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El Madrid tira de oficio

El conjunto blanco se sobrepone a la lesión de Casillas y termina con nueve, pero nunca sufrió ante un Valencia limitado

Ronaldo, entre Víctor Ruiz y Ricardo Costa.
Ronaldo, entre Víctor Ruiz y Ricardo Costa.Alberto Saiz (AP)

En el peor partido de esta trilogía, el Madrid fue más mourinhista que en las anteriores dos citas frente al Valencia. En el sentido de despachar la eliminatoria con profesionalidad: sin un esfuerzo de más ni más alegrías que las estrictamente clasificatorias. Porque el conjunto blanco perdió a Casillas por lesión y con él la imbatibilidad de los últimos tres encuentros. Pese a que nunca vio peligrar la eliminatoria, el Madrid acabó con nueve, expulsados Coentrão y Di María, un contratiempo inesperado para las semifinales. Cinco expulsados en los últimos seis partidos. Adán erró en el disparo de Tino Costa, aunque el Valencia no pasó de un quiero y no puedo, mostrando todo el catálogo de sus limitaciones en ataque. Compensado en parte por el esperado regreso de Canales, el único con capacidad para colorear un conjunto tan gris.

Parte de la tribuna puesta en pie aplaudiéndole. Los gestos de dolor y de tristeza en la cara. La mano izquierda enrojecida e hinchada. Casillas abandonó Mestalla casi llorando en el minuto 17. Convencido de que tenía algo roto. La grada entendió la solemnidad del momento y lo despidió con respeto. Arbeloa, su propio compañero, le había propinado un patadón en la mano tras un córner botado por Jonathan Viera. Involuntario, por supuesto. Era un balón dividido. El árbitro pitó falta de Cissokho, que pasaba por allí.

Valencia, 1-Madrid, 1

Valencia: Guaita, Joao Pereira, Rami, Ricardo Costa, Cissokho, Víctor Ruiz (Piatti, m.58), Tino Costa, Jonathan Pereira, Jonas (Canales, m.70), Guardado (Banega, m.46) y Valdez.

Real Madrid: Casillas (Adán, m.16), Arbeloa, Varane, Albiol, Coentrao, Khedira, Xabi Alonso, Di María, Ozil (Nacho, m.53), Cristiano Ronaldo y Benzema (Modric, m.74).

Goles: 0-1. M.44: Benzema. 1-1. M. 52: Tino Costa.

Árbitro: Pérez Lasa (Comité vasco). Mostró tarjeta amarilla a los locales Víctor Ruiz, Joao Pereira, Tino Costa, Ricardo Costa y Banega y a los visitantes Cristano Ronaldo, Nacho y Modric. Expulsó a Coentrao (m.51) por doble tarjeta amarilla y a Di María (m.88) con roja directa.

Mestalla: 40.000 espectadores.

A pelota parada, el Valencia había enseñado las uñas en el área blanca, tan temerosa en este tipo de acciones. Valdez, sobre todo, ganó dos saltos sin oposición. Víctor Ruiz, el experimento de Valverde como mediocentro, funcionó inopinadamente. No solo en la contención, entorpeciendo las contras madridistas, sino en una salida limpia del balón: pase seco y preciso de unos cinco metros. El ataque local moría, eso sí, por su falta de velocidad en la zona de tres cuartos. No la tienen ni Jonas, ni Viera ni Valdez. La que le sobraba a Varane para salir al corte. El central francés es pura elegancia: le echó una carrera a Jonas y le sacó los colores al mediapunta brasileño.

Salvo Benzema por Higuaín, Mourinho había repetido el mismo equipo con el que se exhibió el domingo en la primera parte de Mestalla. Variaron las coordenadas. Más contenido el Madrid, sin tantas ganas de demostrar su superioridad. Ni tantas ventajas del rival, reorganizado en torno al equilibrio de Víctor Ruiz —al que le sobró un pisotón a Di María— y a la garra de João Pereira. El duelo de Cristiano Ronaldo con su compatriota João Pereira ya fue mucho más igualado. Dos jugadores rápidos, potentes y agresivos. Otro paisano luso, Ricardo Costa, había sufrido un calvario el pasado domingo de lateral derecho. Tampoco esta vez, aunque actuara en su posición de central, se libró del oprobio. Una patada al aire le impidió cortar un pase en diagonal de Xabi Alonso. La pelota le cayó muy mansa a Benzema ante Guaita. El atacante francés tuvo todo el tiempo para elegir el palo y la potencia del disparo. Era el final de la primera parte y el Madrid, sin apenas esforzarse, se iba ya con una ventaja disuasoria en la eliminatoria. El Valencia había evitado la humillación de la Liga, pero tampoco se pudo permitir ni media esperanza para la segunda parte de la Copa, en la que necesitaba cuatro goles. Estas son las distancias quilométricas que separan ahora ambas plantillas.

El equipo de Mourinho lleva cinco expulsados en los últimos seis partidos

La caballería madridista —Di María, Cristiano, Özil y Benzema— salía a la contra en el arranque del segundo tiempo. Sin la precisión en el remate de otras tardes. Y la respuesta de Guaita. También como en otras ocasiones Coentrão rompió la placidez de sus compañeros con unas manos que le mandaban a la ducha prematuramente. Desde ahí, desde el callejón del ocho y a pierna cambiada, Tino Costa envió un pelotazo a un palmo del suelo que superó a Adán. La grada abandonó el pesimismo y pensó por algunos instantes en algún tipo de redención, pidiéndolo a Tino Costa que lo chutara todo, tal fue la vulnerabilidad advertida en Adán.

Mou recompuso la zaga: Nacho a la derecha y Arbeloa a la izquierda. Casi toda la segunda parte con uno menos. El Madrid se agrupó en torno a su defensa y dejó pasar el tiempo. Sin mayores preocupaciones. El balance ofensivo del Valencia se redujo a algún que otro tiro lejano de Tino Costa. Sin un mínimo de talento, Mestalla no podía confiar en el milagro. Por eso fue tan bien acogida la vuelta de Canales, nueve meses después de una terrible lesión de rodilla. Una luz en medio de la oscuridad de Mestalla.

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