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“El caddie ha de ser psicólogo”

Pello Iguarán, que lleva la bolsa de Olazábal, habla de su oficio y de cómo ha descubierto este año el Masters

J. M.
Olazábal y Pello Iguarán, en el Masters.
Olazábal y Pello Iguarán, en el Masters.AFP

Ha acabado la jornada y Chema Olazábal sigue practicando. No se separa de él Pello Iguarán, su caddie. Se conocen desde adolescentes, ambos guipuzcoanos y unidos por el golf. Desde mayo de 2004, Pello lleva la bolsa de palos del doble campeón del Masters. Esta es para él su primera visita a Augusta. Inolvidable.

Pregunta. ¿Augusta es como se esperaba?

Respuesta. Impresiona un poquito más. La imagen que te haces por la televisión ya es impresionante, pero cuando lo ves te impresiona más. Es todo. Cada detalle, en todos los sentidos, cómo está cuidado cada detalle de la hierba, de las flores, la calidad y la atención de la gente... Es una ciudad de 200.000 habitantes que en esta semana tienen el 40% de ganancias de todo el año. La dedicación que tienen se nota mucho.

P. ¿Cómo se ve el campo a través de los ojos de un caddie?

R. Es un campo muy exigente, sobre todo las tardes, cuando se secan los greenes y se levanta el viento. Tienes que tener una precisión en todos los golpes, que requiere mucha calidad en el juego. Yo desde mi posición veo las cosas desde fuera. Al haber sido jugador te das cuenta de la impotencia que tienes cuando juegas. Desde dentro se vive más, porque has de superar las dificultades técnicas del juego y el estado de ánimo que te cambia por momentos.

P. ¿También tiene un trabajo mental?

R. Sí, el caddie ha de ser también psicólogo. Una labor importante del caddie es saber cuándo el jugador tiene esa impotencia y la traslada hacia fuera, saber entenderle y tratar de darle lógica y calma a la circunstancia, y ser positivo. Es un trabajo exigente. Este campo tiene muchas subidas largas y físicamente hay que estar bien. Hay caddies con 68 años, como jugadores.

P. ¿Qué es lo más importante para un caddie?

Muchas decisiones de Chema están basadas en su sensación

R. Entender la dificultad del jugador, la presión que tiene, cuándo tiene malos momentos. Al entenderle, trabajar en positivo.

P. Cuando no piensa igual que el jugador, ¿es bueno llevarle la contraria?

R. Depende mucho del jugador. Hay jugadores jóvenes sin experiencia con los que te has de imponer, y si aciertas, él confía en ti. Con Chema, por su conocimiento tan amplio de tu este deporte, muchas decisiones están basadas en su sensación. Pero si no estás de acuerdo y no lo ves, es importante decírselo, claro. A Chema lo conozco desde hace muchos años. Tengo mucha confianza con él. Es una persona muy exigente y un profesional con una dedicación absoluta.

P. ¿Entre los caddies hay relación?

R. Sí. Aquí tenemos un sitio en que tenemos todo lo que los caddies podemos necesitar. Comemos juntos, nos solemos llevar bien.

P. ¿Sabía que en Augusta no permitían caddies que no fueran negros por considerar que no era un trabajo para blancos?

R. Sí. Yo empecé a jugar tarde al golf, en el año 83, con 13 años, y recuerdo ver al primer jugador negro en Augusta, Calvin Peete. No hace tanto de eso...

P. ¿Cómo se hace uno caddie?

R. Yo he sido jugador, luego jugador y maestro, y luego empecé a hacer de caddie de Ignacio Garrido y ahora de Chema. Me gusta mucho, viajamos, y el golf es una escuela de vida. Si lo tomas así, aprendemos de golf y de la vida.

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Sobre la firma

J. M.
Es redactor en la sección de Deportes. Estudió Comunicación Audiovisual. Trabajó en la delegación de EL PAÍS en Valencia entre 2000 y 2007. Desde entonces, en Madrid. Además de Deportes, también ha trabajado en la edición de América de EL PAÍS.

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