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La regata que situó a Alicante en el mapa

La Volvo Ocean Race ha servido para reforzar la marca turística de la capital de la Costa Blanca

El director general de la Volvo Ocean Race, Knut Frostad, en una exposición sobre los 40 años de la prueba.
El director general de la Volvo Ocean Race, Knut Frostad, en una exposición sobre los 40 años de la prueba.EFE

Alicante se prepara para vivir la tercera salida de la Volvo Ocean Race. La vuelta al mundo a vela zarpará el 4 de octubre de 2014 desde la capital de la Costa Blanca, al igual que hizo en sus dos ediciones anteriores (2008 y 2011). Pero, ¿qué ha supuesto esta regata para la ciudad? La principal aportación ha sido situar a Alicante en mapa de los grandes eventos y ha diversificado su oferta turística.

La competición llegó de la mano del expresidente Francisco Camps, y del exalcalde de Alicante, Luís Diaz Alperi, en el último minuto antes de que la crisis económica y el despilfarro enterrara la política de grandes eventos que durante la última década desplegó la Generalitat.

La Volvo supuso, urbanísticamente, la rehabilitación y adaptación del muelle de Levante del puerto, en el que se construyó un edificio de oficinas, y recientemente se ha inaugurado un Museo de la Volvo, que alberga conciertos y otros acontecimientos durante el resto del año.

A la oferta de sol y playa tradicional, Alicante abraza la posibilidad de captar un turismo náutico de alto poder adquisitivo y una gran fidelidad. “Es una lástima que no haya un plan que refuerce la marca de Alicante como destino con otro tipo de eventos”, se queja Cristina Rodes, presidenta de la Asociación Provincial de Hoteles en Alicante. No obstante, la representante del sector reconoce que la Volvo genera con su salida un fuerte impacto económico. Y no exclusivamente los fines de semanas en los que se desarrolla la competición, sino también durante los meses anteriores con la llegada de los equipos, los técnicos y el personal de apoyo que colabora en la regata. Pero es una vez cada cuatro años, y el sector reclama otras actividades para fidelizar al turista náutico.

El impacto económico que generó la primera edición de la Volvo, celebrada en 2008, rondó los 80 millones de euros, según estimaciones oficiales de la Generalitat Valenciana. Esta competición internacional, que arrancó en 1973 y que en 2001 cambió de nombre para llamarse Volvo Ocean Race, congregó a 60.000 turistas en el puerto de Alicante el día de la salida oficial de la última edición.

Las ediciones anteriores, según los estudios encargados por las diferentes administraciones, cifran en 1.500 el número de puestos de trabajo que se generaron en cada edición, y en un millón los turistas que recalaron durante esos 15 días en Alicante. Sin embargo, el dato más potente es el de su impacto televisivo: 800 millones de personas en todo el mundo siguen a través de la televisión el devenir de la competición.

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