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Serena detiene el tiempo

Once años después de su primer título parisino (2002), la estadounidense derroca a Sharapova y se convierte en la campeona de más edad (31)

J. J. MATEO
Serena celebra el triunfo ante Sharapova.
Serena celebra el triunfo ante Sharapova.THOMAS COEX (AFP)

El último saque de Serena Williams destruye como una bomba los sueños de Maria Sharapova: rozando los 200 kilómetros por hora (198), el servicio de la estadounidense le da 6-4 y 6-4 su 16º título del Grand Slam, la consolida como número uno y la deja al borde de las lágrimas. Es la campeona de más edad en la historia del torneo de París (31 años). La rusa, destronada, apenas reacciona. Lucha con bravura, pese a que sabe que el destino del partido es irreversible. Acaba sumando su 13ª derrota consecutiva ante la mejor tenista del momento, una de las mejores de la historia por currículo y capacidad de dominar a distintas generaciones.

“Pienso que soy parisina”, se ríe la campeona sobre la pista, recordando que ha encontrado a su media naranja en la ciudad del amor, donde tiene un piso en propiedad y se entrena, circunstancias quizás determinantes en que más de diez años después haya ganado por segunda vez el título grande que más se le resistía (2002). Conociendo a Serena, sin embargo, seguramente tuviera más influencia otra circunstancia. En 2012, la estadounidense se inclinó en primera ronda, ante Razzano. Nunca se había despedido de un grande en la ronda inaugural. Ese borrón en su impresionante currículo le sirvió de espuela para su asalto total en 2013, que culmina una racha de 31 victorias consecutivas y cinco torneos sumados, la mayoría de ellos cediendo apenas unos juegos. Tremendo. “Cuando tenía 10 años, le dije a mis padres que querría estar aquí con el trofeo y hablando francés. Lo he conseguido”, bromeó en francés.

“He tenido derrotas muy duras en este torneo, y una de las victorias más especiales el año pasado. Es duro no haber ganado hoy, pero amo formar parte de este torneo y agradezco vuestro apoyo incansable”, acertó a decir Sharapova, de nuevo desbordada por la agresividad al resto de la estadounidense, que desarboló su afamado servicio incluso después de verse 0-2 abajo en el inicio del partido.

Cuando tenía 10 años, le dije a mis padres que querría estar aquí con el trofeo y hablando francés. Lo he conseguido” Serena Williams

La campeona se dirigirá ahora a Wimbledon, su jardín, para continuar su espectacular camino. En 2013 domina el circuito a su antojo, amparada en su saque supersónico (10 aces en la final), en su potencia y en un hambre eterna. Serena, doble campeona olímpica en 2012, ya lo tiene todo, pero sigue queriendo más. Ya tiene entre ceja y ceja el récord de los 22 grandes de Steffi Graf. Insaciable, solo ella se pondrá el límite en un circuito que le tiene junto a Sharapova como única brújula y referencia sólida. Para empezar, en París, Serena detuvo el tiempo.

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Sobre la firma

J. J. MATEO
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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