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Todos fueron Simeone

El técnico ha confiado en un grupo muy concreto de 13 futbolistas, en el que las individualidades han brillado a partir del juego colectivo

Ladislao J. Moñino
Los jugadores del Atlético celebran la victoria ante el Chelsea
Los jugadores del Atlético celebran la victoria ante el ChelseaAndrew Matthews (ap)

Simeone ha confiado principalmente en un grupo compuesto por 13 jugadores. La mayoría ya estaban cuando aterrizó en el club. En dos temporadas y media ese núcleo duro de futbolistas se ha revalorizado individual y colectivamente hasta conformar este equipo campeón. Su rendimiento apenas ha dejado cabida para las nuevas incorporaciones. De todos los fichajes que ha realizado el club en la era Simeone, solo Villa ha participado en el once con asiduidad. “En este equipo es muy jodido entrar”, suele decir su entrenador cuando se le ha preguntado por esta cuestión.

 COURTOIS: Maduro y ‘milagrero’

Con 21 años, es difícil establecer los límites de su trascendencia desde sus actuaciones y su madurez. Seguro y milagrero para sumarse a la exclusiva lista de los porteros que ganan muchos puntos en un campeonato. Sus paradas, en muchos partidos, han tenido el mismo valor que los goles a favor. Un año más ha jugado con el sobrepeso de la incertidumbre de su futuro, ante las decisiones que tome el Chelsea sobre él y el interés de otros grandes. Ni se ha inmutado.

JUANFRAN: Desborde lateral

Su rendimiento le devolvió la confianza de Del Bosque. Fundamental para un equipo en el que los laterales, al jugar sin centrocampistas puros de banda, tienen mucho peso en el juego de ataque. Aunque ha estado implicado en algunos errores en goles encajados, su progresión defensiva no ha parado. Ha trabajado para corregirse en los balones cruzados a su espalda y ha seguido aportando desborde.

MIRANDA: Gobernar desde el silencio

Ha gobernado el eje de la zaga desde su silenciosa sobriedad. Duro en el choque frente a los delanteros, rápido y atento en los cruces, no ha necesitado emplearse con violencia. Su promedio (0,8) no alcanza la falta por partido. Fundamental a balón parado para prolongar los saques al primer palo y autor de dos goles.

GODÍN: El cacique decisivo

Si Miranda ha ejercido desde el silencio, Godín ha respondido a todos los clichés del cacique de área de toda la vida. Incontestable por arriba y por abajo, para mandar a sus compañeros y amedrentar al contrario. Por eso ha sido el más tarjeteado en la plantilla (10 amarillas). En partidos comprometidos, con el equipo sin encontrar soluciones, no ha dudado en sumarse al ataque saliendo desde atrás para romper líneas al contrario o para hacer goles decisivos, tres en total, como el que le marcó al Levante en la primera vuelta.

FILIPE LUIS: El lateral imprescindible

En el vestuario dicen que hasta le ha cambiado la cara cuando entra al balón. El fútbol español no se explica su exclusión de la lista de Scolari para el Mundial. Entrenadores, compañeros y rivales le señalan sin dudar como uno de los mejores lateral izquierdos del mundo. No ha habido una baja más sensible para Simeone cada vez que tuvo que ausentarse por lesión o por sanción. Ha tenido la ascendencia de los grandes laterales hasta convertir su flanco como la salida natural del equipo y a él en el socio de Arda y Koke para esas paredes cortas cerca del área contraria que tanto rédito le han dado al equipo.

KOKE: Un ‘alemán’ de Vallecas

Tantos pulmones como juego. Sus compañeros le han señalado como el futbolista que más ha progresado bajo la dirección de Simeone. Dinámico, entregado al juego con la misma pasión que su entrenador, preciso y dañino como pasador en las jugadas a balón parado. Ejemplo de llegador desde la segunda línea (seis goles) y abastecedor natural de las carreras de Diego Costa al contragolpe. Ha dado 13 aistencias de gol. Un alemán de Vallecas.

GABI: Capitán y corazón

Si Koke ha sido el tres pulmones, Gabi ha sido el corazón de todo el equipo. Desde él se pueden medir las constantes vitales con las que ha competido el campeón. Ha corrido, ha distribuido en largo y en corto y se ha jugado la rodilla en más de una ocasión por cortar contragolpes. Sus carreras defensivas en diagonal de dentro hacia fuera y las que ha hecho hacia delante para indicar a sus compañeros que había que presionar arriba o doblar los esfuerzos han marcado muchos de los partidos.

