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El Celta destroza al Málaga

Partidazo del equipo de Luis Enrique, que rompe su mala racha con goleada y un estupendo juego frente a un rival sin intensidad y muy blando

Rafael Pineda
Caballero lamenta uno de los goles del Celta.
Caballero lamenta uno de los goles del Celta.Jorge Zapata (EFE)

Partidazo del Celta en La Rosaleda. El conjunto gallego puso fin a su nefasta racha de siete partidos sin ganar de la mejor manera: goleando a un triste Málaga y ofreciendo un magnífico juego. Venció el equipo de Luis Enrique sin renunciar a su estilo, con un fútbol dinámico, preciso y veloz, lo que refuerza la apuesta del técnico asturiano a pesar de sus apreturas en la clasificación. El Celta fue un ciclón y el Málaga, después de un esperanzador comienzo de Liga, queda sumido en un mar de dudas. El resultado deja muy tocado al grupo de Schuster, que se ha debilitado de forma inesperada y que encaró el choque con una falta de intensidad pasmosa. El desencanto de la grada fue de tal calibre ante la goleada recibida que apenas 5.000 espectadores aguantaron al final del encuentro. El Málaga, en caída libre, fue un juguete roto en manos de un excelente rival, que se sobrepuso a sus urgencias para completar una obra estupenda.

Todo fue muy plácido para el Celta. El primer regalo fue ambiental. Málaga recibió al equipo gallego con lluvia y su equipo principal se encargó de formalizar la segunda dádiva con una puesta en escena tan fría como inesperada. Luis Enrique planteó bien el encuentro, provocando la superioridad en el centro del campo ante un Málaga con dos delanteros. Schuster cedió al clamor del entorno y alineó a Santa Cruz y el Hamdaoui juntos. La apuesta atacante se fue al garete por la falta de intensidad del Málaga, impropia de un principio de temporada donde el conjunto andaluz había mostrado brotes de crecimiento futbolístico esperanzadores. Pero jugar al fútbol sin correr es imposible, lo que aprovechó perfectamente el Celta. En especial Álex López, un futbolista dinámico y con gol. El centrocampista se plantó en el borde del área ante la pasividad del doble pivote del Málaga, formado por Camacho y Tissone, para ajustar el balón al palo izquierdo de Caballero. El meta argentino, héroe en el Santiago Bernabéu después de 13 paradas, dobló la rodilla a las primeras de cambio y en el primer tiro a puerta del Celta.

MÁLAGA, 0-CELTA, 5

Málaga: Caballero; Gámez, Chen, Weligton, Antunes; Portillo, Tissone, Camacho (Anderson, m. 46), Duda (Pawlowski, m. 65) ; El Hamdaoui (Morales, m. 46) y Santa Cruz. No utilizados: Kameni; Darder, Eliseu y Samu.

Celta: Yoel; Hugo Mallo, Cabral, Fontás, Aurtenetxe; Oubiña; Augusto (David Rodríguez, m. 77) Mina (Orellana, m. 65), Álex López (Mandina, m. 74), Nolito; y Charles. No utilizados: Sergio; Costas, Jonny y Toni.

Goles: 0-1. M. 5. Álex López. 0-2. M. 23. Augusto. 0-3. M. 64. Álex López. 0-4. M. 73. Nolito. 0-5. M. 81. Charles.

Árbitro: Estrada Fernández. Amonestó a Pawlowski.

La Rosaleda. Unos 18.000 espectadores.

El Málaga se embarulló, superado por el toque del equipo gallego, envalentonado por su ventaja en el marcador. Álex López, que se movió con libertad, estaba en todas. Sacando el balón junto a Oubiña, organizando el contragolpe al lado de Nolito. El Málaga, roto, entendió que de nada sirve jugar con dos puntas si la pelota nunca les llega. Ni Camacho ni Tissone organizaban con criterio y Portillo se perdía en regates inútiles. El Celta, superior en todas las facetas del juego, marcó otro gol después de un error de Antunes gracias a una buena volea de Augusto. Lo curioso del asunto es que con el 0-2 el Celta se hizo dueño del balón, con el Málaga metido en su campo e incapaz de reaccionar.

La Rosaleda, un estadio fiable y fiel, no aguantó más. Arreciaron los silbidos para espolear a un equipo andaluz con un amplísimo margen de mejora. Schuster reforzó el centro del campo, pero no la fortaleza mental de un equipo que, de buenas a primeras, se le ha caído. No tiene demasiada explicación la pasividad en el tercer gol, obra de Álex López, y mucho menos que la zaga malaguista dejara entrar a Nolito en el área con total libertad para que el gaditano hiciera con calidad el cuarto. Su golpeo, eso sí, fue una auténtica obra de arte.

Destrozado el Málaga, el Celta se gustó con una superioridad inusitada. Gracias a ella logró una goleada casi de escándalo. Caballero, en un nuevo servicio para la causa, impidió que la ventaja gallega llegara, al menos, a la media docena.

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