Barreda se aleja y Roma da la campanada

Joan Barreda salía desde la tercera posición. Y sabía que no era una mala forma de empezar el día, esta vez algo más tarde, básicamente porque las lluvias de la semana pasada obligaron a la organización a redibujar la ruta para esta tercera etapa, entre San Rafael y San Juan, cuya especial comenzaría a la altura del kilómetro 130 del trazado original. Salió en tercer lugar, pasó Chaleco López, y divisó a los lejos cómo su compañero Sunderland, ganador de la etapa anterior, equivocaba el camino. Él no le siguió. Tomó la ruta correcta. Y, desde entonces, ya nadie le vio el pelo.

Los pilotos se encontraron con los primeros obstáculos montañosos

Se enfrentó solo a una etapa más propia de las pruebas de trial, con mucho escalón. La altura, además, lo complicaba todo un poco más. Las motos alcanzaron los 4.300 metros. Era esta la primera jornada montañosa, al acercarse a la cordillera. El volcán Aconcagua les observaba a todo, en sus aciertos y sus equivocaciones, en sus divagaciones también. Pues, explicaba el líder, era necesario detenerse de vez en cuando y divisar a lo lejos el paisaje para no perder consciencia de los movimientos que debían seguir a continuación.

Barreda fue, además del más rápido, el primero en llegar a la meta. Y completó la jornada con más de cuatro minutos de ventaja sobre Despres, segundo, y unos siete sobre Coma. Así pues, el chico de Castellón, que ganó la etapa inaugural del Rally Dakar y aspira a vencer la prueba por vez primera montado en una Honda velocísima, se destaca en la general, donde obtiene un margen de unos 13 minutos sobre el francés, último ganador, y casi 14 sobre Coma.

Los tres primeros días, muy duros, ofrecen ya bajas importantes

El recorrido para los coches también fue recortado el día anterior: finalizó tras 222 kilómetros. Y fue Nani Roma el que llevó la voz cantante durante la especial. El español saco mejor partido que nadie a su Mini en esta primera etapa de montaña: no sólo ganó sino que sacó 10 minutos a Al-Attiyah, 14 a De Villiers, 16 a Sainz y 28 a Peterhansel, el ganador de 2013. Roma tiene ahora como perseguidor en la general a Orly Terranova, compañero en el equipo Mini y, también, principal rival a estas alturas. Se sitúa a nueve minutos. Le siguen Al-Attiyah, Sainz y Peterhansel, que ya cede 24 minutos. Era el francés el encargado de abrir pista y acusó la novatada: una zona con vegetación baja y muchos pinchos le provocó hasta seis pinchazos, dos de ellos los solucionó aumentando la presión. Solo llevaba tres ruedas encima, de modo que necesitó de un neumático extra, que le prestó Terranova. También Sainz –que quiso aclarar que Roma le pidió disculpas por el incidente del primer día, ya que era al catalán a quien no le funcionaba el Sentinel- pinchó, hasta en tres ocasiones. La última la solventó hinchando la rueda cuando era necesario, pues ya no tenía más recambios encima.

Los tres primeros días, muy duros, ofrecen ya bajas importantes, como la de Ruben Faria, piloto de KTM, que tuvo que abandonar ayer después de una caída, o el ganador del Dakar en quads, Marcos Patronelli, que se tiró de su máquina en marcha al perder el control de esta, que terminó cayendo por un precipicio de unos 600 metros de altura. La jornada se endurecería a medida que avanzara la noche para las motos, que vivían su primera etapa maratón. Los problemas mecánicos esta vez se los deben solucionar ellos mismos, pues no hay asistencias, ni ningún miembro de los equipos en el campamento improvisado montado expresamente para ellos. Hasta que no lleguen al campamento en Chilecito, próxima estación, no habrá terminado la primera pequeña aventura de este Dakar.