Angelitos negros
El futuro del Bilbao Basket era incierto antes y después de la final, pero ganarla o perderla no era intrascendente. No lo era porque un título es un título, europeo aún lo es más, y además daba una plaza en la Euroliga en la que el equipo vizcaíno, en su única participación salió con una nota altísima obligando en cuartos de final al CSKA a jugar un partido más de los tres que tenían previstos (ni siquiera había reservado hotel para un hipotético cuarto partido). Para el Bilbao Basket ganar la Eurocup no solo era una cuestión de prestigio, sino además un acto de servicio para el futuro. La economía le atenaza y muchos jugadores tendrán la obvia tentación de cambiar de aires. Si los euros del patrocinador no llegan (y parece que vienen andando desde Zaragoza y sin rumbo fijo), si las instituciones siguen presas de su falta de liquidez y de recaudación, jugadores y clubes deberán mirar por el futuro más inmediato: unos por irse, otros por venderlos, si es posible, para hacer caja. Se trata de buenos jugadores con un palmarés envidiable. Katsikaris señalaba el jueves anterior al partido que en la cancha de Spiroudome se reunían 105 títulos entre los jugadores de los dos equipos, con ligerísima ventaja para el Lokomotiv.
Es difícil para el Bilbao Basket mantener una estructura de ese nivel con el nivel de deudas adquiridas tras los fallidos en los acuerdos económicos con las Diputación y con el patrocinador. El proyecto deportivo está a expensas del proyecto económico, quizás rebajar las expectativas cuando más ha crecido la afición y cuando se ha dado un recital de savoir faire en Charleroi. El Bilbao Basket se ha instalado entre los grandes de España y ya ha rozado el cielo de Europa en la Euroliga y en la Eurocup, con una final de la Liga Endesa y varias participaciones en los play off de Liga y Copa del Rey. Algo insólito en un club que tiene 13 años de vida, que parecía un invento, un jueguecillo deportivo. Y el 13 puede pasarle factura aunque la economía tiene poco que ver con la superstición. 13 años de su nacimiento, 13 de abril, día de la final, 13 partidos ganados en el torneo de la Eurocup… Demasiado negro, impar y falta para un juego tan vital.
No se sabe si también se van al cielo todos los negritos buenos, que decía el bolero. Pero los hombres de negro tocaron un rato la melena del cielo antes de quemarse las yemas de los dedos en el infierno. Su vida tiene poco que ver con un bolero, suena más a la heroica antes de saber si son angelitos negros o ángeles caídos.
