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“El físico de Diego Costa es ilógico”

Óscar Ortega, preparador del Atlético, una de las claves de la buena marcha de los rojiblancos con su metodología, se sorprende de las cualidades del goleador hispano-brasileño

Ladislao J. Moñino
Oscar Ortega, preparador físico del Atlético de Madrid, fotografiado en el Cerro del Espino, Majadahonda.
Oscar Ortega, preparador físico del Atlético de Madrid, fotografiado en el Cerro del Espino, Majadahonda.ULY MARTIN

“Nací en Montevideo, en el barrio de Punta Carretas, llevo en la sangre el carnaval y la murga (una especie de chirigotas) y soy un futbolero de ley, de Peñarol, porque me gusta lo popular”. Quien se define así es el hombre sobre el que recaen gran parte de los méritos que llevaron a Joaquín Caparrós a definir al Atlético, tras la exhibición física que derrotó al Levante el sábado pasado, como “un martillo que te machaca”.

Bajito y poseedor de una mirada pícara que transmiten sus también diminutos ojos, Óscar Ortega (55 años), el preparador físico del Atlético, transmite un porte en el que se entremezclan los andares de una autoridad docente, responde al apodo de El Profe, con una verborrea vivaracha y satírica. “Eh Villa, vos venís de un grande como el Barcelona y te gusta hacer trampas”, se le escucha bromear en el Cerro del Espino durante un ejercicio que pone a prueba la capacidad de reacción y la explosividad del plantel.

“En mi barrio fui un chico de esquina porque había que estar vivo, solo había una pelota para jugar y si no estabas rápido no jugabas, o no te podías agarrar a la plataforma trasera del ómnibus para no pagar. También juntaba pelotitas de golf para sacar dinero. Había que ayudar a la familia e incluso cuando empecé a trabajar en el fútbol base lo compaginé enseñando rugby en el colegio Británico de Montevideo”, relata con nostalgia. La pregunta es obligada porque el Atlético juega con el aire combativo del deporte del balón ovalado: ¿Qué extrajo del rugby? “No es que me guste mucho o que lo domine, pero del rugby aprendí el sistema de cuadrículas, es un deporte que divide en muchos sectores el campo para montar estructuras donde se crean unas situaciones de juego con enfrentamiento directo. Hay cosas que son transferibles, cómo saber en qué sector es más importante una presión, un tackle… También el trabajo integrado”.

Con esto último, Ortega se refiere a que el Atlético juega como entrena, con una intensidad brutal, recreando en los ejercicios situaciones que pueden darse en los partidos, incluso dependiendo del rival. “Es un modelo duro de asimilar porque obliga a una mejora metabólica, a entrenar a otro ritmo, y luego hay que saber llegar al jugador para poder llevarlo al campo, que es lo más difícil”.

Del rugby aprendí el trabajo en cuádriculas y en qué zonas es mejor presionar

De esa mejora metabólica, Ortega hace hincapié en el V02max: “Es la potencia aeróbica, un área de consumo de oxígeno que puede ser máxima o casi máxima. El consumo máximo se mejora hasta un punto, después hay que mantenerlo. A este nivel tenemos que enfocarnos en la potencia aeróbica para lograr un rendimiento, en el cual si un futbolista tiene un mejor consumo tiene más posibilidades de distribuirse por el campo con menor cansancio”.

El Profe, “a los 21 años me convertí en el extranjero que soy”, es un trotamundos. Ha preparado en México, Colombia, Chile, Japón, Argentina y España. De ese amplio periplo, cuando se le pide que hable de los jugadores que más le han impactado, señala al Pato Aguilera, “con todos los respetos, el último gran futbolista de Uruguay, porque era la calle, tan bajito y pícaro y con esa calidad para definir”; de la exquisitez de Fernando Torres “desde la velocidad”; del colombiano René Valenciano “tan goleador y tan técnico, pese a sus problemas de sobrepeso”. Y cómo no, de Diego Costa: “Un toro. Hay cosas ilógicas en él que son difíciles explicar, aunque hayas leído mil libros. No tiene lógica que se esté recuperando de una grave lesión de rodilla y se vaya al Rayo y marque nueve goles, cuando no tenía trabajo de base, eso habla de un portento. Me rompía los ojos, cuando lo vi en la primera pretemporada. Le preguntaba qué trabajo había hecho de juvenil y me respondía que ninguno, que jugaba al fútbol de la calle. Para él no hay límites de la fuerza, aunque hay que cuidarle mucho su rodilla y de su tobillo”.

