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Miss Missy, camino de la leyenda

La estrella estadounidense arrasa en los 200 metros espalda e iguala el récord de cinco oros en un Mundial conseguido antes por Tracy y Libby Tricket

Robert Álvarez
Missy Franklin posa con el oro en 200 metros espalda.
Missy Franklin posa con el oro en 200 metros espalda. JAVIER SORIANO (AFP)

Cinco o seis kilómetros al día, de dos a cuatro horas en el agua y seis o siete sesiones en el gimnasio. Esa es una de las jornadas de entrenamiento habituales de la norteamericana Missy Franklin, el trasfondo de una nadadora casi imbatible en el carrusel de pruebas que afronta en cada gran cita mundial a las que acude.

“Sonrío en las competiciones porque la natación ya es bastante dura de por sí. Sonreír me ayuda a quitarme la presión y a no olvidar que estoy aquí para divertirme”, dice la estrella, de 18 años y estampa impresionante, 1,85 de altura, 75 kilos y un 46 de pie, que sigue el trazo dejado por el Supermán de las piscinas, Michael Phelps.

Miss Missy sumó en Barcelona su quinta medalla de oro. Un repóker agotador, a pesar de que lo redondeó en su prueba predilecta, el 200 espalda, en la que no tiene quien le tosa. Es la única que en los tiempos que corren, cerrada la etapa del poliuretano, baja de los 2m 05s con regularidad. Ganó en el Mundial de hace dos años y en los Juegos de Londres y volvió a conseguirlo en la final del Sant Jordi, que dominó de principio a fin y cerró con un tiempo de 2m 4,76s, casi dos segundos menos que la segunda clasificada, la australiana Belinda Hocking.

Sonrío en las competiciones porque la natación ya es bastante dura de por sí. Me ayuda a quitarme la presión

El oro se ha convertido casi en una rutina para Franklin. Los cinco que colecciona en Barcelona igualan el récord en una cita mundialista, compartido por la estadounidense Tracy Caulkins (Berlín, 1978) y la australiana Libby Tricket (Melbourne, 2007). Misil Franklin ya había ganado los 100 metros espalda, los 200 metros libre y los relevos 4x100 y 4x200 libre. De las seis pruebas en las que ha competido en Barcelona solo falló con su cuarto puesto en los 100 metros libre. Hoy mismo se le presenta la oportunidad de superar el récord de oros en un Mundial ya que competirá con el equipo de 4x100 estilos.

“El 200 espalda es mi carrera favorita pero también la más dolorosa. Estoy contenta y feliz por el resultado, pero muy cansada, exhausta. Solo pienso en ir al hotel, preparar el relevo de estilos que también me gusta mucho, y volver a casa cuanto antes”, afirma la nadadora de Pasadena, California. La ganadora de cuatro oros en los Juegos de Londres y que ya acumula ocho, además de una plata y un bronce en los dos Mundiales en que ha competido, se confiesa un tanto insegura sobre dónde se pueden situar sus límites: “No creo que pueda elegir. Estoy halagada y emocionada por poder competir en tantas pruebas”. Tras el descanso que pueda procurarse tras el Mundial y después de su sensacional ciclo bajo la dirección de Todd Schmitz en Colorado, Missy emprenderá una nueva etapa en su carrera. Ha aceptado una beca de la Universidad de California y pasará a ser dirigida por Teri McKeever, entrenador entre otras, de Natalie Coughlin, Caitlin Leverenz o Dana Vollmer.

La jornada en el Sant Jordi resultó espléndida. La lituana Ruta Meilutyte no solo ganó su semifinal de los 50 metros braza sino que, con 29,48s, superó el récord mundial que en las series disputadas por la mañana había establecido la rusa Yulia Efimova (29,78s). Es el segundo récord mundial en una semana que bate Meilutyte, de 16 años, tras haberlo conseguido también en los 100 metros braza, prueba en que ganó la medalla de oro.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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