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La travesía más dramática

El español Movistar acabó hundido en la edición de 2006 y su tripulación, rescatada por una embarcación holandesa que acababa de perder a un hombre

La tripulación del Movistar desembarca en Inglaterra desde el ABN Amro 2.
La tripulación del Movistar desembarca en Inglaterra desde el ABN Amro 2.O. KIHLBORG (VOLVO OCEAN RACE)

Siete barcos se dieron cita en Vigo en noviembre de 2005. Sus tripulaciones, dispuestas para embarcarse en una vuelta al mundo que recorrería en siete meses nueve países, atracaría en 12 puertos y recorrería más de 31.000 millas naúticas (más de 57.000 kilómetros). Los participantes no sabían entonces que estaba a punto de dar comienzo una de las ediciones más trágicas de la Volvo Ocean Race.

Ya antes del comienzo de la travesía, algunos de los tripulantes daban la voz de alarma: ese año un nuevo modelo de barco, el Volvo Ocean 60, iniciaba su andadura y algunos vieron en él una embarcación menos fiable que las de otros años. “Son auténticas bestias”, advertía antes de zarpar el patrón del Piratas del Caribe, que acabó segundo ese año. Los presentimientos se cumplieron.

“Son auténticas bestias”, advertía antes de zarpar el patrón del Piratas del Caribe, refiriéndose al nuevo modelo de embarcación

»16 de febrero de 2006. El VO70 Movistar español, con el holandés Bouwe Bekking al frente, entra en la historia. Por primera vez, una embarcación española gana una etapa de la vuelta al mundo a vela. A la una del mediodía, y tras casi cuatro días de navegación, el Movistar era el primero en atracar en Wellington (Nueva Zelanda), tras un duelo durante las últimas horas con el ABN Amro 1, que acabaría ganando esa edición. El barco entraba en la historia, pera ésta se reescribiría meses más tarde.

»2 de marzo. Los diez tripulantes del Movistar sufren un primer aviso: de pelear por la victoria en etapas y pasos intermedios, el barco ahora sobrevive como puede a todo tipo de averías e inclemencias. Ese día, de madrugada, el barco español casi naufraga. La fiabilidad del nuevo modelo comienza a ponerse en entredicho: entró agua por la escotilla y el patrón se vio obligado a lanzar la voz de alarma. Los barcos más próximos estaban entonces alerta ante un eventual rescate. No fue necesario: cruzaron el cabo de Hornos y, tras solventar los primeros problemas in situ, atracaban en el puerto de Ushuaia (Argentina) para reparar los daños. Volvían a echarse al mar rumbo a Río de Janeiro.

»18 de mayo. Los barcos participantes surcan el Atlántico en las últimas etapas, a priori más tranquilas y con la victoria del holandés ABN Amro 1 casi asegurada. Su embarcación gemela, el ABN Amro 2, se encontraba esa madrugada a 1.300 millas naúticas –algo más de 2.400 kilómetros– de la costa británica de Cornualles. Cuatro miembros de su tripulación trabajaban a destajo a las dos de la mañana en la borda del barco, ante olas de hasta cinco metros. Una de ellas arrojó al mar al holandés Hans Horrevoets. Tras un difícil rescate, comunicaron por radio con el hospital de Plymouth. Horas después, en medio del océano, se certificaba su muerte y decidían seguir la travesía como homenaje a su memoria.

Cuatro miembros del ABN Amro 2 trabajaban a destajo de madrugada en la borda. Una ola de cinco metros arrojó a Hans Horrevoets al mar

»21 de mayo. En medio del estupor generado por la muerte de Horrevoets, de 32 años, el patrón del Movistar recibe las predicciones del día: un nuevo temporal es inminente. Están a 500 millas de Portsmouth (unos 900 kilómetros) y llevan horas haciendo frente a una nueva avería. Tras meses haciendo frente a amenazas y desperfectos, la situación se agrava por momentos: una rotura de la unión del casco con la quilla hace que entre cada vez más agua. Deciden esperar a que mejore el tiempo, pero es demasiado tarde. El Movistar se hunde y Bekking decide abandonar. La organización apremia a los embarcaciones más cercanas a acercarse y poner a salvo a su tripulación. Paradojas del destino: el barco más próximo es el holandés. A bordo del ABN Amro 2, 19 personas y un cadáver, escoltados todos ellos por un barco de la Armada británica. Llegaron a Portsmouth, donde finalizaba la etapa y el ABN Amro 1 certificaba la victoria final. Aunque eso, para unos y otros, era ya lo de menos.

»23 de mayo. En algún lugar a centenares de kilómetros de la costa inglesa, la organización deja de recibir señal vía satélite de la embarcación española, con todos sus miembros ya a salvo. El barco se había hundido.

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