La adicción al miedo

Son un puñado de hombres, menos de una treintena, movidos por una especie de amor por lo desconocido. Aquellos que han completado cinco o más ediciones de la Vuelta al mundo a vela, hoy llamada Volvo Ocean Race. Así lo resumió el médico sueco Roger Nilson cuando se embarcaba en su séptima Vuelta, el récord de la competición, la primera en 1981 y la última en 2008, ya con 60 años a bordo del Telefónica Negro: “No esperaba volver, pero es muy difícil rechazar la Volvo si alguien te ofrece la oportunidad. Es una adicción”.

Algo parecido ha debido de sentir el holandés Bouwe Bekking, que se embarcará también en su séptima aventura oceánica, tras anunciarse ayer que competirá con el equipo Brunel.Bekking atrapará a Nilson como los únicos con siete participaciones. Seis navegaron los neozelandeses Grant Dalton, Brad Jackson y Jeffrey Scott, los británicos Neal McDonald y Matthew Humphries, y el sueco Magnus Olsson. Y hasta 19 marineros han bordeado el globo en cinco ocasiones, entre ellos los españoles Guillermo Altadill (dos veces con Fortuna, Assa Abloy, Ericsson y Team Russia) y Roberto Bermúdez (Galicia 93, Assa Abloy, Brasil, Delta Lloyd y Camper). Joan Vila y Pepe Ribes, con cuatro cada uno, son los siguientes en el palmarés nacional de la Volvo.

Pocos mejor que Altadill han reflejado qué se siente en medio del océano. “Es el miedo. Te hace adicto a tenerlo e incluso a veces lo añoras. Es como asomarte a un precipicio. No te quieres caer, pero no puedes reprimir asomarte. A veces el mar parece el infierno: la noche negra, las olas gigantes y desordenadas, la gente gritando para poner entenderse en medio del ruido aullante del viento y el flameo de las velas. Pero chico, si esto es el infierno, prefiero estar así que en un atasco. Yo he elegido mi infierno y me gusta. Es mi forma de vida”.

Bekking igualará a Roger Nilson con siete participaciones; cinco suman los españoles Guillermo Altadill y Roberto Bermúdez

La misma que ha elegido Bekking, este holandés de 50 años que debutó en 1985 y que fue patrón de dos barcos españoles, el Movistar en 2005-2006 y el Telefónica Azul en 2008-2009. En la primera de estas citas vio la muerte de cerca. Bekking fue quien decidió abandonar el Movistar a 400 millas de Irlanda, en el Atlántico Norte, porque se hundía sin remedio. La tripulación fue rescatada por el ABN Amro II, un barco que llevaba a bordo el cadáver de un compañero ahogado, Hans Horrevoets.

Si completa entera la siguiente Volvo, Bekking sumará en sus carnes 230.000 millas naúticas en la prueba, unos 427.000 kilómetros, más que la distancia máxima de la Tierra a la Luna.

En esta Volvo que zarpa de Alicante el próximo octubre no podía faltar Holanda, con 11 barcos participantes en la historia de la regata y tres victorias finales. “Nuestra nación es conocida en el mundo como un país de molinos de viento, diques, tulipanes, queso y zuecos de madera, y de la Volvo Ocean Race. La regata está en nuestra sangre”, comentó ayer Bekking.

Brunel es el cuarto equipo en confirmar su presencia en Alicante, tras Team SCA (femenino), Abu Dhabi y el chino Dongfeng. España sigue braceando para atar su concurso.