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Muguruza y Suárez, a octavos

La hispanovenezolana gana a Schmiedolva 6-2 y 6-4 y la canaria vence por doble 6-2 a Townsend, una promesa de 18 años pasada de peso a la que su propia federación prohibió competir

Juan José Mateo
Carla Suárez, durante su partido contra Townsend.
Carla Suárez, durante su partido contra Townsend. David Vincent (AP)

La grada fotografia el debate: Garbiñe Muguruza, que había eliminado en tercera ronda a Serena Williams, se ha clasificado para octavos de Roland Garros (6-2 y 6-4 a Schmiedlova) jugando entre dos banderas que colgaban de la grada, la de España (país de su padre) y Venezuela (de su madre). Desterradas a la pista siete, las dos rivales dejaron un encuentro que bien hubiera merecido una pista de más nombre. Fiel a su estilo, la hispanovenezolana, que todavía no ha elegido con qué país será internacional, reventó cada pelota para llevar el timón del duelo. Fiel a su sello, la eslovaca defendió con ardor mil y un ataques, receta que le llevó a eliminar a Venus Williams. Por segundo grande seguido, Muguruza estará en octavos.

Townsend, en Roland Garros.
Townsend, en Roland Garros.DOMINIQUE FAGET (AFP)

Junto a ella, Carla Suárez, que tuvo que superar por doble 6-2 a Taylor Townsend, estadounidense de 18 años a la que envuelve un misterio: nadie sabe oficialmente cuántos kilos pesa la número 205 del mundo. Rompiendo la uniformidad de su guía, la WTA, que organiza el circuito femenino, no especifica en su caso ese dato ni el de su estatura. Es la consecuencia de una polémica. La chica de Chicago, campeona junior de Australia y finalista de Wimbledon, fue apartada en 2012 por su propia Federación (USTA) del Abierto de EEUU porque los directivos concluyeron que los resultados de su paso por la báscula demostraban el peligro de que le pasara algo en la pista. “Lo primero es su salud”, dijo Patrick McEnroe, ejecutivo de la USTA, con el apoyo de José Higueras, director de la cantera. Townsend no llega al 1,70m y está entre los 75 y los 80 kilos.

El debate sobre el peso de Townsend suele ocultar sus virtudes y defectos como tenista. Al llegar a tercera ronda de París, se convirtió en la tenista de menos edad en luchar por los octavos desde 2009 y en la estadounidense más joven en hacerlo desde 2003. Esos datos señalan que está sobrada de fuerza y que sus tiros revientan cualquier defensa. Le falta movilidad y colmillo retorcido.

Suárez, la número 15 mundial, de 25 años, devoró el primer set en menos de media hora, y tras resistir las andanadas de su contraria en el arranque de la segunda manga (cinco deuces y tres bolas de break en el 2-1), celebró la victoria en un suspiro: 1h 1m. Le espera la croata Tomljanovic en la lucha por los cuartos. Contra ella no podrá aplicar la española la receta que le valió contra la estadounidense: saques al cuerpo para explotar su falta de movilidad, mezcla de alturas y direcciones para impedirle aplicar su martillo, una bola siempre distinta a la anterior en peso y profundidad para que tuviera que golpear siempre en movimiento

Bajo los constantes consejos de Xavi Budò, su técnico, la canaria se basó en la veteranía. El presente, que sabe más aunque le quede menos, le ganó al futuro, que sabe menos pero tiene tiempo de aprenderlo. En medio de eso está Muguruza, de nuevo concentradísima en tercera ronda, donde defendió con éxito siete bolas de break en contra: en que su buen presente le sirva de paso previo para un brillante futuro

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Sobre la firma

Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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