TIAGO: El técnico del Cholo

La lesión de Mario Suárez le ha concedido más protagonismo del que se preveía en un principio. Simeone confía ciegamente en él, tanto que Tiago ha tomado decisiones tácticas en los partidos refrendadas por su técnico. Siempre se ha dudado de su resistencia física, pero con 32 años ha experimentado una mejoría inesperada en este aspecto. Se ha hecho un futbolista más intenso que hace tres temporadas. Simeone le ha visto más seguro que Mario en la salida del balón y eso ha jugado a su favor para imponerse en uno de los puestos más competidos dentro del equipo.

ARDA: El distinto anárquico

El más distinto de todos los habituales de Simeone. Ha tenido más relevancia su juego que sus números, solo tres goles y cuatro asistencias. Esa manera anárquica de expresarse con la pelota, con regates cortos, con taconazos improvisados o con paredes en espacios reducidos, siempre han sido un factor amenazante y de desequilibrio para los contrarios. Ha mantenido esa línea de crecimiento en el esfuerzo colectivo sin la que jamás hubiera disputado tantos partidos con un entrenador tan exigente como Simeone.

DIEGO COSTA: El ídolo de Simeone

Nunca se atreverá a decirlo por respeto a los demás jugadores, pero Diego Costa es el ídolo de Simeone porque representa el triunfo desde abajo, desde la humildad, aunque con un carácter competitivo irreductible. Su explosión goleadora (27 dianas) tiene que ver mucho con la estabilidad que ha encontrado. Por primera en siete años vez se fue de vacaciones sabiendo en qué equipo jugaría. Ya en la recta final de la temporada pasada, el equipo solo tenía ojos para él, aunque estuviera Falcao. En este curso, la propuesta ofensiva basada en sus características, potencia y zancada, se ha radicalizado. Con más o menos ortodoxia, con algunos remates espectaculares también, sus cifras han sido las del goleador que todo campeón necesita. Para los defensas ha sido insoportable porque utiliza las mismas artimañas que ellos.

RAÚL GARCÍA: El canon ideal

El canon del futbolista de equipo que idealiza Simeone. Ha marcado tantos goles que para su entrenador es más ya un delantero que un centrocampista, aunque le haya hecho jugar muchas veces en la banda derecha. Tan concreto como eficaz desde sus virtudes y sus limitaciones. Ha trabajado mucho hacia atrás y como peluquero del juego en largo para las prolongaciones. Otro ejemplo sublime de lo que debe ser un llegador desde la segunda línea para hacer goles desde el mejor golpeo de balón de todo el plantel con el pie y con la cabeza.

MARIO SUÁREZ: Un arranque poderoso

Sus tres primeros meses de competición son los mejores que se le recuerdan, tanto que Del Bosque le empezó a incluir en sus planes para el Mundial. Una lesión de tres meses cortó ese primer trimestre espectacular. Cuando regresó hizo el esfuerzo de entrar de golpe a jugar 90 minutos, lo que le provocó que las piernas se le hincharan y se le endurecieran. Tiago le ganó la partida en la recta final del campeonato, pero para Simeone es un titular más.

VILLA: Más zapa que goles

Ha sido más zapador que goleador, aunque sus 15 tantos han contribuido a la consecución del campeonato. Trabajador como el que más sin haber tirado de currículo para gozar de privilegios o reivindicar más minutos en público, ha sabido llevar ese rol secundario y eso le ha ayudado a conquistar el vestuario. Se esperaban más goles de él, pero no hay cabida para los reproches desde su esfuerzo y su profesionalidad.

LA SEGUNDA LÍNEA: El desencanto de Diego

Diego Ribas ha sido la gran decepción para el club, para la hinchada y hasta para su entrenador, que presionó mucho a la dirigencia para ficharlo en invierno. Ha tenido detalles, pero no ha sido capaz de entrar en la dinámica de juego del equipo. Sosa también llegó en el mercado de invierno, y su aportación como especialista en las jugadas a balón parado le ha dado puntos y triunfos vitales al equipo en partidos que no se resolvían como el del Espanyol. Alderweireld, lo poco que ha jugado, logró que el equipo no echara en falta a Godín o a Miranda. El Cebolla Rodríguez ha tenido más impacto desde el carácter y el esfuerzo que desde el juego. Adrián ha emitido brotes verdeas en el último tramo, pero llegó a ser un habitual de la grada. Aranzubia no tuvo fortuna en Almería e Insúa no se acercó a Filipe Luis.

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Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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