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Un referente vital

Vilanova se ganó el respeto de sus jugadores por sus conocimientos y su sinceridad

Tito Vilanova.
Tito Vilanova.ALEJANDRO GARCIA (EFE)

Tito Vilanova siempre fue un tipo respetado en el vestuario del Barcelona, aunque solo fuera porque los futbolistas sabían que había crecido en La Masía y se había ganado la vida jugando al fútbol. Y eso ya es mucho. No pasó mucho tiempo hasta que los jugadores descubrieron que, además, era un tipo con conocimientos profundos, con una idea de juego con evidente gusto barcelonista, directo y claro al relacionarse, y que pese a no hablar demasiado, lo que decía siempre tenía sentido. Eso fue antes, incluso, de que se convirtiera en entrenador del primer equipo el pasado verano.

Además, como responsable de la estrategia, generó goles que celebrar, solucionó muchos partidos desde su imaginación y ya se sabe que el agradecimiento del jugador tiene que ver con su ombligo. Para un equipo que venía de trabajar con Rijkaard, que siempre despreció la atención al balón parado, saber que podían decidir partidos en un saque de esquina o en una falta indirecta, le dio aún más valor al trabajo de un entrenador que nunca fue un segundo al uso. “Otros te buscan, nunca sabes si para chivarse al entrenador o para ayudarte, y generan desconfianza. Él no, siempre mantuvo las distancias, nunca fue un típico segundo”, suelen explicar en el camerino.

Lo importante es valorar la suerte de estar sanos” Tito Vilanova, hace un año

Si su trabajo no bastaba, Vilanova contó con el aval de haber sido elegido por Guardiola y, por si no era suficiente, además, Messi siempre le miró con buena cara, cosa que nunca viene mal en el Barcelona: “Fue el primero que me puso de titular, antes apenas jugaba”, recordaba no hace mucho tiempo el argentino, que tuvo a Vilanova como entrenador cuando era cadete y jugaba con Piqué y Fábregas en las divisiones inferiores del Barcelona. Las vacas sagradas del vestuario tampoco tardaron en mostrarle respeto: “Sabe de fútbol”, solía decir Xavi cuando le preguntaban por el de Girona.

Dos momentos puntuales, bien distintos, convirtieron a Tito en algo más que un simple miembro del cuerpo técnico a ojos de los futbolistas, antes de que Zubizarreta le señalara como sustituto de Guardiola. Primero, por su reacción al ser agredido durante el partido de vuelta de la Supercopa de España de la temporada 2011-12 por José Mourinho, entrenador del Real Madrid y, muy especialmente, por la charla que dio en el vestuario el día que volvió a la caseta tras pasar por el quirófano para extraerle un tumor en la glándula parótida, el 22 de noviembre del año pasado.

El equipo supo del problema a punto de partir para Milán a disputar la eliminatoria de la Copa de Europa, y quedó absolutamente conmocionado. Fue el doctor Pruna quien les informó del problema que afectaba a Vilanova. Lo había intentado Pep, pero no podía ni hablar, rompió a llorar a la primera frase y pidió al médico que se explicara él. El equipo, que ya había sido castigado con la dolencia de Abidal meses antes, se rompió del todo. “Impresionaba verles llorar” recuerdan algunos testigos.

A las dos semanas, Tito reapareció por la ciudad deportiva, por el mismo vestuario donde ayer, en persona, les informó de que hoy volverá al quirófano. Entonces, como ayer, los jugadores descubrieron la otra cara del entrenador en toda su extensión. “Fue inolvidable”, cuentan. Los jugadores escucharon a Tito decir que era “una gilipollez” preocuparse de si el equipo estaba a ocho puntos del Madrid o a 10. “Nos dijo que lo importante era que valoráramos la suerte que tenemos de estar sanos, por tener familia, amigos y esta profesión...”, explican los presentes.

Hace unos meses que Tito dejó de ser el segundo y se convirtió en el responsable técnico del equipo. No hubo duda en el vestuario de que Tito iba a sacar adelante el legado que le dejó Guardiola. Tampoco las tuvo él, que se hartó de dar explicaciones sobre su enfermedad. “Estoy bien, si no, no cogería al equipo”. Hasta que una prueba dijo lo contrario el pasado martes.

Hoy, por la tarde, cuando los futbolistas han acudido al entrenamiento, Tito Vilanova les ha dado, en persona, las explicaciones pertinentes y les ha informado de que mañana volverá al quirófano. También les ha avisado de que de saldrá otra vez de esta. Tito ha transmitido calma a unos jugadores, conmocionados otra vez. Y en el vestuario nadie duda de que así será, de que volverá en breve a decirles cuatro cosas antes de los partidos. Porque Tito no es de mucho hablar, pero cuando lo hace, siempre deja algo. Por eso es un referente vital desde hace años.

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