_
_
_
_
_

Kempes regresa a casa

Tres décadas después de jugar su último partido oficial con el Valencia, El Matador vuelve como nuevo embajador por el mundo

Mario Kempes celebra un gol con el Valencia en 1978.
Mario Kempes celebra un gol con el Valencia en 1978.

Acudir a Mestalla en día de partido evoca a tiempos pasados. Cientos de aficionados de mayor o menor edad tienen como denominador común el mismo atuendo: la camiseta de la senyera, actual o retro, con el número diez y el nombre de Kempes o su apodo, El Matador, serigrafiado en la espalda. Tres décadas después de jugar su último partido oficial con el Valencia, Mario Alberto Kempes, regresa al club ché, a su casa, como nuevo embajador del Valencia por el mundo y su representante institucional. “Ser embajador del club es oficializar algo que ya hacía, llevar al Valencia en mi corazón”, declaró Kempes feliz con su nuevo cargo.

Amadeo Salvo y su consejo directivo tienen demasiados retos entre manos. El principal, salvar de la bancarrota al Valencia (Bankia está dispuesta a vender el club al mejor postor si el aval del Instituto Valenciano de Finanzas se confirma como nulo por el Tribunal Superior de Justicia valenciano), terminar el nuevo estadio y recuperar y promocionar el valencianismo por el mundo. Y nada mejor que recurrir al baúl de los recuerdos, uno de los máximos iconos en la historia del Valencia para que le represente.

A pesar de llegar a ser el mejor equipo del mundo en el inicio del nuevo milenio, tras conquistar dos Ligas una copa de la UEFA y una Supercopa de Europa, recordar una época feliz del Valencia es rememorar a la segunda mitad de la década de los setenta del siglo pasado. A mediados 1976, la llegada a la capital del Turia de un delantero argentino de larga melena y poderosa zurda, procedente del Rosario Central, a pesar de haber anotado 97 goles en 127 partidos con los canallas, no despertó gran entusiasmo en el club de Mestalla, que pagó 30 millones de las antiguas pesetas por su pase.

Estuvo ocho temporadas en Mestalla, tras un breve paréntesis de un curso por el River Plate, y dejó el Valencia en 1985

Sus grandes referencias quedaron pronto plasmadas y en su primera temporada de blanco, 1976-1977 (por aquel entonces no figuraba el pantalón negro en la indumentaria che), se proclamó máximo goleador de la Liga española con 24 goles. Repitió pichichi la temporada siguiente anotando 28 tantos. Y culminó el curso proclamándose campeón del mundo con la Argentina anfitriona siendo además el máximo goleador del Mundial y anotando dos goles en la final ante Holanda. En 1979 consiguió con el Valencia la Copa del Rey ante el Madrid anotando los dos goles de la final. La celebración de estos, con su carrera eufórica y los brazos abiertos, perduran grabados en la memoria del valencianismo. El año posterior Kempes completó su palmarés logrando la Recopa y la Supercopa de Europa para el Valencia.

Kempes estuvo ocho temporadas en Mestalla, tras un breve paréntesis de un curso por el River Plate argentino, y dejó el Valencia en 1985. Ninguneado por los dirigentes del Valencia durante tres décadas (salvo unos meses en la temporada 1993-94, en la que fue segundo entrenador con Héctor Núñez en el banquillo), Kempes, cuya trayectoria profesional tras retirarse como futbolista no pasó de dirigir a equipos menores de campeonatos exóticos y de ejercer de comentarista deportivo, siempre presente en la memoria del valencianismo, regresa a Mestalla.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_