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“La vida en un barco es la mejor posible, es una vida simple”

El noruego Knut Frostad comenzó a navegar por una alergia; hoy es el director general de la Volvo tras cuatro ediciones en el mar

Juan Morenilla
Knut Frostad, en el salón de control de la regata en Alicante.
Knut Frostad, en el salón de control de la regata en Alicante.JOAQUÍN DE HARO

Cada centímetro, cada gramo, cuenta en la Volvo Ocean Race. En 1993, en la primera de sus cuatro participaciones como regatista, Knut Frostad (Noruega, 1967) y sus compañeros cortaban el mango de las cucharas para aligerar el peso del barco. Se quedaron así sin poder usarlas para cocinar. El fabricante del mástil les construyó una del mismo material, fibra de carbono, resistente y muy ligera. Cuatro años después, Knut casi pierde un ojo tras recibir el golpe de una antena del barco. Así es la vida en el océano. Hoy, es el director general de la Volvo y su cuchara está en el museo de la regata en Alicante, desde donde partirá el próximo octubre la siguiente edición. El noruego ha dirigido la expansión internacional de la competición, desde China a Abu Dhabi, y encara el siguiente reto: conquistar el mundo digital.

Pregunta. ¿Sus inicios en la vela?

Respuesta. Empecé a navegar porque tenía alergia al césped. Para mi salud era mejor estar en el mar que estar en tierra. Hasta que tenía 10-11 años y comencé con el windsurf no me gustaba la competición. Eso me llevó a los Juegos de 1988 y luego cambié a barcos de vela pequeños, porque yo era demasiado grande. En Noruega hay mucha tradición de la Vuelta al mundo y me enganché a esta competición desde 1992.

P. ¿Qué recuerda de los Juegos de Barcelona?

R. Para mí han sido los mejores Juegos de la historia porque combinaron un deporte fantástico y una cultura muy rica en Barcelona. Fue la primera vez que la vela se celebró dentro de la ciudad olímpica. Lo habitual es que esté muy alejada. Si hubieran elegido a Madrid 2020, se iba a Valencia. Muy lejos.

P. ¿Cómo es la vida en un barco durante la Volvo?

Knut, junto a un antiguo barco de la Volvo, en Alicante.
Knut, junto a un antiguo barco de la Volvo, en Alicante.JOAQUÍN DE HARO

R. La vida en un barco es la mejor vida posible. Es una vida que odias o que amas profundamente. Es una vida muy simple. Tu único objetivo es navegar lo más rápido posible. Para muchos nueve meses en esos océanos son demasiado tiempo. Pero cada día cambia. Y hay una relación muy especial con la gente con la que estás conviviendo, muy fuerte. Tu vida depende de ellos. Es imposible recrear esta vida en otro contexto.

P. ¿Qué ha vivido en el mar?

R. Mi mejor experiencia fue mi primera regata, joven y sin responsabilidades. Ganamos la segunda etapa. En la segunda Volvo ya era patrón. Chocamos con una ballena y tuvimos daños muy graves en el barco. Según te haces mayor tienes más responsabilidades y no es tan divertido. Mi peor momento fue en 2001. Teníamos un barco demasiado lento y no podíamos engañarnos. Tuvimos que buscar nuevas metas. Fueron los peores nueve meses de mi vida. Crecí como persona.

P. ¿Decidió dejar la competición después de la muerte de Hans Vorrevoets en la edición de 2005-2006?

R. Sí y no. Yo estaba en el Brasil I y no iba a navegar, pero me insistieron e hice las etapas del Pacífico Sur. Yo era el jefe de guardia. Y ahí me dije: “Ya basta, no voy a jugar más al extremo”. Había tomado la decisión de dejarlo antes de su muerte. No cambió mis planes, pero me hizo pensar mucho. Pensé que mi papel en el futuro sería más de gestión. Hay momentos en la vida en los que estás dispuesto a asumir el riesgo y en otros no.

En medio del océano se siente paz. Me encanta estar lejos de todo. Amo el mar. Es impresionante lo grande que es

P. ¿Qué se siente en medio del océano?

R. Paz. Me encanta estar lejos de todo, es una sensación fantástica. Estás nervioso porque los barcos van muy rápido y hay peligro, en la noche puede haber cosas en el agua. El océano es precioso. Me encanta ver la puesta de sol y el atardecer. Es algo que nunca ves cuando estás en tierra. Es fantástico verlo en el mar. Amo el mar. Y es impresionante lo enorme que es.

