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“El mejor central de su época”

Compañeros, rivales y técnicos ensalzan el liderazgo de Puyol en su adiós al Barça y al fútbol

Jordi Quixano
Puyol, en el acto de su despedida.
Puyol, en el acto de su despedida.Vicens Gimenez

“Eres rápido, corriges bien y con la defensa que quiero tener, adelantada, te prefiero en el centro de la defensa”, le explicó Radomir Antic en 2003. “Por supuesto míster. Pero dónde tengo que presionar si… y cómo distribuyo cuando el rival está…”, le respondió Carles Puyol (La Pobla de Segur; 36 años), reflejo de su predisposición a anteponer el interés colectivo al individual, perenne inquietud por mejorar y entender el juego. Ahora, tras 15 años en el primer equipo, tras 8 técnicos y 24 centrales como compañeros, tras 21 títulos y 593 partidos oficiales como azulgrana, dice adiós al fútbol y al Barça. “Lo he intentado todo, pero los problemas de la rodilla no desaparecen. Mi etapa como jugador acaba”, acertó a decir Puyol al tiempo que sorbía de un botellín de agua, tragos de socorro para no llorar. “Difícilmente podré jugar en otro sitio. No quiero engañar a nadie ni a mí mismo”.

“Esto es un capitán”. El Barça escogió la imagen de su beso al brazalete tras marcarle un gol al Madrid en el histórico 2 a 6 como fondo de pantalla para el acto. Una imagen que vale más que mil palabras, también extensible a la selección española. “¿Por qué no continúas? Te necesitamos”, le pidió Vicente del Bosque justo después de conquistar el Mundial, en un cuartucho que había al lado del vestuario del Soccer City de Johanesburgo. “No te quedes con las ganas de llegar a los 100 partidos”, se sumó Fernando Hierro, entonces director deportivo de las selecciones. Después de otras conversaciones, Puyol aceptó continuar con el brazalete de España.

Las frases de Puyol en su despedida

Puyol dijo adiós a 19 años ligado al Barcelona rodeado de los que fueron sus presidentes —faltó Rosell, de viaje—, de varios de sus entrenadores además de Cruyff, que no asistía a un acto del club desde 2010, y de sus compañeros. Estas son algunas de sus frases de despedida.

► “Si cuando estaba jugando en La Pobla de Segur con mi hermano me hubieran dicho que iba a tener esta carrera no me lo habría creído”.

► “Llegué como un niño y me voy con una familia de la que estoy muy orgulloso”.

► “Mis problemas en la rodilla no han desaparecido y por eso mi etapa como jugador se ha terminado”.

► “Quiero recuperarme no para jugar en otro lado, sino para poder tener la vida activa que ahora no puedo”.

► “Me haría mucha ilusión ganar esta Liga por el míster, que fue un ejemplo para todos nosotros, y también por Tito”.

► “Me gustaría recordar a las personas que ya no están. A Antoni Oliveres (Kappa), a mi padre, a Luis Aragonés y a Tito”.

► “Se acaba una etapa pero llegan otras”.

No ha sido distinto con el Barça, capitán para todos. “El día que me subieron al primer equipo, llegué muy pronto al vestuario. Allí estaba Puyi, que se encargó de enseñarme las instalaciones. Eso no se olvida”, cuenta Muniesa (Stoke). “Te hablaba, apoyaba y exigía como a los demás, incluso te citaba para comer fuera de la ciudad deportiva”, agrega el exazulgrana Fontàs (Celta). “Pero el día que pensé que esto era un capitán fue cuando le dije que levantara la Champions de Wembley y me respondió que eso le tocaba a Abidal”, añade Xavi. Puyol lo tiene claro: “Abi se lo merecía más que nadie; fue un ejemplo para todos por su lucha”.

“El líder no es el que dice que vamos para delante, sino el que dice seguidme. Como hacía él”, reflexionó el director deportivo Andoni Zubizarreta. “Me emocionaba al verle jugar, un gran capitán que, como ya dije, ponía la cara donde otros no ponían el pie”, cuenta Franco Baresi, símbolo del Milan de Sacchi. “Un capitán por naturaleza”, añade Antic. “Echaré mucho de menos a los jugadores”, apuntó Puyol.

“¿Mister, qué hacemos hoy?”. Puyol convenció a Van Gaal el día que se zampó la banda derecha ante el Valladolid, por lo que desactivaron su cesión al Málaga. “Por entonces, Carles se apoyaba en mí porque jugaba a su lado”, explica su excompañero Abelardo, ahora al frente del Sporting; “y preguntaba mucho por cómo podía mejorar”. Toma la palabra su extécnico Serra Ferrer: “Era muy inquieto, sí, cuestionaba y observaba todo para después duplicar sus esfuerzos. Sobre todo en los gestos técnicos”. Dentro y fuera del campo, como reveló Xavi: “Recuerdo las chilenas que hacía en el vestuario”. El aficionado, sin embargo, se queda con la que le hizo al Tenerife en 2002.

EL PAÍS

“Siempre llegaba dos horas antes y me preguntaba: ‘¿Míster, qué hacemos hoy?’. Era tan profesional que incluso hizo sesiones especiales para trabajar la técnica individual”, revela Antic. Trabajo que brilló en 2012, cuando en un partido copero ante el Valencia se marcó una doble ruleta. “Cuando vi eso, me dije, estamos lanzados”, dice Zubizarreta.

“Siempre quiso aprender”, añade Abelardo; “porque tenía una serie de carencias que con el tiempo mejoró”. Y abunda Serra Ferrer: “Ha logrado cosas impensables en sus inicios, pero se las ha merecido todas por su esfuerzo”.

“Si no lo logras, que no sea porque no lo has dado todo”. Ese es el consejo que le dio su padre en 1995, el día que realizó las pruebas para ingresar en La Masia. Una máxima que llevó al extremo. “Cuando dije que correr es de cobardes, me equivoqué contigo”, suelta su extécnico Rexach. “Un obsesivo del trabajo”, le define Hierro. “Pero su esfuerzo te enseñaba”, revela Fontàs; “como que cuando tu equipo ataca, los de atrás debemos estar muy pendientes de los rivales descolgados”. Toma el testigo Muniesa: “Se tomaba cada entrenamiento a tope”. E interviene Xavi: “Pero un poco pesado ¿eh?… ¡hasta en las pachangas le gustaba defender!”. Y se suma Abelardo: “Sí, en los entrenamientos se picaba un poco porque era un ganador”. “Siempre quería ganar”, agrega Muniesa. “Me gustaría que se me recordase porque lo he dado todo por el Barça y el fútbol”, dijo Puyol.

“El mejor central”. Contra el Lokomotiv de Moscú, en 2002, Puyol expresó su fuerza, velocidad, colocación táctica y valentía para realizar una parada con el escudo a un chut de Obiorah, que ya había roto a Bonano. “Siempre fue un ejemplo para este deporte, un profesional que se ganó el respeto del mundo”, reflexiona Baresi. “Quienes le han visto jugar lo tomarán como ejemplo”, aumenta Hierro. “Es el mejor central de su época”, añaden Abelardo, Muniesa y Fontàs. “El defensa que un portero siempre hubiese querido tener delante”, resolvió Zubi.

Ahora, ha dejado de ser defensa. “Quiero recuperar la rodilla porque la he castigado mucho”, lamentó Puyol; “y tengo que plantearme qué quiero hacer. El club ha hablado conmigo... De entrenador no me veo, pero me gusta la idea del fútbol base”. Solo hace falta que se lo proponga. Como siempre hizo.

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