_
_
_
_
_
ENTREVISTA

“Nunca llevo mallas apretadas”

Javier Fernández, madrileño de 22 años, es la principal esperanza de España para lograr su tercera medalla Olímpica

Carmen Pérez-Lanzac
El patinador Javier Fernández.
El patinador Javier Fernández.JAMES RAJOTTE

Pregunta.¿Cuándo se enamoró del patinaje artístico?

Respuesta. Mi hermana, que me saca dos años, lo vio por televisión y le gustó. Le pidió a mis padres que la apuntaran a clases. Yo iba con ellos a recogerla y la veía patinar. Me encantaba. Y dije que yo también quería.

P. Su padre es militar, ¿demasiado contraste entre ambos?

R. Para nada. Desde niño me ha encantado lo militar. He pasado mucho tiempo en el cuartel con él aprendiendo. Siempre me ha fascinado el trabajo de mi padre, que para mí es como un héroe. Mi padre y mi madre. Me han dado todas las facilidades que he necesitado. Estamos súper unidos y siempre ha estado orgulloso del deporte que he hecho y de mí.

P. Estudiar no era lo suyo.

R. Nunca ha sido mi fuerte. El patinaje me quitaba tiempo, aunque a otros también y eran de 10.

P. ¿Qué asignatura se le daba peor?

R. Era súper nulo en física y química. No logré entenderlas. Pero en otras era muy bueno, ¿eh? En matemáticas y en dibujo.

P. ¿Le puedo llamar 'lagartija'?

R. Bueno... Ese mote me lo pusieron de niño por lo travieso que era. Me castigaban mucho.

P. ¿Y Javichi?

R. Así me llaman mis amigos de siempre. Era de los más bajitos de la clase. Muy poca cosa. Javichi es como un Javi pequeño.

P. Para muchos niños el patinaje artístico es cosa de niñas. ¿No le dio corte empezar?

R. Para nada. Un deporte no te hace de ninguna manera. Algunos nos llaman “los de las mallas apretadas”. Pues mallas apretadas no llevo nunca; patino con pantalones anchos.

P. Ha entrenado en varios países. ¿Se ha sentido solo?

Perfil

Javier Fernández, madrileño de 22 años, no ha tenido tiempo de disfrutar de su segundo campeonato de Europa consecutivo. Está en Canadá, “a 15 grados bajo cero”, entrenando para lograr en Sochi la tercera medalla olímpica de invierno de España. Ese día, mientras los jueces decidan su puntuación, ¿se acordará el abanderado español de saludar a su novia —Cortney Mansour— también patinadora?

R. He tenido mis momentos de bajón. Aun así siempre he sabido que estaba fuera para mejorar y dar el máximo. Cuando lo tienes tan claro es más fácil salir del hoyo en el que te metes cuando no tienes la autoestima muy alta.

P. Qué gran invento Skype.

R. Además que sí porque mi madre me tiene como obligado a llamarla todos los días.

P. El inglés, ¿lo fue aprendiendo sobre la marcha?

R. La primera vez que salí de España tenía un nivel básico-básico. Con mi entrenador, que era ruso pero me hablaba en inglés, los primeros meses fueron un caos: me daba clase por señas.

P. ¿Qué piensa antes de hacer un giro cuádruple?

R. No pienso; lo tengo muy automatizado. Entreno para eso. Solo pienso en clavarlo.

P. En los viajes en coche o en barco, mareos ninguno, claro.

R. Ni uno.

P. Evita lo clásico y dramático. Prefiere algo alegre y movidito.

R. Cada patinador tiene su estilo. El mío es divertir a la gente.

P. ¿Cómo logra poner determinadas caras? ¿Hace teatro?

R. No, pero a veces contrato a actores de cine que me ayudan.

P. Hay deportes que han evolucionado mucho. ¿Y el patinaje?

R. Ha dado un cambio radical. Ahora hacemos tres cuadruples por programa; hace diez años solo un par de patinadores hacían uno solo.

P. Día libre. ¿Qué hace?

R. Me gustan mucho los videojuegos. El 99% de las veces juego a Call of Duty, de Play Station. Además salgo con mi novia a pasear, cenar… No me quedo tirado en el sofá.

P. En el campeonato Europeo —que ganó por segunda vez— mientras esperaba la puntuación del jurado le mandó un saludo.

R. Sí, es que me lo pide. “Más te vale saludarme”. Y no me gusta, pero dije: bueeeno, veeenga, vaaale.

P. En Sochi no se puede olvidar. Son los Juegos.

R, Pues depende de si me echa la bronca. Ella es la mujer que es quien lleva las riendas muchas veces.

P. ¿Qué tal lleva su espectáculo para Sochi?

R. Estoy trabajando mis fallitos. Dos o tres puntos pueden hacer una gran diferencia: estar en el podio o ser el número cinco.

P. ¿Qué come antes de competir?

R. Medio plato de pasta y una hora antes tomo unos batidos con vitaminas, hidratos… Para estar ligero y con energía.

P. ¿Logrará la tercera medalla olímpica de invierno de España?

R. Es complicado. No miento, entreno para dar el 100% y ojalá pueda llevarla a España.

P. ¿Cuánto cobrará si gana el bronce?

R. No tengo ni idea de los precios de las olimpiadas; ya te digo que no creo que me haga rico.

P. ¿Y con un oro?

R. Tampoco. El dinero no es una de mis prioridades. Yo vengo de una familia de clase media y me conformo con muy poco.

P. Pero sí necesita dinero.

R. Cada mes se van unos 3.000 euros. Y hay que sumar los extras. Las coreografías, 10.000 dólares (7.300 euros); los trajes, 2.500…

P. Rusia ha derrochado preparando los Juegos.

R. Estuve en Sochi el año pasado. Había mucho tráfico y teníamos un coche de la policía delante del autobús para avanzar. Las autopistas eran imprescindibles.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Carmen Pérez-Lanzac
Redactora. Coordina las entrevistas y las prepublicaciones del suplemento 'Ideas', EL PAÍS. Antes ha cubierto temas sociales y entrevistado a personalidades de la cultura. Es licenciada en Ciencias Económicas por la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo de El País. German Marshall Fellow.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_