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Un gigante ante el abismo

Mediocre en ataque y falto de agresividad, el Barça Regal se sume en una crisis histórica antes del inicio del Top-16

Robert Álvarez
Vázquez, del Unicaja, tapona a Mickeal al final de un partido.
Vázquez, del Unicaja, tapona a Mickeal al final de un partido.Jorge Zapata

El Barcelona Regal transita en los últimos días de 2012 por un paisaje desolador e inesperado: es el octavo, muy lejos de los puestos de cabeza en la Liga Endesa, y está atormentado por una profunda crisis de juego. El momento es más peliagudo en función de sus compromisos inmediatos, los dos en el Palau Blaugrana: el viernes, el primer partido del exigente Top 16 de la Euroliga ante el Fenerbahçe, y el domingo, ante el Real Madrid, el equipo que cuenta por victorias sus 14 apariciones en la Liga Endesa y que abre mañana la segunda fase de la Euroliga en Berlín (19.00), poco antes de que también vuelvan a la acción el Caja Laboral, ante el Olympiacos (20.45), y el Unicaja, ante el Brose Baskets (20.45).

Es la competición española la que ha encendido todas las alarmas en el Barcelona. Con siete derrotas en 14 jornadas, el equipo de Xavi Pascual se ha situado en una posición muy comprometida; tanto, que por primera vez peligra su clasificación para la Copa, esta vez en Vitoria, del 7 al 10 de febrero. Le quedan tres partidos: ante el Madrid, el Lagun Aro y el Estudiantes. Podría bastarle con dos triunfos. Pero una derrota ante el Madrid en el Palau tendría consecuencias imprevisibles, aunque se descarta de antemano la destitución de Xavi Pascual. En septiembre, el club renovó su confianza en el proyecto y el contrato del entrenador hasta 2015. Pascual siempre ha trabajado en estrecha colaboración con el secretario técnico, Joan Creus.

El equipo es el que menos faltas comete de la ACB y de los que menos recibe

La afición azulgrana ya hizo patente su indignación por la deficiente labor del equipo en el partido ante el Obradoiro (54-62), en el que el Barça se quedó con la anotación más baja en casa desde 1983. Después se produjo la derrota ante el Unicaja, la cuarta consecutiva, ya que antes también perdió ante el Gran Canaria y el CSKA de Moscú.

Se cuestiona el rendimiento de un equipo en el que solo dos jugadores alcanzan un nivel acorde con lo esperado: Tomic y Navarro, los dos únicos que promedian más de 10 puntos, frente a los cinco que sobrepasan esa cifra en el Madrid (Mirotic, Llull, Carroll, Rudy Fernández y Reyes). Lorbek, otra pieza angular y a quien también se renovó el contrato este verano, no rinde como en anteriores temporadas y, por ahora, no se complementa con Tomic como se esperaba. Jawai, lesionado en este momento, aporta intimidación, pero comete muchas faltas absurdas y ni él ni Tomic son capaces de alcanzar el nivel defensivo de sus predecesores Ndong y Vázquez.

La clase media, Rabaseda, Ingles y Wallace, no acaba de dar el paso adelante que se espera de ella. El club apostó por una renovación con la incorporación de jugadores jóvenes como Abrines y Todorovic, que lejos de experimentar un crecimiento han ido perdiéndose en la mediocridad general. Y, mención aparte, merecen los bases ya que Marcelinho Huertas, tan capaz de lo mejor como de lo peor, no consigue la regularidad imprescindible para el equipo y Sada no le enmienda la plana como hizo en su día con Ricky Rubio. De Jasikevicius no se sabe aún muy bien cuál es su papel; volcánico a veces, inadvertido o no utilizado otras.

Su ataque es mediocre, impropio de un equipo puntero: el 10º de la Liga

Las estadísticas retratan las lagunas del juego azulgrana. Su ataque es mediocre, impropio de un equipo puntero: el 10º de la Liga en este aspecto, con una media de 75,9 puntos, muy lejos de los 88,9 del Madrid o de los 82 del Caja Laboral. El ataque azulgrana es tan negado que no compensa, ni de lejos, su buen rendimiento defensivo, el mejor de la ACB, con una media de 69,5 puntos recibidos. El desastre atacante del Barcelona lo delatan sus malos porcentajes en los tiros libres, el 14º de la ACB con un 73,9%, y en los triples, el peor de toda la competición con un 30,6% producto de sus 80 aciertos en sus 287 lanzamientos.

La falta de agresividad del Barcelona también se traduce en su balance de faltas personales: es el que menos comete (18,3 de media) y uno de los que menos recibe (el 14º con una media de 19,5). Su buena producción reboteadora no se ve acompañada por su labor en la recuperación de balones: es el 10º de la Liga con 7,2 robos por partido, lejos de los 9,4 del Valencia o de los 8,8 del Madrid. Otro factor, puesto de manifiesto por Pascual, y que no resulta menor dadas las carencias y las dudas que atenazan a su equipo: “Esta es una situación a la que no estamos acostumbrados”.

Desde 1990, la única ocasión en que el Barcelona acumuló más de siete derrotas a estas alturas de la temporada, fue en la 2006-2007, con seis triunfos y ocho derrotas. Entonces el entrenador era Dusko Ivanovic y su ayudante, Xavi Pascual. En febrero de 2008 se produjo el relevo.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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