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“Fue una pesadilla, me sentí fatal”

Pau Gasol vuelve a entrenarse y relata el ataque de vértigo que le ha mantenido ocho días inactivo

Robert Álvarez
Pau Gasol.
Pau Gasol.MICHAEL NELSON (EFE)

“Todos los que me vieron se alarmaron ante mi estado, al verme tan pálido. Sufrí temblores. No podía moverme. Me administraron tres litros de suero vía intravenosa. No podía ni levantarme, ni siquiera sentarme. Tuvieron que trasladarme al hospital en una camilla. Fue una experiencia muy desagradable, una pesadilla. Me sentí fatal”. Así contó Pau Gasol el ataque de vértigo que sufrió el pasado 23 de marzo en un partido ante Orlando. Durante la media parte del encuentro tuvo que ser trasladado a un hospital donde pasó la noche. Desde ese día no pudo volver a la actividad. Fue sometido a varias pruebas médicas y se perdió cuatro partidos. El lunes volvió a entrenarse en las instalaciones de los Lakers, en El Segundo, cerca del aeropuerto de Los Ángeles.

“Fue espantoso”, prosiguió su relato el pívot español. “Por suerte, soy bastante tranquilo. No suelo ponerme nervioso ni soy propenso a exagerar mis reacciones ni a ponerme en el peor de los casos. Eso me ayudó. Pero, después de unas horas, podía haber temido un montón de cosas. No podía mover los ojos, volví a sentir náuseas y ganas de vomitar”.

Durante los días siguientes al ataque de vértigo, Gasol se quedó en su domicilio. “Estuve muy mareado y somnoliento durante cinco o seis días, sin moverme mucho. Dejé que mi cuerpo fuera volviendo a la normalidad. Fue espantoso. Un mal momento para mí, para mi familia y para aquellos que me quieren”.

"No podía mover los ojos, volví a sentir náuseas y ganas de vomitar"

Las causas de la indisposición que le afectó todavía no están del todo claras. Se barajan dos hipótesis. Una es que pudiera estar relacionada con la infección respiratoria que le obligó a perderse tres partidos en diciembre; la otra, que sufriera un nuevo virus que le afectó el oído interno y le provocó el ataque de vértigo. “Nada es seguro”, afirmó el 16 de los Lakers, que añadió no haber sufrido nunca una dolencia de este tipo.

“Algunos síntomas son similares”, contestó Gasol cuando fue preguntado sobre el posible paralelismo entre el ataque de vértigo y la conmoción cerebral que sufrió la pasada temporada tras sufrir un golpe en un partido. “Se tiene un constante dolor de cabeza, mareos, somnolencia”.

El jugador, de 33 años, fue sometido a una resonancia magnética en el hospital y durante la semana ha visitado un otorrinolaringólogo. “Vamos a ver cómo reacciona mi cuerpo después del entrenamiento y cuando me despierte mañana”, comentó respecto a su posible participación en el partido que enfrentará este martes a los Lakers y Portland.

El jugador español, que llevaba un parche medicinal detrás de la oreja izquierda en su comparecencia ante los periodistas, explicó que los médicos le han obligado a realizar algunos ejercicios específicos para recuperar el equilibrio y acelerar su recuperación. “Me encantaría poder jugar contra Portland o lo antes posible”, concluyó. A los Lakers les quedan nueve partidos para concluir la temporada. En ese momento también concluirá el contrato de Pau Gasol con los Lakers y pasará a convertirse en agente libre por lo que podrá negociar sobre su futuro con el equipo que desee.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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