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España se juega más que otra Copa

La Roja no solo defiende el trono de 2010 en territorio americano, donde jamás hizo bingo una selección foránea, sino que pone en liza la defensa del ideario y el estilo que les encumbraron desde la Eurocopa de 2008 ● Brasil, Alemania, Argentina e Italia, principales rivales

José Sámano
Iniesta, durante el reciente amistoso contra Sudáfrica.
Iniesta, durante el reciente amistoso contra Sudáfrica.Siphiwe Sibeko (REUTERS)

En un país tan proclive al cainismo, el Mundial de Brasil supone un arma de doble filo para el fútbol español. No solo se trata de defender el trono en territorio americano, donde jamás hizo bingo una selección foránea y en un campeonato en el que el campeón no repite desde hace más de medio siglo (Brasil, 1958 y 1962), sino que el grupo de Del Bosque se juega la defensa de un ideario, el que le ha encumbrado desde su victoria en la Eurocopa de 2008. La selección corre el riesgo de sufrir un traspié que dispare la pirotecnia contra el equipo y, por tanto, ponga en jaque el modelo, lo único que debería ser innegociable. Nada peor que rebobinar a los tiempos de furia y victimismo. Con Luis Aragonés, con Vicente del Bosque, por el inolvidable alumbramiento de la Quinta del Buitre, por la gloriosa senda en la que Pep Guardiola sublimó el contracultural credo de Johan Cruyff, España por fin ha creado escuela, un estilo reconocido y admirado en todo el planeta. Si en Maracaná no se brinda como en Johanesburgo es probable que se ponga a prueba la resistencia de los guardianes del formato frente a los chacales crónicos y los que se reproducirán.

A seis meses vista todo es reparable, pero La Roja ha perdido ángel en sus zonas más distinguidas

La selección no ha dejado las mejores huellas en los últimos tiempos. Tampoco el Barça, su vivero en las mejores épocas. A seis meses vista todo es reparable, pero España ha perdido ángel en sus zonas más distinguidas, en el ingenio de medio campo y la defensa que la sostuvo en sus citas más gloriosas. Xavi, que ha sido el reloj con botas del equipo, no está en su mejor momento; Iniesta, el duende, tampoco. En la zaga, Puyol no sale de la enfermería y Sergio Ramos y Piqué andan despistados. El fútbol es un tobogán, así que ahora son ellos, arquitectos y centuriones, los que despiertan dudas. Hace un parpadeo eran los arietes, los nueves puros. Pero Negredo despega en el Manchester City, a Llorente parece haberle sonado el despertador en el Juventus, Villa ha tomado oxígeno en el Atlético, donde Diego Costa apunta alto, muy alto, ante su esperado advenimiento con La Roja. Por fortuna para Del Bosque, Xabi Alonso ha regresado en plenitud y Busquets, con el que forma una pareja extraordinaria, no es de los azulgrana a la baja. Otra buena señal: en la portería hay más competencia que nunca.

LA ROJA, EN CIFRAS

MUNDIALES: 13

- 56 partidos jugados
- 28 ganados
- 16 perdidos
- 12 empatados
- 88 goles a favor
- 59 goles encajados

PALMARÉS

- Mundiales: 2010
- Eurocopas: 1964, 2008 y 2012

A la espera de cómo derive la segunda parte del curso, si se mantienen los diagnósticos de hoy, Del Bosque tiene fondo de armario. Tanto entre sus pretorianos habituales (Silva, Cazorla, Javi Martínez, Pedro, Navas…) como en el semillero reciente de la Sub 21 (Isco, Illarramendi, Iñigo Martínez, Bartra, Thiago, Koke…). Todos han crecido en el mismo andamiaje, con el catón que Del Bosque y su grupo de trabajo en la federación han hecho calar en todas las categorías. Es precisamente esa hoja de ruta de la que España no debería apartarse, pase lo que pase en Brasil. Si hay tropiezo se impondrá una transición generacional. Quedará tiempo hasta plantearse giros más bruscos, como en su día tuvieron que abordar brasileños y alemanes, por ejemplo. Brasil, la denominación de origen del fútbol, solo pegó un volantazo tras cinco Mundiales en tinieblas (del 74 al 90) y sus títulos de 1994 y 2002 sirvieron para engordar su historial, no su leyenda. Regresó a lo alto del podio, pero ya sin encanto. Alemania ha hecho el camino a la inversa. No levanta la Copa desde el 90 y se ha alejado de la metalurgia para darse un toque más artístico. Ellas, Brasil y Alemania, parten como grandes favoritas de la edición de 2014 junto a Messi, si es que en junio vuelve a ser Messi y el pie de Dios. Más que resetearse, Argentina, salvo en el 78, cuando jugó con muchos más que once, sobre todo en los acuartelamientos de la FIFA, siempre ha tirado de alguna divinidad. Y siempre merodeará Italia, la del 34 o la de 2006, porque ningún equipo es más lineal que la machacona Italia.

Por primera vez, España comprobará en sus entrañas los peajes de un campeón. Más que nunca todos querrán derrotarla. Lo peor sería que se derrotara a sí misma y saliera de Brasil sin corona y un estilo perecedero. Nada la vulgarizaría más que regresar a la caverna de la que salió un inolvidable verano en Suiza y Austria.

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Sobre la firma

José Sámano
Licenciado en Periodismo, se incorporó a EL PAÍS en 1990, diario en el que ha trabajado durante 25 años en la sección de Deportes, de la que fue Redactor Jefe entre 2006-2014 y 2018-2022. Ha cubierto seis Eurocopas, cuatro Mundiales y dos Juegos Olímpicos.

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