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A mayor exigencia, mejor respuesta

Víctor Valdés, que dejará el Barcelona al finalizar el curso, no tiembla ante la posible crítica del Camp Nou y resulta capital en tres de los primeros cuatro partidos

Jordi Quixano
Busquets, Valdés y Cesc, en la vuelta de honor.
Busquets, Valdés y Cesc, en la vuelta de honor.Alejandro García (EFE)

Convive con el conflicto como nadie. Víctor Valdés, portero del Barça con fecha de caducidad para el próximo curso, asume con naturalidad los enredos y se alimenta de ellos para sacar lo mejor. Se peleó con Val Gaal antes de atornillarse en el primer equipo, siempre replicó con estupendas palomitas cuando el Camp Nou le puso en entredicho, ofreció su mejor versión cuando los seleccionadores ni le citaban, brilló en las finales europeas y ahora recobra los elogios. Y justo cuando existe cierta tirantez con la directiva y el área deportiva, como constató en el acto de presentación de Qatar Airways al eludir la posibilidad de estrecharle la mano al presidente Rosell. “Es un chico de carácter y puede que un día no te salude”, admiten desde el club; “pero desde que nos dijo que quería acabar el contrato, hemos ido de la mano y no hay ningún problema”.

“En el remate de Villa me moví antes porque ya me había metido un gol así”, explica el meta

Recogió el testigo Valdés en Barça TV: “Me ha tocado quedarme la última temporada y estoy feliz porque le doy mucho valor a seguir aquí”. Pero la exigencia de continuar —“hablamos con Reina y Ter Stegen, entre otros, pero lo detuvimos cuando nos dijo que se quería quedar”, cuentan en el Barça— no le resta capacidades, sino lo contrario. Así lo ha manifestado en tres de los cuatro partidos del curso, con estiradas que descifraron el signo del partido. “La figura”, le definió el técnico del Atlético, Simeone, tras la Supercopa.

Dirige todo el mundo la mirada hacia los delanteros del Barça cuando son los guantes los que resuelven partidos. Desdibujó al Málaga con tres paradas de aúpa y lo mismo sucedió en la Supercopa. “En el disparo de Arda es todo reflejos, por más que la bola le fuera a la altura idónea”, apuntó Courtois. “Una parada de reflejos, he tenido la suerte de estar cerca”, aceptó Valdés. En la segunda, a chut de Villa, hizo saltar los flashes, excepcional al tocar con las uñas un disparo raso y ajustado al palo. “Ya le he dicho que me había metido uno así con el Zaragoza y que esta vez me moví un poco antes para llegar”, reveló Valdés.

El vestuario aprecia a Valdés y respeta su decisión de irse, por más que no acabe de compartirla. “Sus paradas explican el portero que es”, intervino Mascherano. “Una actuación grandiosa, es fantástico”, abundó Neymar. “Fundamental, un porterazo”, sintetizó Alexis. “Providencial”, ahondó Piqué; “tenemos que disfrutarlo este año”. Sus estiradas, en cualquier caso, las celebra el equipo, que acumula tres duelos sin encajar un gol. “Presionamos arriba, basculamos y somos solidarios”, expuso Piqué. “Estamos en la buena línea”, subrayó Valdés.

Capital en el título, el 1 lo festejó como si fuera el primero, prodigándose en saludos al Camp Nou. “A Martino le dije que daría todo en cada entrenamiento y partido”, contó Valdés. Así, mientras desde el club y su entorno ya no se da pábulo a teorías, el portero se define con paradas. Valdés lo tiene claro: “El mensaje es que seguimos aquí con ganas de seguir ganando. Y así hasta el final”. Hasta que se acabe el curso.

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