_
_
_
_
_

Marc acepta el envite de Lorenzo

Márquez suma su sexta victoria consecutiva al imponerse al de Yamaha en un duelo mayúsculo

Nadia Tronchoni
Márquez celebra la victoria en el GP de Italia junto a Lorenzo
Márquez celebra la victoria en el GP de Italia junto a Lorenzo MAX ROSSI (REUTERS)

Por lo visto, la autoridad, el dominio y la hegemonía de Marc Márquez en este inicio de temporada no necesitaba más que de un rival a su altura. Y, por fin, se decidió a aparecer Jorge Lorenzo. Y, por fin, se vivió un duelo maravilloso, emocionante, de los que se pelean en cada curva de cada vuelta, de los que se deciden en los últimos metros y, en este caso, por 121 milésimas de segundo. Mugello asistió a la reaparición del mallorquín, preparado mental y físicamente para la batalla. Y comprobaron en la Toscana que sí, que ese superhombre que está dispuesto a tomar el relevo de su ídolo Valentino es de verdad. Existe y corre con el 93.

Le gustan más los adelantamientos que las victorias. Y así le va. Que no renunciará al espectáculo por mucho título que esté dispuesto a ganar. Puede que el campeonato ya tenga dueño: son 51 puntos de ventaja lo que tiene sobre el segundo clasificado, Rossi, en solo seis carreras (y gracias a su sexta victoria), pero no se aburrirán los aficionados mientras Márquez encuentre a alguien con quien competir de verdad.

La locura se desató cuando todavía quedaban ocho vueltas para el final

Se ofreció este domingo el de Yamaha, recuperada la confianza en un circuito en el que había ganado los últimos tres años, ideal para su M1, con muchas curvas rápidas, solo una frenada fuerte, la primera, y un montón de chicanes. Lorenzo se postuló a la victoria desde que se apagó el semáforo. Salió disparado, como un cohete (se inclinó desde la tercera posición en la que estaba) hacia la derecha de la pista para tomar la bajada en buena posición y se metió con todo en la primera curva: en aquel primer giro tocó a Crutchlow y protagonizó hasta tres adelantamientos con Márquez mientras Iannone intentaba escaparse aprovechando sus neumáticos superblandos. Era solo un aperitivo de lo que vendría después. Se colocó el primero el mallorquín gracias a un interior de escándalo al italiano. Y empezó a tirar. Y tirar. Consciente como era de que el campeón del mundo le atraparía tarde o temprano.

Lorenzo, por delante de Márquez, en un momento de la carrera
Lorenzo, por delante de Márquez, en un momento de la carreraMAX ROSSI (REUTERS)

Y así ocurrió. Le costó solo tres vueltas a Márquez adelantar a Iannone para iniciar el ataque. Pero, esta vez, la victoria no sería tan fácil. Encontró el de Honda mucha más resistencia para alzarse con el triunfo. No en vano peleaba con un tipo con el orgullo herido tras un inicio desastroso de temporada, con un cuatro veces campeón del mundo de los que no sabe renunciar a ganar por mucho que haya dado este campeonato por perdido, y contra una moto extremamente competitiva en un trazado que le sienta como un guante. Logró conectar con la Yamaha después de un quinto giro bárbaro (la vuelta rápida de la carrera) y al tiempo que lograba alejarse de Rossi y Iannone, que no pudieron seguir su estela. Y empezó a perseguirle. A estudiarle.

Había poco hueco por dónde entrar esta vez, pocos errores que advertir. Ni siquiera la recta más larga del Mundial le serviría de impulso al líder. Ya no es tanta la diferencia de velocidad punta entre la Honda y la Yamaha. Y para mejorar en frenada había montado Lorenzo los discos de freno más anchos (20mm más, permitidos por primera vez en este gran premio) para poder parar esa bestia que llegaba a 333 kilómetros por hora a la recta principal.

Marc ha estado bravísimo, sobre todo en las frenadas" Jorge Lorenzo

La locura se desató cuando todavía quedaban ocho vueltas para el final. Después de que los aficionados gozaran con los adelantamientos de Rossi –remontó desde la décima plaza de la parrilla hasta el tercer puesto–, con la pelea de Iannone y Márquez o la del italiano con Pedrosa –finalmente cuarto aunque a 14 segundos de su compañero, todo un mundo–, llegó la hora de los cabezas de cartel del festival de Mugello. Difícil echar cuentas del número de veces que se pasaron uno a otro; cuántas fueron las veces en que Márquez, ganada la distancia al final de recta, en frenada, perdía la primera curva porque Lorenzo tomaba mejor el interior; cuántas fue capaz de mantener la posición Lorenzo o cuántas veces se respondieron en una misma vuelta. Rodaban tan pegados que no les separaba ni una décima de segundo a cada paso por meta, tanto que apostar por un vencedor parecía un mero juego de azar.

Pero volvió a vencer Márquez. Porque el comienzo de la última vuelta fue una de las pocas veces en que se adelantó a Lorenzo y mantuvo la posición al tumbar a la derecha para entrar en San Donato. Porque apretó los dientes y se vació los bolsillos para arañarle una décima de segundo de distancia al rival más pelón que ha tenido desde que empezó el curso. “Marc ha estado bravísimo, sobre todo en las frenadas. Hemos vuelto y espero que sigamos en la misma línea”, le reconoció Lorenzo.

“Esto es una carrera de MotoGP”

Lorenzo se confesaba feliz, “aunque no completamente feliz: cuando lo tienes tan cerca y no acabas ganando... una victoria es una victoria”, resumía. Pero con echar una mirada atrás le bastaba para reafirmarse: “Me he sentido muy fuerte y en esta carrera tan larga eso te da también fortaleza mental. La victoria llegará pronto”. Fue él el culpable de que a Márquez le costara más que nunca imponerse en este inicio de temporada que domina sin piedad. “Es la primera vez este año que he ido al 100% toda la carrera. Esto es una carrera de MotoGP, no lo que hemos visto hasta ahora”, dijo el de Honda para insistir en que no sería habitual verle ganar una prueba detrás de otra porque la competencia es mucha. Aunque ni por esas regaló la primera posición del podio. Y van seis de seis.

Si bien, la dificultad había aumentado: “Me he peleado mucho con la moto para seguir a Jorge, me costaba ir rápido, rodaba mucho más fácil detrás de él. Solo he disfrutado cuando he pasado la línea de meta, porque él estaba muy fuerte hoy. He ido al límite todo el rato”, confesó. Y explicó que había sido clave la decisión de alargar la sexta marcha para sacarle cierta ventaja en la recta. “Ha sido muy valiente hoy, no se ha conformado con la segunda posición y eso, cuando estás jugándote el mundial tiene mucho mérito”, le elogió Lorenzo, que fue a darle un abrazo nada más bajarse de la moto.

Y apuntó el tercero en discordia, Valentino Rossi: “Ahora las carreras son muy duras, en el pasado podías tirar de estrategia, ahora tienes que ir al máximo todas las vueltas. Es emocionante”.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Nadia Tronchoni
Redactora jefa de la sección de Deportes y experta en motociclismo. Ha estado en cinco Rally Dakar y le apasionan el fútbol y la política. Se inició en la radio y empezó a escribir en el diario La Razón. Es Licenciada en Periodismo por la Universidad de Valencia, Máster en Fútbol en la UV y Executive Master en Marketing Digital por el IEBS.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_