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Martino suspira por Puyol

El técnico del Barça pregunta por el estado del capitán por si no llegan centrales solventes

Martino dirige una sesión de entrenamiento del Barcelona en Bangkok.
Martino dirige una sesión de entrenamiento del Barcelona en Bangkok.RUNGROJ YONGRIT (efe)

Al Tata Martino nunca se le escapó la tortuga; fue futbolista de idea rápida y buen pase, pero nunca tuvo prisa y corrió lo justo. Eso es lo que ha demostrado desde que llegó al Barcelona para sustituir a Tito Vilanova. “¿Y Puyol cuando vuelve?”, fue lo primero que preguntó cuando Zubizarreta, el director deportivo, le informó de la precariedad en el eje central de la defensa que presentaba el equipo y que el club estaba sondeando el mercado para contratar un central. El club sigue de compras en el mercado y Martino sondeando lo que tiene en casa consciente de que, tal vez, al final no se concrete el fichaje de un jugador. Pero en el club tienen una cosa clara y una duda: “No podemos ir por el mundo con Piqué y Mascherano”, se dice desde el club, conscientes de la necesidad de encontrar un central poderoso en el juego aéreo, rápido y con buena salida de balón porque la duda es saber si Puyol volverá algún día. Por eso se intentó fichar a Thiago Silva, por eso se ha contactado con David Luiz, del Chelsea, y Agger, del Liverpool. Por eso tuvo en cartera al valencianista Mathieu. Por eso, porque faltan piezas, Martino le preguntó a los médicos la pasada semana: “¿Y Puyol, cuando regresa?”.

Un emisario barcelonista negocia en Londres el fichaje de David Luiz

A la espera del progreso de Bartra, poco utilizado la pasada temporada, por ahora lo más parecido a ese futbolista que necesita el equipo sigue siendo el capitán y un juvenil, Macky Frank Bagnack Mouegni (Yaundé, Camerún, 7 de junio de 1995). Bagnack ha sido convocado para esta gira y Martino le está valorando. El jugador, que mide 1,85 metros, promete. Mientras, Puyol está en Barcelona, trabajando en el proceso de recuperación de la última intervención quirúrgica que se le realizó en la rodilla, así que ayer se libró de una buena: el calor en el entrenamiento matinal era tan alto que en el tartán del estadio morían, abrasadas, las lagartijas. “Por la noche salen los gatos y se las comen”, explican los lugareños. Por contra, por la tarde de lo que se libró fue de una gran tormenta que interrumpió el entrenamiento. Puyol jugó sólo 13 partidos de Liga la pasada temporada y en los últimos tres cursos ha jugado 56 de 114 partidos ligueros.

Por eso y porque en su cuerpo se acumulan 36 partes por lesión desde que llegó al primer equipo, resulta arriesgado confiar solo en el catalán y en los apaños de Song o Adriano, o el compromiso de Mascherano. A Puyol, además, le pasa de todo y ha tenido mala suerte hasta el punto de partirse el pómulo dos veces, y otra, la nariz. En el club saben que el año es demasiado largo como para ir por la vida solo con Piqué, que lleva tres años aguantando al equipo en defensa. Los médicos le han dicho que para mediados de septiembre puede estar en condiciones de reaparecer y Martino, que le espera, así se lo ha hecho saber al club. “No vamos a fichar a cualquiera”, conviene el entrenador, metido en la fase de conocer al personal.

Puyi solo ha podido jugar 56 de los últimos 114 partidos de Liga

El Tata habla lo justo, cuando le toca, pero se le entiende todo. Ayer lo hizo durante una hora larga con los periodistas españoles desplazados hasta Bangkok para seguir la gira del Barcelona, en el tradicional café de cortesía, un acto que se mantiene desde las épocas de Cruyff en pretemporada. Tipo de carácter, el rosarino puede que haya salido por vez primera de Sudamérica para entrenar, pero sabe de qué va la vaina, porque tiene el baúl lleno de etiquetas. Y en consecuencia sabe que cuando el fútbol se ve desde el banquillo, es preferible, muchas veces, no perder la calma. En el transcurso de esa reunión el Tata explicó que espera a Puyol y mira a Bagnack. Al tiempo, Raúl Sanllehí, director de fútbol del Barça, llegaba a Londres a negociar por el jugador brasileño David Luiz. Pero Mourinho no pondrá fácil su salida del Chelsea. “David se ha integrado en nuestra preparación de forma fantástica [después de llegar más tarde de las vacaciones por su presencia en la Copa Confederaciones] y tenemos que aprovechar la calidad que tiene. David se tiene una gran autoestima y mucha confianza en sus posibilidades, especialmente cuando sube con la pelota jugada. ¿Si puede mejorar defensivamente? Claro, y mi trabajo es ayudar a los jugadores a mejorar”.

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