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Unos campeones sorprendentes

Fernando Verdasco y David Marrero derrotan a los Bryan, la mejor pareja de la historia, que les habían ganado siempre, y se coronan como maestros de maestros en Londres

J. J. MATEO
David Marrero y Fernando Verdasco levantan el trofeo de campeones
David Marrero y Fernando Verdasco levantan el trofeo de campeonesANDY RAIN (EFE)

“¡A muerte!”, le musita Fernando Verdasco a David Marrero cuando ya el partido está en eso, en un duelo por la supervivencia que se disputa en el filo de la navaja. Ocurre en el supertie-break que debe decidir la Copa de Maestros ante Bob y Mike Bryan, los gemelos estadounidenses, la mejor pareja de dobles de la historia. En el momento más tenso de su corta carrera de doblistas —empezaron a jugar regularmente en 2012—, los españoles no se dejan intimidar por el currículo de sus contrarios, campeones de 15 grandes, de tres medallas olímpicas y de una Copa Davis con los Estados Unidos. Impulsados por sus derechas y apoyados en la habilidad de Marrero en la red, se imponen 7-5, 6-7 y 10-7 en la final, que el año pasado coronó a Marc López y Marcel Granollers.

“David, gracias por hacerme vivir experiencias increíbles y este fin de temporada”, dijo sobre la pista Verdasco, que volvió a mezclar pelotazos de maestro con fallos sorprendentes en un tenista de su capacidad técnica. “Espero volver aquí el año que viene”, se despidió el madrileño, de 29 años. “Gracias a todos los que vinieron aquí para apoyarnos y sufrir con nosotros”, le continuó Marrero, de 33, que le dedicó entre lágrimas su victoria a su abuelo, fallecido tal día como ayer hace unos años, lo que provocó una estruendosa ovación del público, entregado a la frescura de los ganadores.

Ambos toman el relevo de López y Granollers, vencedores en 2012

Los españoles, que nunca habían vencido a los estadounidenses (0-3), compitieron con la alegría del que se siente libre para fallar, porque no es el favorito ni parece estar destinado al título. Eso les permitió imponerse en un partido eléctrico, lleno de jugadas de reflejos en la red, donde como gatos los cuatro tenistas debieron enfrentarse a momentos de extrema tensión. Desde que en 2001 el Abierto de Australia estrenó nuevas reglas para los dobles mixtos, permitiendo que el ganador del punto del deuce se llevara el juego —no hay ventajas a consolidar, en 40-40 llega el llamado punto de oro— y que el set decisivo se dispute al mejor de 10 puntos, el formato se ha ido extendiendo al resto de grandes y de modalidades de dobles, hasta adoptarse en los torneos de ATP en 2006. Así, los partidos de la especialidad han dejado de ser aptos para cardiacos. Los dobles se deciden a empujones, en un suspiro. “Jugaron muy bien cuando de verdad importaba”, reconocieron sobre los españoles los Bryan, que solo ganaron tres puntos menos que ellos y que en todo 2013 solo celebraron un título (San Petersburgo).

La victoria deja a Carlos Moyà, el seleccionador español, ante un escenario sorprendente. España, un país que lleva años buscando pareja de dobles para la Copa Davis, tiene de repente a las dos últimas duplas coronadas en el torneo que reúne a los mejores de la temporada. En Londres, frente a los mismísimos hermanos Bryan, los mejores fueron Marrero y Verdasco.

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Sobre la firma

J. J. MATEO
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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