.

Tanto Ferrari como su primer piloto quisieron ver el vaso medio lleno antes que medio vacío

Llegado el momento de hacer balance del fin de semana, tanto Ferrari como su primer piloto quisieron ver el vaso medio lleno antes que medio vacío. Una actitud de lo más optimista que, por ejemplo, les lleva a otorgarle más valor a los ocho puntos acumulados respecto a su parcela en la parrilla que a los siete perdidos con el líder de la tabla general (ahora está a 13). Una perspectiva curiosa si uno repara en que falta una prueba menos, y que el rendimiento del RB8 sigue siendo algo mejor que el del F2012, sobre todo en las cronometradas, mientras que las fuerzas entre ambos se equilibran un poco más los domingos. Pasito a pasito parece que Ferrari va llegando a la altura de Red Bull, aunque lo hace a la misma velocidad que Vettel se está yendo de Alonso.

Sin apenas margen para nada, los equipos empaquetaron sus bártulos durante la noche para mandarlos camino de Abu Dabi, donde los dos contendientes volverán a saltar a la pista el próximo viernes para comenzar a calibrar la última versión de sus prototipos. Esa será la primera de las tres balas que tiene en la recámara el constructor de il cavallino rampante para voltear una tendencia que se mantiene inamovible desde hace ya más de un mes. Fue entonces cuando la tropa de Milton Keynes, capitaneada por Adrian Newey, el proyectista más influyente de la F-1 moderna, hizo diana y le dio un buen meneo al bólido energético hasta convertirlo en un digno heredero del RB7, considerado por la mayoría como el aparato más dominante de la historia.

“Gracias chicos, esto va para cada uno de vosotros. No importa dónde estéis”, exclamó ayer Baby Schumi por la radio, que de esta manera le puso el lacito a otro gran premio perfecto en el que marcó el ritmo siempre que se puso el casco. Vettel fue el más rápido el viernes, el sábado (pole) y también el domingo, liderando el pelotón de cabo a rabo y sin que nadie le pudiera echarle el lazo. En un momento tan delicado como el actual, la coordinación entre el destacamento desplazado a los circuitos y el que se queda en la fábrica resulta determinante, y en este sentido pocas estructuras tienen el feedback de Red Bull.

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