Ortega dirige un calentamiento del Atlético.
Ortega dirige un calentamiento del Atlético.PEPE ANDRES (DIARIO AS)

En España, Ortega aterrizó en el Sevilla de la mano de Marcos Alonso y en 2003 coincidió por primera vez con Simeone, que afrontaba su segunda etapa como jugador rojiblanco dirigido por Gregorio Manzano. “Cuando lo tuve de futbolista ya era un entrenador, miraba más desde afuera que desde adentro. Era más un nucleador, un eterno provocador de reuniones cuando algo no le gustaba, y siempre con la intención de transmitir esa competitividad tan fuerte. De futbolista era más duro que de entrenador, era tremendo con sus compañeros, era muy exigente había que ganar y no entraba en muchas razones. Ahora es también muy exigente, pero más contemplativo, más flexible y pedagógico y más compañero. Le preocupa mucho no ser justo con los jugadores”.

Mantenernos cerca del Barça alimentará la tensión y la estabilidad competitiva

La otra gran cuestión que le atañe a Ortega, la que tiene en vilo a la hinchada rojiblanca y alimenta las tertulias de la prensa, es saber si el equipo aguantará a su vuelta de las vacaciones ese ritmo infernal con el que se emplea en los partidos y en los entrenamientos: “En la segunda parte de la temporada nos tenemos que preocupar mucho en las tareas profilácticas de prevenir lesiones, cuidar la alimentación y hacer buenos controles telemétricos con los GPS que utilizamos. Con todo ese bagaje, el equipo va a mantener la estabilidad. Va a tener algún bajón, pero también picos altos”.

El fondo de armario también lo considera decisivo para que el Atlético siga arriba: “Los jugadores que puedan entrar cuando el míster los necesite nos tienen que mantener el nivel. Si nos dan un salto de calidad, mejor, pero si no nos bajan el nivel, también lo aplaudimos. Hasta ahora lo hemos logrado y sabemos que la predisposición del grupo la tenemos porque les planteas si van a estar preparados para esto o aquello y te responden: ‘Como toros profe’. Se llevan bien y tienen ese hambre de ganar y ganar”. El estar muy parejo en la tabla al Barcelona es otro acicate: “Este año es distinto al otro, a estas alturas nos sacaban ocho puntos. Mantenernos tan cerca nos alimentará más la tensión y la estabilidad competitiva”, concluye.

Simeone cumple dos años

  • El 23 de diciembre de 2011 el Atlético anuncia la contratación de Simeone como relevo de Gregorio Manzano. Debutó el 7 de enero de 2012 ante el Málaga en La Rosaleda con un 0-0.
  • Ha dirigido 114 partidos con un balance de 76 victorias (67,%), 21 empates (18%) y 17 derrotas (15%).
  • Ha ganado tres títulos: Liga Europa (2012), Supercopa de Europa (2012) y Copa (2013).
  • En los 77 partidos de Liga que ha disputado ha obtenido 159 puntos sobre 231, un 69%.
  • Su equipo suma 141 goles en Liga, con un promedio de 1, 8 tantos por partido. Los goles encajados en Liga han sido 61, a una media de 0,8 por partido. La temporada pasada, Thibaut Courtois fue el portero menos goleado con 31 tantos encajados.
  • A falta de dos jornadas para el final de la primera vuelta, los 46 puntos que lleva el Atlético en la Liga son la mejor puntuación de su historia.
  • En las últimas 61 jornadas no le han pitado un penalti en contra. El último fue el 11 de abril de 2012 y se lo marcó Cristiano Ronaldo.

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Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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