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“Pellegrini me cambió la mentalidad”

Rafael Pineda
Caballero, en el campo de entrenamiento del Málaga.
Caballero, en el campo de entrenamiento del Málaga. García-Santos

Willy Caballero (Santa Elena, Argentina) está haciendo una gran temporada en el Málaga. A sus 31 años, el portero vive una espléndida madurez. Le ha costado llegar a la élite.

 Pregunta. Hace dos años llegó usted a un Málaga en zona de descenso. Ahora juega por estar entre los cuatro mejores equipos de Europa. ¿Cómo se explica esta transformación?

Respuesta. Se ha plasmado un cambio histórico como era poner a un club que siempre peleó por salvarse entre los mejores. En ese tránsito ha sido fundamental la aportación del cuerpo técnico liderado por Manuel Pellegrini. Pellegrini nos cambió la mentalidad e hizo cuajar a un gran grupo de jugadores que fueron llegando al Málaga. La propia ciudad ha sentido este cambio tan radical, que le permite al aficionado del Málaga estar orgulloso de su equipo.

P. Su trayectoria se asemeja a la del Málaga. Hace dos años jugaba en Segunda y ahora destaca en la Liga de Campeones. Ha mejorado usted mucho, como su propio equipo.

R. Es cierto. Mi carrera experimentó un salto de calidad tremendo al entrenarme y competir con un grupo de jugadores muy buenos. Eso me hizo crecer. Pellegrini, además, te exige el triple de lo que me exigían en Segunda División. O te pones las pilas o te pasan por encima. Pellegrini supo pulir mis defectos y cambiar mi mentalidad.

P. ¿Por qué le ha costado tanto triunfar en Primera?

Pellegrini nos cambió la mentalidad e hizo cuajar a un gran grupo de jugadores que fueron llegando al Málaga

R. No lo sé. Hacía mi trabajo en el Elche y nunca llegaba nada concreto. Todos los años vivía con dos ilusiones que no se plasmaban: el ascenso y mi traspaso a un buen equipo. Nada se concretaba pero nunca bajé los brazos. Ya no me hago esa pregunta. Ahora estoy disfrutando.

P. ¿Cómo se llama el portero del Dortmund?

R. No lo sé, pero sí sé cómo ataja, cuánto mide, cómo va... Estoy seguro de que él tampoco sabe cómo me llamo yo.

P. ¿Se imagina ganando la Liga de Campeones?

R. Todos los días sueño con eso.

P. ¿Es tan fiero el Dortmund como lo pintan?

R. Sí, pero también lo era el Oporto y los dejamos fuera. Lo que más me impresiona de los alemanes es su alma competitiva, que hace que no se rindan nunca. Son una raza guerrera. Además, el Dortmund juega muy bien al fútbol, con creatividad y contundencia.

P. ¿Gatti o Fillol?

R. Me quedo con Fillol.

P. ¿Casillas o Valdés?

R. Casillas fue el mejor hasta que el año pasado lo superó Valdés.

P. ¿Qué le enseñaron en Boca?

R. Todo. Yo era un chiquito de 14 años que llegó de una localidad pequeña a Boca. Me enseñaron a golpear el balón, a pararlo, a gritar, a mandar y a ser arquero. Y lo más importante: me enseñaron a competir siempre por ganar y salir campeón.

P. Usted ganó un oro olímpico con Argentina en Atenas 2004. Su entrenador era Marcelo Bielsa.

Casillas fue el mejor hasta que el año pasado lo superó Valdés

R. Conocía a Marcelo de antes. La convivencia con él en el Preolímpico que ganamos y en los Juegos me dio a conocer a un enfermo del fútbol. Le dedica a este deporte las 24 horas del día. Quiere la perfección en sus equipos. Como persona, a pocos conocí tan recto y sincero.

P. ¿Se parecen en algo Bielsa y Pellegrini?

R. No. Son dos caracteres diferentes tanto en lo personal como en el estilo con el que juegan sus equipos. Marcelo es más de presionar y agobiar al rival, con un fútbol muy vertical. Manuel es mucho más de tener la pelota, de crear, de utilizar la calidad técnica y los espacios para superar al rival. Manuel busca los espacios desde la posesión de balón y Marcelo va con todo, más fuerte.

P. Está haciendo una temporada fantástica. Se ha ganado, además, a la afición. Falló ante el Espanyol y la grada coreó su nombre...

R. Me dolió ese error. La reacción de la gente fue muy agradable. La afición se dio cuenta de mi error, pero me perdonó. Los necesitamos, hoy y siempre.

P. ¿Cuáles son las claves de este Málaga?

R. Un gran grupo de jugadores, una filosofía impuesta por Pellegrini que no cambiamos por nada y la ambición de conseguir algo importante. No queremos que el Málaga tenga techo.

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