P. ¿Cómo ha llegado a ser director general de la Volvo Ocean Race?

R. Yo había dejado la vela profesional. Navegaba en una regata desde Tenerife al Caribe. Estaba en medio del océano y me llamaron por si estaba interesado.

P. ¿Qué es esta competición?

R. Es una gran aventura y una gran competición deportiva en la que navegas lo más rápido posible y visitas todos los continentes. Y es uno de las tres competiciones náuticas más importantes junto a los Juegos y a la Copa del América. Tiene por supuesto un aspecto comercial, un patrocinio y muchos temas empresariales, pero en el corazón de la regata está la competición, la más global del mundo.

Knut Frostad, en Alicante.
Knut Frostad, en Alicante.JOAQUÍN DE HARO

P. ¿Cuánta inversión necesita?

R. Para una campaña de dos años entre 10 y 15 millones cada equipo. Esta cifra ha bajado entre un 42 y un 50%. En tiempos de crisis, es difícil conseguir esta inversión. Ahora ha habido cambios para tener un punto de encuentro con los patrocinadores. Cambios en los barcos, en la tecnología, pero se han mantenido los valores centrales y la esencia de la regata. Los patrocinadores son mucho más cuidadosos y la organización tiene muy en mente la eficiencia de costes. En la próxima edición se reducirán incluso más. La crisis no solo está en España, sino en todo el mundo. El mundo no va a volver a 2007.

La regata tiene un aspecto comercial, pero en su corazón está la competición más global del mundo

P. ¿Por qué Alicante como puerto de salida y qué ventajas tiene para la ciudad?

R. En 2008 Alicante consiguió ser puerto de salida. Negociamos cómo tener un impacto mayor y se estableció una alianza que implicó que se trasladara aquí la sede central de la organización. Para la regata era importante que fuera a largo plazo. No tenía sentido venir aquí para una sola salida. Estaremos aquí tres ediciones, hasta final de 2018. Había otras tres ciudades que querían ser sede de la salida. Elegimos Alicante porque aquí había un puerto y una marina que no se utilizaban lo suficiente. Está muy bien comunicada con un aeropuerto internacional. Y desde el punto de vista náutico. La ruta desde el Mediterráneo hasta Ciudad del Cabo es muy buena. Todos están contentos aquí.

P. ¿Cómo se mide el impacto económico?

R. Lo mide Price Waterhouse. Prácticamente el 50% de quienes trabajan en la organización de la Volvo Ocean Race son españoles. Los equipos no vienen aquí el día de la salida, sino un mes antes. Necesitan proveedores, vienen turistas… Cada vez más los proveedores son españoles, desde gestión de eventos, imprenta, transportes... Todo eso es un impacto que se mide. Promovemos Alicante. Ayudamos a que sea más conocida.

P. ¿Se puede comparar a la F-1?

R. Sí, pero un gran premio son unos días y nosotros estamos aquí permanentemente. Somos un evento abierto, gratuito, no cobramos entrada. Y queremos alcanzar a un público mucho más amplio, hombres, mujeres, niños, familias. Tenemos un programa escolar en el Museo para el público infantil.

P. ¿La vela sigue siendo elitista?

En la Volvo no te ayuda venir de una familia rica. Más bien es una desventaja

R. En algunos lugares lo es. Pero la Volvo Ocean Race no lo es. Esta gente ha trabajado mucho para competir en esta regata. De hecho, en la Volvo no te ayuda mucho venir de una familia rica. Más bien es una desventaja. Un ejemplo son las escuelas de vela. Tener un barco grande es muy caro, pero tener un barquito y practicar en una escuela es accesible para los niños. Es un deporte popular que llega a la gente normal.

P. Pero luego es complicado seguir la regata cuando los barcos están en el océano. ¿Cómo lo va a mejorar?

R. Habrá un cambio hacia un canal digital. La televisión no es tan importante para los jóvenes. Usan otros aparatos. La televisión deportiva está muy regulada, hay que luchar contra el fútbol. El terreno digital es mucho más abierto. Si tienes un buen contenido vas a tener un buen seguimiento. Nos vamos a concentrar en lo que es relevante para nuestros seguidores. A la gente que nos sigue no le interesa tanto el barco y la velocidad como la gente que compite.

