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Golpes contra la melancolía

Durante su baja, Toni Nadal inspiró a su sobrino con reflexiones sobre el paro, el afán de superación o la tragedia de los Andes El mallorquín venció con Mónaco a los checos Cermak y Dlouhy (6-3 y 6-2)

Nadal golpea la pelota en su regreso.Foto: atlas | Vídeo: MARTIN BERNETTI
Juan José Mateo

En España hay casi seis millones de personas que quieren trabajar y no pueden. Nando Parrado y otros 15 compañeros sobrevivieron a un accidente aéreo y a meses de tortura entre los restos del fuselaje y la nieve de Los Andes. Hubo otras lesiones más graves antes. Todo eso va saliendo en las conversaciones que Toni Nadal tiene con su sobrino Rafael durante los siete meses que el campeón de 11 grandes descuenta recuperándose de la rotura parcial de tendón rotuliano y la hoffitis que le han mantenido sin jugar desde Wimbledon. Tras más de medio año parado, el mallorquín volvió a competir anoche, en el dobles del torneo chileno de Viña del Mar. Nadal, que venció con Mónaco a los checos Cermak y Dlouhy (6-3 y 6-2), jugó con la rodilla izquierda vendada. “Los dobles son siempre menos agresivos, mañana [por hoy] veré en el single. Pero es una sensación bonita haber vuelto”, dijo tras el partido el mallorquín, que en el cuadro individual (22.00, Canal+) se medirá al argentino Delbonis. En medio, Nadal habló y habló con su entorno para relativizar su lesión y curar dos heridas: la de su cuerpo y la de su mente.

“Hay que aceptar la realidad. No vamos a hacer un drama de esto”, dice el técnico

“Hay que aceptar la realidad”, le explica a este diario desde Chile el entrenador del mallorquín. “Esto nos ha impedido jugar. Pues a mal tiempo buena cara. Aunque se pueda decir que mal de muchos consuelo de tontos, hay que pensar que esto no te ha pasado solo a ti, sino a mucha gente, y tener esperanza de que de todo se sale en esta vida”, continúa el entrenador, que habló con su sobrino de Juan Martín del Potro o Carlos Moyà, dos jugadores que volvieron al top 10 tras dos lesiones complicadas. “En muchas ocasiones le traslado este mensaje a Rafael. La situación no era nada buena. La lesión nos impidió hacer lo que estamos preparados para hacer: a él competir, a mí entrenar. Siempre le pongo ejemplos. Le dije: ‘En estos momentos, muchos lo pasan mal en España, así que no vamos a hacer un drama de esto”, cierra el entrenador, consternado por las tragedias individuales que esconde la fría estadística del desempleo.

El técnico es un hombre reflexivo, e intentó que su pupilo relativizara su situación. Coautor de un libro que mezcla la filosofía con el tenis (Sirve Nadal, responde Sócrates), siempre se distinguió por su capacidad para inspirar a su sobrino con mensajes cargados de sentido común, lógica y humildad. El norte de Rafael se encuentra a través de las palabras de Toni, que fue estudiante de Historia y de Derecho, y que en más de una ocasión, también ahora durante la baja de su sobrino, le ha hablado de “lo que de verdad importa”. “Gente admirable, que ha superado adversidades en la vida, que ha ayudado a los demás”, le cuenta sobre Nando Parrado, superviviente de la tragedia aérea de los Andes; Irene Villa, víctima del terrorismo de ETA, o Jauma Sanllorente, fundador de la ONG Sonrisas de Bombay, algunos de los ponentes con los que ha coincidido casi una decena de veces en un ciclo de conferencias.

El tenista español juega hoy su primer partido individual en siete meses

Esas son las reflexiones que han acompañado a Nadal camino de su vuelta a las pistas en Chile, donde se ha entrenado con Tommy Robredo y Pablo Andújar, dos especialistas en arcilla. Cuentan quienes vieron esas prácticas que el mallorquín apareció con un doble vendaje compresor protegiendo su rodilla izquierda; que frente al catalán, víctima de un larguísimo viaje transoceánico en avión, no se movió con la soltura con la que acostumbra; y que, finalmente, frente al conquense disputó dos sets al nivel que se le supone en una pista de arcilla, donde ha conquistado 36 de los 50 trofeos que atesora. Para conseguir esos triunfos, la mente del ogro de la tierra tuvo que imponerse casi siempre a los dolores de su musculatura. Ahora, el mallorquín relanza su carrera escuchando a su cuerpo, pendiente de sus sonidos.

“No sé qué va a salir el primer día, si una cara o la otra”, explica Toni sobre las dificultades que afrontará en Viña del Mar su sobrino. “Lo tengo claro: sabría mal perder en primera ronda, por Rafael, por el torneo, pero está dentro de lo posible tras tanto tiempo sin competir. No es fácil reengancharse”, añade. “Tampoco me sorprendería ganar el torneo”, dice. “Ahora hay que ver si la movilidad es buena, si la mente está fresca, porque a la pelota le pega bien”, añade. “Le veo jugando bien, pero no es lo mismo estrenarse que competir: ver qué pasa cuando le pasan cinco bolas más”.

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Sobre la firma

Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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