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Con o sin Bale, Cristiano

El portugués protagoniza una vez más la victoria de un Real Madrid que tuvo buenos momentos ante un Getafe inocuo (4-1) El galés, lesionado en el calentamiento

José Sámano

Sin Bale o cualquier otro, Cristiano, siempre Cristiano, ese delantero insaciable al que ahora se le ha colgado una sonrisa. Una vez más, sobre el portugués gravitó el Madrid para despachar con absoluta autoridad al Getafe, equipo pulcro, pero de poca armadura, cuyo gol inicial fue episódico, meramente casual. Disperso de entrada y muy firme y decidido en el segundo tiempo, tras el traspié de Vila-real, el grupo de Ancelotti ventiló el encuentro con solvencia. De paso, dejó varias pistas positivas, como el buen gobierno de Illarramendi, el encomiable empuje de Khedira y Di María, ambos con un depósito infinito, y el asentamiento de chicos como Carvajal y Nacho. Y, como ya es habitual, Isco no fue un secundario: otro buen gol y más de una exquisitez. En general, un buen Madrid, sobre todo en el segundo acto, cuando estuvo más equilibrado.

REAL MADRID, 4 - GETAFE, 1

Real Madrid: Diego López; Carvajal, Pepe, Nacho, Arbeloa; Khedira, Illarramendi (Modric, m. 77); Di María, Isco (Jesé, m. 84), Cristiano Ronaldo; y Benzema (Morata, m. 80). No utilizados: Jesús; Varane, Sergio Ramos y Casemiro.

Getafe: Moyá; Arroyo (Rafa, m. 70), Lisandro, Alexis, Escudero (Roberto Lago, m. 46); Míchel, Mosquera; Pedro León, Lafita (Sarabia, m. 45), Diego Castro y Miku. No utilizados: Codina: Gavilán, Borja y Colunga.

Goles: 0-1. M. 5. Lafita. 1-1. M. 19. Pepe. 2-1. M. 33. Cristiano Ronaldo, de penalti. 3-1. M. 59. Isco. 4-1. M. 90. Cristiano.

Árbitro: Fernández Borbalán. Amonestó a Carvajal, Alexis y Pedro León, y expulsó a Míchel por doble amarilla

70.063 espectadores en el Bernabéu. Hizo el saque de honor Pili Peña, campeona del mundo de waterpolo.

La hinchada se quedó con las ganas del estreno de Bale en Chamartín, pero pasó una buena tarde con su equipo, que dejó momentos de buen espectáculo. Al galés le faltan muchas horas de rodaje, las que se ha saltado en una pretemporada con la cabeza en otra cosa y las piernas a remojo. El nuevo valor del florentinismo sintió molestias en el calentamiento. Dejó las carrerillas previas y acabó en la grada. Isco, que tenía jornada de descanso, fue su relevo. El público no tuvo tiempo para chafarse, porque sin tregua Cristiano Ronaldo copó todos los planos desde el primer instante. A los tres minutos, Escudero sacó bajo el larguero un remate del portugués y dos después CR dio carrete a Lafita al quedarse protestando una posible falta de Mosquera. El extremo del Getafe se desentendió de la bronca, avanzó sin estorbos a su alrededor y su disparo desde la frontal lo desvió involuntariamente Pepe. Son muchos y muchos los equipos que lamentan goles tan tempranos en Chamartín. No conviene despertar al Madrid tan rápido. Pocas más noticias hubo del conjunto de Luis García, salvo algunas paradas meritorias de Moyà.

A la ventaja visitante respondió el Madrid de forma algo confusa, un poco precipitado, con un fútbol poco geométrico, más bien alborotado y concediendo más disparos de los convenientes a su adversario. Con Di María e Isco centrados, el equipo se enredaba en un embudo y solo encontraba por los costados a los dos laterales: Carvajal, de vocación ofensiva, y Arbeloa, un guardián defensivo que se busca las habichuelas como puede en la izquierda. Hasta que Cristiano hizo un complicado control en el área para procurarse un remate a bocajarro que rechazó Moyà. A un palmo andaba por allí Pepe, que esta vez embocó en la dirección adecuada. El origen de la jugada fue una falta lateral lanzada por Di María y muy mal defendida por el Getafe, con la línea de protección muy adelantada y sin marcas a la vista. No espabiló, y al instante, en una jugada exacta, casi le sorprende Cristiano. Cristiano, cómo no, siempre en todas.

Son muchos los equipos que lamentan goles tan tempranos en Chamartín

No había escenas sin el delantero portugués, que ya no siempre toma el costado como punto de partida. Ha centrado más su posición. Pero, eso sí, antes y ahora al gol llega con la misma voracidad, con su extraordinaria eficacia. Con el Getafe arrugado ante la crecida local, Alexis le soltó un codazo a Pepe que debió suponerle la expulsión. Se quedó en amarilla y falta para el Madrid. Al zurriagazo de Cristiano también respondió Míchel, incrustado en la barrera, con el codo. En esta ocasión, no para dar un mamporro sino para evitar un balonazo en la cara. Penalti, sin remedio para Moyà ante Cristiano.

Remontado el marcador, a la gente le dio por silbar los oídos a Benzema

Remontado el marcador, a la gente le dio por silbar los oídos a Benzema, al que no le pasan una ni tras su gran partido en Estambul. Cuestión química, cuestión histórica. El madridismo no perdona la molicie, hay que remangarse hasta en situaciones imposibles, en esas jugadas que no tienen vuelta de hoja por mucho que uno se deje la crisma. Por suerte para el francés, sus compañeros le arroparon con ánimos elocuentes y peticiones a la grada para que les secundaran. Parece que en la caseta haya otro clima, menos cicutas. Hasta Cristiano está risueño, como se vio en el túnel de vestuarios antes de salir a la contienda, con palmadas al pecho para todos, incluidos algunos operarios del club. Cristiano está en su salsa, dentro y fuera del campo.

El conjunto blanco cerró el encuentro con seis canteranos alistados

Sobre el césped su frecuencia de éxito resulta increíble. Está ya en los 208 goles, como Hugo Sánchez pero con 78 partidos menos que el fabuloso mexicano. Los mete y los entrega, como el que dio con picardía a Isco, en otra ingenuidad del Getafe, con sus muchachos como estalactitas mientras el luso sacaba una falta, como si estas tuvieran que llevar previo aviso. Isco entró al área, amagó y clavó la pelota en la red. Un gol estupendo, propio de lo que empieza a destilar el malagueño: un segundo delantero, un futbolista delicado en el toque e imaginativo, pero capaz de explotar ambas vetas donde la mayoría se queda en tinieblas, cerca, muy cerca del área. Isco, bien auxiliado por todos, animó el partido y llegaron los mejores momentos del Madrid, de un Madrid que cerró el choque con seis canteranos alistados (Diego López, Carvajal, Nacho, Arbeloa, Jesé y Morata) y un gol de pasarela de Cristiano, una espuela prodigiosa tras una asistencia de Khedira. Cristiano, de principio a fin. Con o sin Bale.

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Sobre la firma

José Sámano
Licenciado en Periodismo, se incorporó a EL PAÍS en 1990, diario en el que ha trabajado durante 25 años en la sección de Deportes, de la que fue Redactor Jefe entre 2006-2014 y 2018-2022. Ha cubierto seis Eurocopas, cuatro Mundiales y dos Juegos Olímpicos.

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