Estamos intentando hacer un reality show, pero esto es real, en serio, es realidad pura

P. ¿Quiere hacer un gran hermano?

R. Estamos intentando hacer un reality show, pero la diferencia es que esto es real, es en serio, es realidad pura y dura.

P. ¿Qué suponen los barcos de diseño único?

R. Todos los equipos tendrán el mismo barco y las mismas oportunidades. Ya no ganará el que tenga más dinero, más recursos, más tecnología. Va a depender todo de las personas. No queremos que sea una regata que se decida por quién invierte más. El precio del barco se ha reducido un 40% y se alarga su vida mucho más, dos ediciones. En el tema mediático, antes se construía el barco y luego se instalaban todos los equipos. Ahora es al revés. Se ha construido el barco pensando en el equipo de comunicación. Va a ser mucho mejor para la situación de los micrófonos, de las cámaras. La situación de estos elementos es perfecta, y la comunicación va a ser mucho mejor. Todo el mundo odia los cambios, y al principio no te gustan, pero si no cambias, no estás en la realidad.

P. ¿La amenaza de los piratas es real?

R. Es el tema más popular. Es un riesgo, pero hay muchos otros: conflictos políticos, batallas militares, icebergs, la polución de los océanos, tormentas… estamos rodeados de peligros en el mar. La piratería se ha trasladado, según nuestros asesores, a la costa oeste de África, y es mucho menor el peligro que hace tres años. Aunque no está bajo nuestro control.

P. ¿La clave para ganar?

R. Solía ser la preparación, el tener el barco más rápido. Las cosas han cambiado. Ahora impera la gestión del equipo, el liderazgo, tomar las decisiones correctas. El que tenga el equipo más fuerte, el que consiga la unión del equipo, será el que gane. En la anterior edición ya vimos que hubo un cambio. Los tripulantes están más cercanos unos a otros. En toda la historia, solo dos equipos han conseguido dar con la misma tripulación dos vueltas al mundo. En la próxima regata habrá ocho personas en la tripulación y tienen que rotar. En cubierta están cuatro o cinco. Si uno no está al 100%, lo paga otro. Imagínese un equipo de fútbol jugando nueve meses seguidos con los mismos.

P. Ocho navegantes en tripulación masculina y 11 en femenina. ¿Cómo se calcula eso?

R. No es matemático. Como todo se hace en pareja en el barco, no podíamos añadir una mujer más, sino al menos dos. Pensamos que las tripulaciones femeninas fueran de 10 mujeres. Era lo mínimo. Físicamente es un reto para ellas competir en igualdad de condiciones con los hombres. Si hubiéramos añadido dos personas… bien, pero tres más es justo. Tener 11 mujeres por ocho hombres significará que pueden ganar. En la anterior regata teníamos 10 hombres y 13 mujeres, pero no era suficiente. Esta vez pensamos que no bastaría con subir el 25%.

P. Los barcos se construyen en cuatro astilleros, en Italia, Francia, Suiza y Reino Unido. Ninguno español. ¿Por qué?

R. El motivo de elegir estos cuatro astilleros es porque están acostumbrados a trabajar juntos. Planteamos el proyecto a un astillero británico y les dejamos que ellos eligieran otros tres. No les obligamos. En España, North Sails es el fabricante de velas, y una empresa en Valencia se encarga del aparejo.

P. ¿Y el barco español?

R. Estamos trabajando mano a mano con el proyecto español. Progresa muy bien. España está haciendo un progreso muy importante.

Gotas de ojos

Con el título Gotas de ojos aparece esta imagen en la exposición 40 años, 40 miradas en el Museo de la Volvo Ocean Race en Alicante. El protagonista es precisamente el hoy director general, Knut Frostad. La imagen corresponde a la primera etapa, entre Southampton y Ciudad del Cabo, de la edición de 1997-98. Frostad es entonces patrón del Innovation Kvaerner. Frostad ha recibido en un ojo el golpe de una antena del barco, y es atendido por el tripulante australiano Alby Pratt. Ya en tierra, Frostad supo que había salvado el ojo por un milímetro. "Esto refleja que cuando tienes un problema médico importante estás en manos de tus compañeros, dependes totalmente de ellos", cuenta el noruego.

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Sobre la firma

Juan Morenilla
Es redactor en la sección de Deportes. Estudió Comunicación Audiovisual. Trabajó en la delegación de EL PAÍS en Valencia entre 2000 y 2007. Desde entonces, en Madrid. Además de Deportes, también ha trabajado en la edición de América de EL PAÍS.

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