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Dudas y certezas de Xabi Alonso

El jugador, que acaba contrato en 2014, está a la espera de que el Real Madrid le ofrezca una renovación que ve cada día más lejana tras el fichaje de Illarra

Diego Torres
Alonso releva a Illarra en el partido ante el Sevilla
Alonso releva a Illarra en el partido ante el Sevillaluis sevillano

Carlo Ancelotti aparenta ser un hombre vacilante pero alberga pocas dudas. Después de pasarse medio verano entrenando con la plantilla del Madrid emitió un dictamen que sus interlocutores en el cuerpo técnico apuntaron de inmediato. Para el entrenador italiano el jugador más importante de todos era Xabi Alonso porque era el único que por sí mismo estaba capacitado para dotar de un orden al juego del equipo. Eso que Ancelotti, empleando un lenguaje manido, denomina “equilibrio”, eso que define una suerte de balance entre el ataque y la defensa, como si ambas actividades fueran impulsos independientes de un organismo colectivo que es preciso racionalizar, es exactamente la especialidad de Alonso.

Ancelotti tiene menos dudas respecto a Alonso de las que tiene el propio Alonso respecto a su situación en el club, y respecto al club en relación con Alonso. Ya lo repetía José Mourinho: en el Madrid todo es “política”. Precisamente Mourinho, que después de tres años de trabajo psicológico dejó pocos futbolistas en el Madrid que de verdad creyesen en él y uno de ellos fue Alonso. Tal vez porque pocos futbolistas en el mundo han aprendido a calcular mejor las derivadas políticas de sus actos en el club más político de todos. Casi nadie en Valdebebas se dio cuenta con tanto detalle lo que era preciso hacer para ganarse la consideración del poder, el aval de la propaganda oficial, y, por extensión, el apoyo casi unánime de una hinchada dividida. Alonso comprendió que debía estar junto a Mourinho aunque ello le llevara a enfrentarse a sus compañeros. Esa lealtad a la jerarquía le ha servido para que en el día de su regreso, tras cinco meses alejado de la competición por problemas físicos, la hinchada le aclamara con un furor difícil de ver últimamente. La clase de apoyo que Casillas y Ramos, sospechosos para sectores extremistas de la afición, han perdido en los últimos meses. La ovación del miércoles fue atronadora: “Alooooooonso, Alooooooonso…”

A sus 32 años, a partir de enero sería libre para negociar con cualquier otro club

Ancelotti le considera el pilar del proyecto pero dicen en el vestuario que Alonso, hasta hace poco, no se lo ha terminado de creer. En el vestuario se tiene al italiano por un técnico “presidencialista”. Esto significa que, en caso de un conflicto de intereses con el presidente Florentino Pérez, acabará por plegarse a la estrategia de la cúpula directiva. Los jugadores observan que así como la dirigencia sustituyó a Özil por Isco bien podría sustituir, llegado el caso, a Alonso por Illarramendi. Más allá de lo que piense el técnico sobre el carácter fundamental de Alonso, la pregunta que muchos se hacen es lógica: ¿Qué tan fundamental es Alonso para Florentino Pérez? Estas consideraciones han embargado a Alonso en los últimos meses, según sus compañeros. El guipuzcoano acaba contrato en junio de 2014, se quedará libre para negociar con cualquier club a partir de enero, tiene buenas ofertas sobre la mesa y si sabe jugar sus cartas podría firmar un excelente contrato con 32 años. Como el Madrid no ha priorizado su renovación, al menos hasta ahora, Alonso ha optado por pensar en sí mismo antes que en nada. Mientras no reciba una oferta concreta del club, su objetivo sería marcharse libre, cobrar la prima de traspaso, y llegar al Mundial perfectamente a punto para despedirse a lo grande de la selección.

“Tenemos que darle minutos”, dijo el miércoles Ancelotti, cuando le preguntaron por el centrocampista vasco. “Alonso tiene muchas ganas de jugar y creo que está listo para hacerlo desde el principio. Se entrenó muy bien y ha hecho todo lo necesario para estar en una buena condición física. Sin embargo, creo que para él la condición física no es tan importante como para otros porque tiene unas cualidades excepcionales para comprender el juego. Por eso puede jugar aunque no esté al cien por cien”.

Ancelotti observa que Alonso no tiene una tipología precisamente atlética y podría costarle alcanzar su máximo nivel. Frente al Rayo considera que el medio centro podría ser cualquiera. Pero, puesto a imaginar los grandes partidos por venir, apostaría por Alonso antes que por Illarramendi, a quien juzga desatento para ciertas labores relacionadas con el “equilibrio”. Alonso, por su parte, salió encantado con el calor que le brindó el Bernabéu y aseguró en Canal+ que está listo para negociar. “Ahora”, dijo, “es el momento de empezar a hablar con el club de mi futuro. Mientras no estuviera bien no me sentía con ganas de hablar. Tengo muy buena comunicación con el club”.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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