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La liberación de Robben

El delantero holandés, más maduro y ambicioso, reivindica el sistema de Van Gaal

Ramon Besa
Robben mara uno de sus goles a España.
Robben mara uno de sus goles a España.alejandro ruesga

Arjen Robben pasea sonriente camino de Porto Alegre. Tiene un aire de prima donna, un punto engreído, sabedor de que se le mira, y, sin embargo, se expresa como un jugador de equipo anónimo: “No he visto a ninguno de los nuestros que tenga la cabeza en las nubes”, advierte. “Hay que prevenir a los jóvenes de que el torneo acaba de empezar”. Y, veterano como se siente a sus 30 años, recuerda que Holanda fue eliminada de la Eurocopa 2008 por Rusia, después de ganar a Italia y Francia. Los oranje han goleado en Brasil a España, la campeona de Europa y del Mundo, y hoy tienen una cita aparentemente sencilla con Australia. Hay una euforia contenida en el equipo de Van Gaal. La última encuesta señala que solo el 26% de los holandeses cree que su selección llegará a la final como en Johanesburgo.

El debate en la concentración holandesa no se centra en sus opciones de ganar la Copa, sino en cómo jugar el próximo partido y el torneo después del éxito del plan contra La Roja. Los futbolistas se sintieron muy cómodos con el 5-3-2. “Asegura el refrán que no se toca al equipo que gana”, afirma Sneijder. “El sistema actual es el que genera más espacios para los delanteros”, agrega Robben, muy profundo y goleador ante Casillas. Afirma un estudio de la FIFA que el punta del Bayern de Múnich alcanzó en el quinto gol una velocidad punta de 37 kilómetros, récord mundial en un futbolista, superior a los 35,7 km/h que le dieron a Teo Walcott. No es un registro oficial porque después se ha matizado que la velocidad fue superior a los 30 km/h, sin precisar si era una marca única, cosa que no inquieta a Robben.

Acostumbrado a ser ignorado en los premios individuales, alejado de la púrpura que cubre a figuras como Messi, Cristiano Ronaldo y Neymar, a Robben le alcanza con sentirse importante, no pierde para nada la autoestima y se gana a los entrenadores con su juego, también a Pep Guardiola. El extécnico del Barça quedó prendado de la profesionalidad de Robben a su llegada a Múnich. No solo se esfuerza en el entrenamiento sino que practica a veces en solitario y se cuida especialmente, tanto que por fin ha completado una temporada sin apenas lesiones, un martirio en una larga carrera por equipos como el Groningen, el PSV Eindhoven, el Chelsea, el Madrid y, desde 2009, el Bayern. A Robben se le tenía por un perdedor que quedó retratado en el mano a mano fallido con Casillas hace cuatro años en la final de Johanesburgo.

Robben consuela a Casillas tras el partido.
Robben consuela a Casillas tras el partido.JuanJo Martín (EFE)

La suerte de Robben, sin embargo, cambió en la final de Wembley en 2013 cuando el Bayern ganó al Borussia Dortmund con un gol suyo en el minuto 88 y se adjudicó la Champions. No varió la mirada de la crítica, que le tiene por un personaje vanidoso e individualista, hasta cierto punto farsante por su capacidad para simular agresiones y también por pegarse con sus compañeros, como Ribéry, o de pleitear en los ensayos por una jugada, cosa que en Brasil ha ocurrido con Martins Indi. Futbolísticamente, sin embargo, el triunfo en Londres supuso una liberación para Robben, que hoy se presenta como un jugador más maduro, fino, único en el mundo a la hora de atacar el espacio. Zurdo cerrado, suele jugar a pierna cambiada, es un extremo goleador, una especie en extinción estimada por Guardiola.

Hábil, recorta por dentro, desborda y su conducción es especialmente agresiva, difícil de defender. No para quieto y su impaciencia delata a veces su dificultad para el juego de posición y de entrelíneas, en pocos metros, de ahí que reivindique el 5-3-2 con el que se exhibió contra España. Ambicioso por naturaleza, es un futbolista de grandes partidos. Ya no le crujen los huesos ni se le rasgan los músculos ni tampoco se le pregunta por el superado cáncer de testículos, sino que, como atleta que es, aspira a estar en plena forma para trascender en el Mundial una vez que también ha ajustado cuentas con Casillas. “Miren al suelo”, repite a sus compañeros. “Podrá parecer arrogante, pero es muy bueno y jamás se raja”, cuentan aficionados de Holanda.

Ya ganó la Champions y batió a Casillas. Robben quiere hacer camino en Brasil.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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