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Despertador Thievy

El delantero, famoso en Las Palmas por sus siestas a destiempo, es el mejor revulsivo para el Espanyol de Aguirre

Juan I. Irigoyen
Thievy festeja su gol al Valencia.
Thievy festeja su gol al Valencia.RODOLFO MOLINA (DIARIO AS)

Sonrisa pícara. Mirada graciosa. Cresta portentosa. Thievy Bifouma (Saint Denis, Francia; 1992) se marchó entre sombras y sin hacer ruido del Espanyol de Mauricio Pochettino para jugar cedido la temporada pasada en Las Palmas; ahora, de vuelta en el equipo que dirige Javier Aguirre, brilla con fuerza. Es la continuidad a su curso pasado, donde fue referencia del conjunto canario en su pelea por el ascenso; es la realidad de este Espanyol, donde sale a gol por partido.

Thievy selló el empate ante el Celta (2-2) en la primera jornada y firmó el tercer gol del sábado ante el Valencia (3-1). El delantero, puro vértigo y potencia, vuela en el campo —según estudios que le hicieron en Las Palmas, alcanza los 35km/h de velocidad en un partido— y afila la puntería. Pero este galgo francés que despierta a la afición blanquiazul, disfruta del buen dormir. Un gusto que le jugó malas pasadas, pero que parece tener controlado en Cornellà.

El delantero aterrizó en Barcelona en el verano de 2010. “Había terminado la temporada en Francia y me llamó un amigo para que probara en España”, recuerda Thievy, que estaba en el Racing de Estrasburgo desde los 13 años. Así, con 17, probó suerte en el Draft del Espanyol, donde compitió con más de 30 jóvenes. “Había jugadores de todos los países y quedó él solo. Marcaba la diferencia con su velocidad, sus controles y buen golpeo del balón. Se crea muchas situaciones de gol y no es nada egoísta”, asegura Martín Posse, que estaba en la organización del Draft y que lo dirigió en el Juvenil A.

“Le pusieron más de 10 multas por quedarse dormido y ¡cada una era de 500 euros!”, revelan desde Las Palmas

El 13 de marzo de 2011, se estrenó con el primer equipo del Espanyol frente al Deportivo en Cornellà. En su primer etapa en el conjunto blanquiazul y siempre bajo las órdenes del entrenador argentino, disputó un total de 25 partidos y pegó un solo grito de gol. Disfrutaba de pocas oportunidades y la secretaria técnica entendió que lo mejor era que se puliera lejos de Barcelona. “Me dijeron que habían llegado muchos jugadores y que no iba a tener minutos”, cuenta Thievy, que aceptó sin pensarlo; “no estaba disfrutando en el club, estaba agobiado. No me sentía valorado y encima me avisaron tres días antes de que se cerrara el mercado de fichajes”. Se marchó a Las Palmas.

Todo cambió en la isla. Desfiló en 44 ocasiones con la zamarra amarilla y cantó 11 dianas. “Tiene una gran capacidad de desequilibrio, las defensas contrarias nunca estaban contentas con su presencia”, afirma Sergio Lobera, su técnico entonces. “Cuando lo oyes respirar, ya sabes que algo va a pasar. Es exageradamente rápido”, agrega Manu Sayabera, preparador físico de Las Palmas.

“Era un poco el ídolo en el club. Los chicos lo adoraban por cómo jugaba y también por cómo se vestía. Llegó con las trenzas y acabó con la cresta”, dice Stephane Pignol, compañero del francés en el club canario. “Intentaba aconsejarlo, estar cerca de él. Hacerle entender que el fútbol no es solo un hobby y que tiene que tener controlado su entorno para estar tranquilo en el campo”, asegura Lobera. Aunque su problema, en muchas ocasiones, era que fuera del césped estaba demasiado tranquilo. “Le pusieron más de 10 multas por quedarse dormido y ¡cada una era de 500 euros!”, revelan desde Las Palmas. “En el autobús siempre iba dormido y en la habitación no había día en el que no tuviera que despertarle”, añade Pignol, también compañero en las concentraciones.

A Javier Aguirre, sin embargo, le sedujo su fútbol y pidió a la secretaria técnica del Espanyol que lo repescara, que necesitaba velocidad y efervescencia en el ataque. “Estaba un poco molesto con el Espanyol, pero el mister me hizo entender que son cosas que pasan en el fútbol, que muchos asuntos habían cambiado en el club y que contaba conmigo”, explica el punta, que renovó contrato hasta 2017. “No le prometí la titularidad, sino que sería justo con él”, interviene el entrenador, que, sin embargo, pretende incorporar a otro delantero “alto y fuertote” para completar la línea ofensiva.

Thievy, en cualquier caso, rebate la idea con goles, por más que hasta ahora sea suplente.

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Sobre la firma

Juan I. Irigoyen
Redactor especializado en el FC Barcelona y fútbol sudamericano. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Ha cubierto Mundial de fútbol, Copa América y Champions Femenina. Es licenciado en ADE, MBA en la Universidad Católica Argentina y Máster de Periodismo BCN-NY en la Universitat de Barcelona, en la que es profesor de Periodismo Deportivo.

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