_
_
_
_
_

Djokovic apabulla a Ferrer

El serbio abruma 6-2, 6-2 y 6-1 al español, desbordado, y luchará por el título contra el ganador del Federer-Murray

Juan José Mateo
Djokovic celebra la vitoria ante Ferrer.
Djokovic celebra la vitoria ante Ferrer.GREG WOOD (AFP)

 Sobre la pista, David Ferrer experimenta 1h29m de sufrimientos ante el serbio Novak Djokovic (6-2, 6-2 y 6-1). Su duelo de semifinales, sin embargo, acaba mucho antes. Antes de nacer, el pulso muere: cuando el número uno mundial logra su primer break de la tarde (3-2), Ferrer, que entra al partido sabiendo que necesita una guerra, pelea, un marcador a cara de perro, se queda de piedra. Nole esprinta para ganar 10 de los siguientes 14 puntos, suma una nueva rotura, hace suyo el set, y no tiene que apretar los dientes para esperar en la final al ganador del Federer-Murray. Es una exhibición, la mejor expresión del alto escalón que separa ahora mismo a los tres mejores tenistas del resto. Ferrer será el número cuatro desde el lunes y compite con la fiereza de los pioneros que no escuchan a quienes les dicen para, frena, no intentes escalar el Himalaya porque es imposible. Sin embargo, el alicantino solo suma cinco juegos. Pierde ¡siete! veces su servicio. No tiene dictado alguno en el encuentro.

"Jugué increíble, no creo que lo pueda hacer mejor", reacciona el defensor del título, aún sobre la pista. "Felicitar a Novak Djokovic por su partido y su superioridad. Ahora a descansar y pensar en mejorar mi juego", reacciona casi de inmediato el derrotado en las redes sociales.

Ferrer, uno de los mejores restadores del planeta, solo celebra siete puntos en el apartado

El plan del español tiene la extrema dificultad de lo que a simple vista parece sencillo. Intenta acogotar a Djokovic desde el ritmo. Quiere lanzarle varias preguntas: ¿Qué tal tus piernas? ¿Bien? ¿Y los pulmones? ¿Cómo andas de fuerzas? ¿Te imaginas aquí, conmigo, bailando durante cinco horas? Nole, que empezó su carrera sin respuesta para esas dudas, vuelve a demostrar que ya contesta a todo, que no hay argumento que no maneje ni debate en el que no pueda ser protagonista.

El serbio iguala las piernas de Ferrer, tiene también sus infinitos pulmones, y le supera siempre sin permitir que la agonía, la tortura y el sufrimiento de los peloteos alcancen su clímax: ahí, cuando ya al cerebro debería penar le falta de oxígeno, cuando tendrían que gobernar los impulsos antes que las ideas, Nole impone su mayor talento natural, su capacidad innata para disparar un tiro al corazón de Ferrer y desbordarle viniendo de la nada. El español quiere dictar el ritmo. Djokovic se lo aguanta y acelera con ataques furibundos. Brutal. Un ogro. Demasiado para el número cinco mundial, desbordado. El serbio orotagoniza una exhibición antológica, rebosante de aciertos, talento y capacidad ofensiva.

El número uno firma 30 ganadores por los 11 de su contrario. Ferrer, uno de los mejores restadores del planeta, solo celebra siete puntos en el apartado, 41 en total por los 85 de su contrario. Djokovic impone todas sus virtudes y subraya todos sus defectos. Demasiado para Ferrer, lejos siempre de Nole: el domingo, el campeón defenderá su trono.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_