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Diego recupera el foco

Tras su readaptación física y táctica, Simeone celebra la explosión del brasileño en el Camp Nou y suma efectivos que suplan las bajas en la pelea por los títulos

Ladislao J. Moñino
Diego Ribas, en el partido de Liga ante el Celta.
Diego Ribas, en el partido de Liga ante el Celta.M. VIDAL (REUTERS)

Pocas veces, salvo en las tres finales conquistadas por el Atlético bajo su dirección (Liga Europa, Supercopa de Europa y Copa del Rey), se ha visto a Diego Pablo Simeone rezumar euforia como al término del partido de Champions del martes en el Camp Nou (1-1). El entusiasmo que destilaba incluso parecía estar por encima del contratiempo de la lesión de Diego Costa, que le impedirá ser alineado hoy (16.00, C+Liga y GolT) ante el Villarreal. Si algo satisfizo al técnico del Atlético por encima de todo fue la respuesta que ofreció su equipo sin su futbolista más determinante. Le llenó el empate desde el punto de vista de la competitividad, de haber salido del partido de ida de una eliminatoria tan compleja con un resultado favorable. Esa hora sin Diego Costa, contra el Barcelona y en unos cuartos de final de la Liga de Campeones, fue el penúltimo acto de fe del técnico hacia un plantel capaz de entusiasmarle por su capacidad para sobreponerse a los contratiempos. El partido de esta tarde es otra prueba que apunta en esa dirección. A la baja de Diego Costa, se suman la de Arda, con pubalgia, y la de Gabi, por sanción. El trío forma parte de la estructura esencial del dibujo y el libreto de su entrenador. En ese paisaje, Diego Ribas, tras el esplendoroso golpeo de tres dedos con el que dinamitó la escuadra de Pinto, ha recuperado foco.

Desde hace unos 10 días, en el Cerro del Espino observan al brasileño, la gran apuesta de Simeone en el mercado invernal, más ágil y dinámico, con una velocidad de reacción con la pelota y sin ella más acorde con las exigencias del ritmo de juego y la intensidad que impone el equipo. De alguna manera, el cuerpo técnico esperaba ese fogonazo que dio el pasado martes en el Camp Nou. El propio entrenador reconoce que Diego ha tenido problemas para interpretar el sistema de juego y las revoluciones a las que ha de ser ejecutado. “Es normal que tras dos años sin estar con nosotros pase eso”, asegura El Cholo.

Para tener opciones hay que competir con más de 11 jugadores” Simeone

Diego ha hecho horas extra, incluso en días libres, para readaptarse a un equipo en el que no encajó con la rapidez que se esperaba. “Al principio jugó bastante, el otro día redondeó un partido muy bueno”, abundó su entrenador. Ni para el futbolista ni para el entrenador ha sido fácil asimilar su suplencia. Lo cierto es que el equipo se ha aupado al liderato con un rol secundario del mediapunta brasileño, que ha comprobado que es complicado que en este equipo juegue un 10 de los de antes, con pocas obligaciones defensivas que atender. Su experiencia ha sido similar a la de Sosa, a la que tuvo Arda en sus inicios, e incluso Óliver Torres, que no podrá jugar hoy por una cláusula incluida en su cesión que obligaba al Villarreal a pagar 200.000 euros. Existía también un pacto no firmado por el cual si el Atlético le sacaba tres partidos de ventaja al cuarto clasificado podría ser alineado. Ese requisito se cumple: el Athletic cuenta con 21 puntos de desventaja, pero con la Liga en juego se ha optado por no meter al chico en un aprieto emocional. “No es un tema mío que no juegue, hay que hablar con los dirigentes porque ellos son los que hacen los contratos”, dice Simeone sobre esas cláusulas que desde hace tiempo imperan en el fútbol español y que vienen a decir que “no vales para jugar conmigo, pero sí contra mí”.

Ante el Villarreal faltarán Diego Costa y Arda por lesión, y Gabi por sanción

Metido el Atlético en la pelea por la Liga y la Liga de Campeones, con un calendario tan comprimido como exigente, Simeone ha redoblado en los últimos días un mensaje que acompaña su discurso de cabecera desde que se hizo entrenador. Las arengas azuzan a los futbolistas menos habituales a sentirse importantes. Durante el curso, esas palabras invitaban a los suplentes a demostrar en los muchos o pocos minutos que dispusieran que podían tener un hueco, que el equipo no bajaba su rendimiento cuando gozaban de oportunidades. Ahora el mensaje es más agónico y trascendental en casos como el de Diego. Esta tarde juega con la responsabilidad de que el Atlético no ceda un palmo frente a sus dos grandes perseguidores: “No puedes competir con ocho jugadores importantes, sino con más de once para tener posibilidades. Para seguir compitiendo tienen más importancia los que han jugado menos y eso pasa porque le den calidad a los minutos que decido darles. No pienso en Diego Costa ni en Arda, pienso en los que van a jugar”, dice el Cholo.

Hay también en la baja de Diego Costa un reto táctico para Simeone, porque el equipo está diseñado para explotar al máximo la capacidad del goleador hispano-brasileño para jugar con los espacios a la espalda de las defensas. “Las características de Diego son diferentes a las de los otros delanteros que tenemos, que son para jugar en espacios más reducidos”. Ahí emerge la figura de Villa, que jugará con Raúl García en la punta. El Guaje también recupera foco bajo la misma presión que Diego, la de ser determinante con los títulos en juego.

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Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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