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OBITUARIO

Chris Chataway, atleta que contribuyó a derribar un mito

El plusmarquista mundial de los 5.000 metros, apodado El Zorro Rojo, ayudó a Roger Bannister a bajar de los 4 minutos en la milla

Carlos Arribas
Chris Chataway, disputando la prueba de la milla en 1952.
Chris Chataway, disputando la prueba de la milla en 1952. CORBIS

Entonces, hace 60 años, los atletas, alumnos de Oxford, olímpicos que leían a los clásicos griegos, consideraban la carrera como una de las formas más perfectas de expresión física, perfección que se podía alcanzar entrenándose solo media hora al día, cinco días a la semana, después de haber terminado el trabajo, por ejemplo, como médico en un hospital o como químico en un laboratorio. Roger Bannister lo predicaba así, era su cruzada, y Chris Chataway, fallecido el domingo, a los 82 años, era uno de sus apóstoles.

Entonces, recién ascendida Isabel II al trono británico, la conquista del Everest era un mito recién derribado y correr una milla por debajo de cuatro minutos se convirtió en el Everest del atletismo, un desafío al espíritu de conquista. De manera espontánea se estableció una competición feroz entre tres países: EE UU, representado por Wes Santee; Australia y John Landy; y el Reino Unido de los llamados jóvenes isabelinos, determinados, ingenuamente optimistas y, sobre todo, patriotas, liderados por Bannister, médico licenciado en Oxford, al que acompañaban Chataway, abogado y economista, también de Oxford, y Chris Brasher. El 6 de mayo de 1954, a las 11 de la mañana, una vez terminada su guardia de interno en el servicio de neurología en el hospital de Saint Mary's, en Londres, Bannister afiló los clavos de sus zapatillas y tomó en Paddington un tren a Oxford. Aquella tarde, en la pista de Iffley Road de la ciudad universitaria, le esperaban Brasher y Chataway, sus liebres, uno de los elementos clave del intento.

Mientras Brasher, un especialista de 3.000 metros obstáculos, se encargó de marcar el ritmo en las dos primeras vueltas, que pasó por debajo de los 2m, como estaba previsto, Chataway, un especialista en 5.000 metros conocido como El Zorro Rojo por su tenacidad y el color de su pelo, y como gran fumador de puros (como el que encendió después de batir el récord del mundo de los 5.000 metros ese verano, 13m 51s) temía no estar a la altura y no ser capaz de pasar por 3m justos los 1.200m. Pero aquel 6 de mayo lo consiguió y fue capaz de seguir tirando de Bannister 100 metros más de lo convenido. “Ha sido una tarea común, entre los tres lo hemos conseguido”, reconoció luego Bannister, después de conocer que, con un tiempo de 3m 59,4s, se había convertido en el primer atleta que bajaba de los 4 minutos en la milla (1.612 metros).

Quizá a su pesar, el esfuerzo de Chataway fue fundamental para que el récord de su amigo Bannister durara solo 46 días. En junio, en Turku (Finlandia), Landy corrió la milla en 3m 58s. “No lo habría conseguido sin la feroz oposición de Chataway”, dijo el australiano. “He sentido su aliento en la nuca hasta la última curva, me ha obligado a ir al límite”.

Cuando dejó el atletismo, Chataway trabajó como periodista en la ITN, la primera televisión comercial británica, y en la BBC. Después se dedicó plenamente a la política. Fue largos años diputado del partido conservador en la época de Harold Macmillan y llegó a ser ministro en el gabinete de Edward Heath en 1970. Nunca dejó de fumar, de beber buen vino y, por supuesto, de correr, la actividad más perfecta a la que se puede dedicar el ser humano.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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