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Más pasado que presente

Madrid y Barcelona parten como favoritos ante un Manchester United y un Milan menos fieros que antaño Málaga y Valencia parten con desventaja

Valencia -
Ronaldo, ante Brown, durante un Manchester United-Real Madrid, en 2003
Ronaldo, ante Brown, durante un Manchester United-Real Madrid, en 2003DARREN STAPLES (REUTERS)

En otros tiempos, estos cruces (Madrid-Manchester United y Milan-Barça) serían el no va más de unos octavos de final. Entre los cuatro suman 23 Copas de Europa, además de los jugadores, los técnicos y los estadios más heráldicos. Hoy, sin embargo, el desequilibrio futbolístico a favor de los españoles es muy pronunciado. Tal vez demasiado. Los dos gigantes de la Liga se sienten bendecidos por el sorteo. Se enfrentan a rivales con más pasado que presente. Lo contrario se intuye en los otros dos adversarios de los españoles. El Valencia se mide al PSG en crecimiento, una colección de estrellas liderada por un Ibrahimovic encendido. El Málaga visitará a un Oporto siempre temible en esta fase de la competición, reconstruido año tras año, casi siempre con jugadores suramericanos revalorizados: donde hubo un Falcao o un Hulk hay ahora un Jackson Martínez o un James Rodríguez.

Old Trafford siempre abre el apetito. Primero, por el regreso de Cristiano a la que fue su casa de 2003 a 2009. Se sintió en la cima del mundo, campeón de Eurocopa y Balón de Oro en 2008. Reencontrará amigos como Rooney, tan bien acompañado desde el verano por el holandés Van Persie. La delantera es lo mejor del United. Mientras De Gea trata de asentarse en la portería, el centro del campo y la defensa dejan mucho que desear. En el banquillo, Ferguson compartirá un vino y algunas tensiones con Mourinho.

El Barça le tiene tomada la medida al Milan, muy descolorido tras la marcha de Ibrahimovic y Thiago Silva al PSG, con la explosión del italo-egipcio El Sharawy en el ataque como única amenaza seria de un conjunto en decadencia. Hasta Puyol, capitán azulgrana, se alegró del sorteo porque, dijo, le gusta jugar en San Siro. La vuelta de Bojan al Camp Nou tendrá su punto de emotividad.

Acuciado por una crisis deportiva e institucional, el Valencia se encuentra a un PSG bañado en oro catarí, una selección de individualidades a las que Carlo Ancelotti trata de dar un sentido colectivo. El Málaga, por su lado, cuenta con la frescura del equipo revelación y la magia de sus centrocampistas frente al oficio de un Oporto siempre solvente, a pesar de las cantadas de su portero Helton.

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